9/10/2013

Los periodistas pal café . . .


A las crecientes presiones a la economía nacional, Enrique Peña Nieto ha agregado un paquete de propuestas que de inmediato ha multiplicado las tensiones en ciertos partidos y grupos de poder y que pareciera obedecer más a una vocación de malabarismo múltiple y de efectismo político que a un intento de reformar a fondo el enredado e injusto andamiaje fiscal mexicano.
De entrada, las iniciativas presentadas el domingo recién pasado por el peñismo fueron caracterizadas por una ausencia: a pesar de la insistente exploración de esa posibilidad, no se planteó la extensión del impuesto al valor agregado a los alimentos y las medicinas (IVAam). Según las explicaciones dadas por el gobierno federal, se mantuvo esa exención a partir del reconocimiento de la difícil situación económica actual, atribuida en parte a factores externos pero también derivada de una crítica situación interna que en diagnóstico de impensable sinceramiento fue reconocida en el texto entregado por el secretario Luis Videgaray a diputados federales. En diez puntos concretos, bajo el título ¿Por qué? La situación de México (http://bit.ly/17lShj2), Hacienda reconoce tajantemente el fracaso de cuando menos los treinta años recientes de gobierno federal, repartidos entre administraciones priístas y panistas.
El retiro del tema del IVAam generó protestas en el medio empresarial y en una de sus vertientes partidistas, la de Acción Nacional, mientras que en el aliado PRD dirigido por el grupo de Los chuchos motivó algarabía, pues les permite desarrollar un discurso de éxito negociador, atribuyendo a esa izquierda pactista el freno de tan polémico punto. Desde el flanco del partido en construcción, Morena, también hubo militantes que quisieron encontrar visos de victoria en el mencionado retiro, adjudicándolo específicamente al impacto que habrían tenido tanto su movilización dominical en la ciudad de México como el anuncio de protestas en curso de organización.
Las primeras lecturas permiten asumir que en un giro sorpresivo el peñismo arrebató banderas a la izquierda y se contrapunteó con el segmento derechista que hasta ahora le ha apoyado. El empresariado y la clase media aparecieron como principales damnificados en grado de tentativa (recuérdese que, a fin de cuentas, Peña Nieto está dando un inmediatista golpe político y mediático, pero las presiones de fuertes grupos de interés podrían hacer que en el congreso se corrijan algunas de las propuestas): en términos genéricos, sin que aún se conozcan los detalles que serán los que definan profundidad y extensión de esas medidas, se ha hablado de eliminar las normas que permiten la consolidación fiscal, tan utilizada para pagar menos impuestos al repartir ganancias entre firmas volátiles que intencionalmente registran pérdidas, de acotamiento de regímenes preferenciales y de gravar las operaciones en el mercado de valores.
Los señuelos de justicia social mediante la reforma hacendaria incluyen una pensión universal para mayores de 65 años (parecida a lo que Andrés Manuel López Obrador hizo en el gobierno capitalino y se ha sostenido y extendido a otras entidades, antes tachada esa política de populista), seguro de desempleo (con un guiño especial a quienes trabajan en el sector informal, al que desean incorporar a la base tributaria), más inversión en infraestructura (pastel a repartir entre grandes firmas) y más y mejor educación (otro guiño presupuestal, esta vez al magisterio en lucha, a los oficialistas del SNTE y a los gobernadores para atender los conflictos locales).
En la búsqueda de recursos para financiar tan ambiciosos proyectos, el peñismo recurre al intento de reducir hasta donde le sea políticamente posible el régimen de consolidación fiscal y otras formas de excepción que han favorecido históricamente al cerrado grupo de grandes empresarios que constituyen uno de los principales apoyos de Peña Nieto, tanto para su apropiación del poder como en su sostenimiento actual. Otra exacción que ha causado turbulencia es la pretensión de aumentar de 30 a 32 por ciento la tasa del impuesto sobre la renta (ISR), aunque a cambio se retiran otros instrumentos de control como han sido el impuesto especial a tasa única (IETU) y el impuesto a los depósitos en efectivo (IDE), éste supuestamente establecido para inhibir las operaciones provenientes del sector informal de la economía y detectar negocios relacionados con el crimen organizado.
Pero también ha decidido el peñismo luisista (por Luis Videgaray) entrar a galope a los bolsillos de los segmentos populares y de clase media: impuesto a las bebidas azucaradas (ya los productores han advertido que tendrán que aumentar entre 15 y 20 por ciento el precio de sus líquidos, entre los que se encuentran las bebidas de cola que en el caso de la Coca casi forman parte de la canasta básica nacional), a la renta, venta e hipoteca de bienes inmuebles, a los chicles (que, efectivamente, no son alimento), a las colegiaturas o pagos de estudios en instituciones particulares y a la comida para mascotas (algunos pícaros creyeron ver en esta medida un golpe gastronómico a ciertas cúpulas partidistas). Además, la zona fronteriza recibe un golpe tremendo al emparejarse el cobro del IVA, de 11 a 16 por ciento. Los gasolinazos se mantienen aunque con la promesa de que serán en una proporción menor a la alcanzada hasta ahora.
Una propuesta de reformas constituida de malabares políticos, ansiedad por contener la protesta popular y necesidad imperiosa de aparentar giros hacia la izquierda, aunque sin claridad en cuanto a las formas de sustentar tales propuestas y con el riesgo de que los propósitos de EPN sean frenados en las cámaras por una auténtica o acordada reacción empresarial, panista y de clases medias. En ese ofrecimiento de presuntos logros en materia fiscal, Los Pinos ha cedido a la tentación del déficit tan satanizado por algunos tecnócratas. Y, desde luego, esta zanahoria económica y hacendaria tiene como condicionante la aprobación clara de otras reformas, especialmente la energética. ¡Hasta mañana!
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Como resultaba previsible, la propuesta de reforma hacendaria del presidente Enrique Peña Nieto no tuvo el beneplácito general. Surgieron manifestaciones de inconformidad de organismos empresariales y en las filas del PAN.
El dirigente nacional del partido azul, Gustavo Madero Muñoz, advirtió que sus diputados y senadores revisarán la iniciativa y no permitirán que se aplique IVA a colegiaturas, rentas e hipotecas.
Seguimos aportando más los formales y los más productivos y no necesariamente los que más tienen, dijo el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani. El presidente de Coparmex, Juan Pablo Castañón, señaló que la forma más sencilla para que no sean las mismas personas las que paguen los impuestos es gravar el consumo, y el presidente de Canacintra, Rodrigo Alpízar, pidió revisar la homologación del IVA en la zona fronteriza, para no afectar a la industria maquiladora.

El proyecto que envió Peña Nieto al Congreso no es definitivo. Va a ser objeto de cambios y ajustes. Los dirigentes de la cúpula empresarial que asistieron antenoche a su presentación en Los Pinos fueron sentados en las primeras filas frente a la mesa que ocuparon el Presidente, su gabinete y los infaltables del Pacto por México. Algunos salieron desencajados. Y si las modificaciones que desean no pasan en el Legislativo seguramente habrá amparos contra los conceptos que más les incomodan: el impuesto a las bebidas tipo Coca-Cola y a las utilidades de las transacciones bursátiles. También es previsible que habrá resistencia –esa sí justificada– a gravar los alquileres de casas y departamentos (hoy día sólo pagan las oficinas y los locales comerciales). Y, por supuesto, las colegiaturas. Las grandes corporaciones tienen diputados propios que seguramente defenderán sus intereses. Vamos a ver si Gamboa Patrón y Beltrones son capaces de reunir el número de votos suficientes –incluyendo los de los perredistas peñanietistas– para sacar adelante el reformón fiscal, así como lo hicieron con el energético. A reserva de analizar punto por punto, en el recuadro reproduzco en forma muy sintetizada algunos lineamientos de lo bueno, lo malo y lo feo que contiene.
Mamás y papás indignados
El proyecto de encarecer con IVA las colegiaturas originalmente es del PAN. Fue propuesto por Fox en 2001, así como gravar los alquileres. Entonces el IVA era de 15 por ciento. Ahora lo revive el PRI pero –¡oh, paradoja!– Gustavo Madero se opone. En realidad no son los panistas quienes deberían preocupar a los autores de la resurrección del engendro, sino el enojo de las madres y padres de familia. Hacen un esfuerzo portentoso para pagar las cuotas en los distintos niveles que cursan sus hijos: desde el pre-kínder hasta la universidad. Para los que trabajan es un desastre cuando no pueden dejarlos en la escuela. El IVA en colegiaturas va para atrás, como también fracasó en el foxiato.
¿Y los refrescos?
Se estima que su precio aumentará entre 15 y 20 por ciento. Lo ideal es que la recaudación se dedique exclusivamente a combatir las enfermedades que provoca su consumo.
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e@Vox Populi

 De acuerdo con su propia definición, el objetivo de la reforma fiscal recién presentada en sociedad por el inquilino de Los Pinos es establecer un sistema hacendario más justo, basado en un elemental principio de equidad, que no afecte a los que menos tienen y que paguen más los que ganan más.
En el discurso lo anterior no se oye nada mal, pero ya en el detalle surge el primer inconveniente: todo aquel que obtenga un ingreso anualizado de 500 mil pesos en adelante deberá pagar 32 por ciento de impuesto sobre la renta (ISR); de cada peso que gane, 32 centavos terminarán en las arcas federales, y con ese mismo rasero deberán pagar sus obligaciones fiscales desde un profesionista, asalariado o micro, pequeño y mediano empresarios hasta magnates como Carlos Slim, Alberto Bailleres, Germán Larrea o Emilio Azcárraga, lo cual, a todas luces constituye un primer elemento de total inequidad (sin considerar que los multimillonarios Forbes conservan no pocos privilegios a la hora de saludar al SAT, como la condonación de impuestos, para no ir más lejos).
Cierto es que en México muy pocos registran un ingreso anual de tal magnitud: 60 por ciento de los ocupados ganan entre cero y 70 mil 80 pesos como máximo (hasta tres salarios mínimos del Distrito Federal); 15 por ciento entre esta última cantidad y 116 mil 800 (entre tres y cinco mini salarios) y sólo 7.5 por ciento por arriba de esta última cantidad (de cinco salarios mínimos en adelante, aunque la mayoría de los casos tampoco entra en el esquema de 32 por ciento por no alcanzar los 500 mil pesos anuales). Paralelamente, 8 por ciento de la población ocupada no recibe ingreso alguno (la diferencia porcentual corresponde al número de patrones).
Así, sólo aquellos que obtengan un ingreso anualizado mayor al equivalente de 21.4 salarios mínimos diarios del Distrito Federal (mil 370 pesos por día en adelante por los 365 días del año) habrán ganado la rifa del tigre, es decir, el privilegio de pagar una tasa de 32 por ciento de ISR. Bien, son los que más ganan, pero en esta República súper concentrada hay de ingresos a ingresos, y aquí sería obligado aplicar la escalera fiscal, la que al parecer no está considerada en la propuesta peñanietista.
Sólo para medir la dimensión de la profunda inequidad de la citada propuesta vale mencionar que pagarán el mismo 32 por ciento de ISR, por ejemplo, un profesionista con un ingreso diario de mil 370 pesos que un megaempresario como Carlos Slim, quien –de acuerdo con las cifras de Forbes– en 2012 obtuvo ingresos por casi 6 millones de pesos por hora (léase cada 60 minutos, para que no quede duda).
En el mismo esquema, un asalariado (que esté en nómina, pues) con un ingreso diario de mil 370 pesos o más estará obligado a pagar dicha proporción, al igual que el empresario totalmente Palacio Alberto Bailleres, quien el año pasado obtuvo un ingreso de 2.5 millones de pesos por hora. Hágase el mismo ejercicio con el que usted considere y compárelo con Germán Larrea (el de Pasta de Conchos) que en igual periodo obtuvo un ingreso de 3.7 millones de pesos por hora, o con Emilio Azcárraga (el de la fábrica de sueños) que apenas registró 754 mil pesos por hora.
Todo ello sin considerar que ni el profesionista ni el asalariado tienen acceso los privilegios fiscales que mantienen Slim, Bailleres, Larrea o Azcárraga (por citar algunos cuantos). Obvio es que la diferencia es abismal y, por lo mismo, la propuesta de Enrique Peña Nieto en los hechos resulta inversamente proporcional al discurso. Entonces, si la idea es formalizar a quienes informalmente obtienen ingresos anuales de 500 mil pesos en adelante (amén de que les reduce enormemente las deducciones), todo apunta que el esquema del inquilino de Los Pinos lejos de ser efectiva tendrá una respuesta contraria, cuando menos en este renglón.
No es novedad que los acostumbrados parches fiscales instrumentados por el gobierno en turno se recarguen en la clase media (la real, no la de Juguetes Mi Alegría cacareada por Ernesto Cordero y sus orgánicos, es decir aquella de los 6 mil pesos mensuales con crédito para vivienda, auto y escuela particular) y en los causantes cautivos, pero al de Peña Nieto se le pasó la mano, por mucho que del mapa fiscal ofrezca borrar el IETU, un abusivo invento calderonista que obligó a los causantes a pagar dos veces por el mismo ingreso durante seis años (a partir del primero de enero de 2008 al 31 de diciembre de 2013).
Bien por abstenerse de aplicar el impuesto al valor agregado a medicinas y alimentos, pero donde de plano es inentendible la intención gubernamental es en aquello de cobrar IVA a colegiaturas e hipotecas. ¿Dónde quedó el fomento a la educación y a la vivienda? Quienes pagan porque sus hijos asistan a escuelas privadas no realizan un gasto suntuario, como tampoco los que se endeudan para tener un techo y terminan pagando 20 años después. No es capricho ni lujo. Ahora bien, si las finanzas paternas de plano no aguantan el IVA en colegiaturas de escuelas privadas, porque de por sí las mensualidades son bastante onerosas, ¿el sistema de educación pública tendría capacidad de asimilar, de sopetón, un ejército de alumnos (de los 4.5 millones que existen) que estudian en esas instituciones privadas que ahora cargarían el citado impuesto? Lo mismo con el crédito a la vivienda: ¿Infonavit aguantaría el ritmo? Aquí también se mancharon.
En la propuesta social, Enrique Peña Nieto propone la creación del seguro de desempleo, una demanda de muchos años atrás. Por fin se pone a consideración del Congreso, pero… tal cobertura sólo sería para aquellos trabajadores del sector formal de la economía, con un mínimo de dos años en la plaza laboral. ¿Qué pasará con los –hasta ahora– 2.6 millones de desocupados oficialmente reconocidos? ¿Y qué con los casi 30 millones de informales? Simplemente, ni lo ve ni los oye.
Las rebanadas del pastel
Si de megaempresarios se trata, allí está Carlos Slim, dueño de Frisco, quien semanas atrás dio por felizmente zanjada la diferencia con el sindicato nacional minero en la mina El Coronel, Zacatecas, pero lo que no sabe o no quiere decir es que sus empleados de confianza en aquella zona productiva cabildean febrilmente a favor de la CROC para evitar que el recuento de la próxima semana (un derecho de los trabajadores, y sólo de ellos, para decidir quién los representa) sea, como todo apunta, favorable para la organización que dirige Napoleón Gómez Urrutia. Así que manos fuera del proceso para que la fiesta se mantenga en paz.
Twitter: @cafevega

Después de cerca de un mes de marchas y plantones en el Distrito Federal, cuando parecía que la gente ya no quería saber nada de ningún tipo de manifestaciones, y que, por fin, a las protestas las había acallado el ruido mediático, gente de todas partes –de la ciudad de México, principalmente– llenó con gritos y consignas de protesta, desde avenida Juárez hasta el Zócalo, en contra del mayor robo de todos tiempos: la ley sobre energía, con la que se pretende entregar a la iniciativa privada recursos como el gas y el petróleo.
Pocos creían que frente a las manifestaciones de la CNTE, condenadas y recondenadas, hubiera quien se atreviera a salir a protestar. Ya el PRD y Cuauhtémoc Cárdenas habían convocado, y si bien se logró conjuntar a buen número de personas, en ningún momento se miró una cantidad como la que se dio cita para escuchar los argumentos de Andrés Manuel López Obrador.
No, no se trata sólo de números, sino de confianza en una lucha que sí tiene muchos seguidores y que el domingo dio una lección que encendió todos los focos rojos en el PRD. Las tribus ya no tienen la fuerza de antes; se vaciaron en favor de Morena, que se empieza a hacer sentir, se diga lo que se quiera.

En el país la diabetes y la obesidad son una epidemia de graves consecuencias sociales y económicas. De los países de la OCDE, México es el que tiene el mayor índice de sobrepeso, obesidad y diabetes; hoy la diabetes mellitus es la primera causa de muerte; en 2010 murieron por esta enfermedad más de 80 mil personas, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012.
En esa encuesta se afirma: Todas las enfermedades son importantes, pero la diabetes y sus principales factores de riesgo son una verdadera emergencia de salud pública ya que ponen en riesgo la viabilidad del sistema de salud. Es una enfermedad de causas múltiples en la que influyen la herencia y el sedentarismo, pero la dieta es sin duda el principal factor. Los mexicanos tenemos una mayor propensión a la obesidad, por ello nuestra dieta tradicional ha sido por milenios nuestra gran defensa.

Lamenta ausencia de reforma educativa para leer
Hace 40 años yo era una joven investigadora mexicana en el Reactor Centrum Nederland, en el norte de Holanda. Esa mañana los diarios gritaban: Allende dood (Allende murió). Yo no pude, o no quise, comprender la noticia y me quedé consternada hasta que, presurosos, llegaron a mí los colegas para explicarme los hechos. Kijk, kijk (mira, mira), me decían. No lo hubiera esperado de esos fríos europeos.

La estrategia del gobierno consiste en llenar de reformas la agenda del Congreso. Entre más polvo, más confusión y menos debate. Por eso todo parece ser objeto de reformas, todo menos el modelo neoliberal. Y por ello el paquete económico para 2014 se anuncia como reforma hacendaria y social. Se dice que constituye un ejercicio de justicia social y que servirá como motor de crecimiento por ser contracíclico. La realidad es que el paquete no reducirá la desigualdad y tampoco permitirá crecimiento sostenido.

No habría que dejar de insistir en el abandono que los gobiernos priístas y panistas hicieron de la educación básica desde mediados de los años 60. Fue una decisión política clasista: la educación pública sería para los pobres y los paupérrimos. Por supuesto ha sido una política clasista ciega como un topo. Jamás se les ocurrió a los gobernantes la inmensa ventaja de haber impulsado el desarrollo del talento del mayor número posible de niños mexicanos, provinieran del estrato social de donde provinieren. No, la educación básica fue entregada a un puñado de vivales, de educación nula, caciques (enriquecidos) de un magisterio en general de baja calidad educativa, que servirían de instrumentos para convertir a los profesores en masa de maniobra político electoral.

Hace 15 días, al señalar en estas páginas a Enrique Peña Nieto como falsificador de nuestra historia, al mostrar su interesada mentira, comenté que los más reconocidos estudiosos de la historia del petróleo en México y del gobierno de Lázaro Cárdenas demuestran el irreductible nacionalismo económico de aquel gobierno y varios de ellos (como mis maestros Arnaldo Córdova, Adolfo Gilly y Rolando Cordera) han rechazado, en La Jornada, la insultante mentira de Peña Nieto.

Algo nuevo acontece estos días entre los trabajadores de la educación. La explosión de su descontento en contra de la reforma educativa no es una repetición mecánica de sus viejas gestas. Su incontenible presencia en las plazas públicas de casi todo el país retoma la experiencia de sus luchas pasadas, pero no lo hace como una mera continuidad de sus movilizaciones tradicionales. En su actual ciclo de protestas hay una ruptura con su dinámica usual. Vivimos algo inédito y excepcional: se despliega una nueva primavera magisterial.

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Estadunidenses de origen sirio expresaron ayer frente a la Casa Blanca su rechazo a una ofensiva militar contra Damasco Foto Reuters

La sección dedicada a la ciencia, la tecnología y la innovación en el primer informe de gobierno, forma parte de un documento amplio que ahora es revisado por los legisladores en el Congreso de la Unión. Con el fin de analizar el desarrollo de la política en estas áreas en el primer año de la actual administración, resulta conveniente examinar algunas de sus características.

Esta nota tiene como antecedente inmediato el haber escuchado y en discreta forma participado ‘en una conferencia que ante un compacto gupo de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México resumió el artista Manuel Marín, quien ha preparado un cursillo con la idea de conmemorar el centenario de la publicación de Por el camino de Swan. Hay efemérides que tienen la gran pertinencia de remitirnos a textos, o a obras de cualquier índole que en un cierto momento nos hicieron cambiar de alguna manera nuestros hábitos consuetudinarios y pudiera ser que Proust esté entre quienes eso provocan.


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