Yasmín Silvia Portales, bloguera y activista cubana defensora de la diversidad sexual, destaca tanto por sus posts políticos como por sus relatos de ciencia ficción, que difunde pese a las limitaciones tecnológicas de la Isla
Reconocerse feminista es un ejercicio de arduo de identidad para las
mujeres cubanas, explicable a partir de las particularidades que ha
tenido en el país el movimiento de mujeres, luego de 1959. Por suerte,
hay quienes tienen esta cuestión superada (o nunca pasaron por ella),
como es el caso de la feminista Yasmín Silvia Portales.
Yasmín es graduada de Teatrología y Dramaturgia en el Instituto
Superior de Arte, ex-tallerista del Centro Onelio y colaborada de
varios medios de prensa. Con esos antecedentes ¨ilustres¨, la joven ha
desarrollado una carrera en las redes cubanas, que comenzó en 2005,
momento en el que sacó a la luz Palabras Robadas, blog dedicado a sus narraciones de ciencia ficción, del cual hablaremos más adelante.
Sin embargo, su bitácora más reconocida es En 2310 y 8225 , en la cual desde el encabezamiento reconocemos su intención primigenia: “Vivir en Cuba y ser queer ha sido elección. Mi vida es un fino equilibrio entre el ejercicio de la maternidad, el feminismo y el marxismo crítico”[1].
El primer post data de 2007 y en aquel entonces se reconocía como
una mujer con una heterosexualidad iconoclasta, que usaba las redes
para expresarse, lo que imprime cierta riqueza al tratamiento
discursivo, revelando argumentos consistentes: “Lo hago porque la
defensa del derecho a la libre expresión de la diversidad sexual es
parte de mi vida cotidiana, tanto personal como profesional. En los
posts de carácter personal simplemente expreso mi sexualidad
heterodoxa, cómo permea mi percepción del mundo. En los textos
periodísticos o académicos se trata de una toma de partido consciente.
No se narra desde la neutralidad, siempre se narra desde cierto punto
de vista, y parte de mi punto de vista es la defensa del derecho a la
diferencia”[2].
Reconocerse feminista es un ejercicio de arduo de identidad para las mujeres cubanas
Del mismo modo, la bloguera fundamenta la pertinencia de Internet
para dar cauce a sus preocupaciones y la reconoce como un medio válido
como cualquier otro, señalando como la principal ventaja “la naturaleza
inclusiva y dialógica de la red”[3].
Según ella, “se puede opinar, se puede discutir, se puede denunciar sin
esperar a que los responsables de los medios de comunicación
‘tradicionales’ decidan que es políticamente oportuno sacar a colación
la injusticia que afecta a X grupo social”[4]. En 2310 y 8225 es muestra de sus intereses en campos afines como la diversidad sexual, las relaciones de género y la filosofía.
Una de sus entradas, Pulsar en negativo,
es en nuestra opinión una de las más subversivas en cuanto a la
maternidad en la vida de una mujer joven profesional: “Creo que todo se
resume a que llevo tres meses sin un orgasmo, me picaron la barriga y
ahora comparto la habitación con un extraño que no habla mi idioma y de
quien soy totalmente responsable (…)”.[5]
No obstante, como los procesos identitarios son harto difíciles y en
ocasiones inexplicables, al preguntársele recientemente si era
ciberfeminista expresa: “¿Ciberfeminista? No. Yo soy una feminista
marxista, creo que las discriminaciones (de ‘raza’, religión, capacidad
física, género, orientación sexual, identidad de género y hasta
etcétera) son mecanismos (intuitivos al principio) de la clase
dominante para perpetuarse en el poder. Yo creo que la cosa está en
desmontar el control material sobre los medios de producción y los
modelos sociales que justifican la exclusión, todo a la vez, o se traba
la catalina. (…) Yo tengo una relación crítica con los discursos sobre
el uso de la tecnología (que no tiene ideología, que es natural en los
hombres, y eso), pero estoy lejos de ser una usuaria activa con la
tecnología. Para mí eso es: capaz de analizar un código y modificarlo
para que responda a mis intereses; capaz al menos de resolver mis
propios problemas con la PC. (…) Claro que reflexiono sobre la
presencia femenina en Internet, pero es una derivación de la obsesión
del feminismo marxista por el uso social de la tecnología (…). Recojo
la perspectiva de que Internet es una expresión más del “espacio
público” y debemos hacer visibles nuestra presencia, los aportes
(contenido, forma o tecnología pura) que hacen las mujeres y los
mecanismos a través de los cuales se intenta replicar el sexismo
preexistente en el espacio público físico. Yo soy una feminista
marxista que mira con atención al ciberespacio. Nada más”.
Ante la falta de conexión directa a Internet hace
de las cadenas de correo electrónico la mejor solución para difundir
sus ideas y opiniones personales
En el año 2012, durante su participación en un panel dedicado al
ciberfeminisno, la bloguera reconocería como elementos constitutivos
de ciberfeminismo la valoración de la vida cotidiana y el empleo de las
nuevas tecnologías como espacio para el ejercicio del activismo
político. Como sabemos, el ciberfeminismo ha planteado desde su
surgimiento el arribo de las mujeres a los ambientes digitales, la
consiguiente subversión del dominio patriarcal y la subordinación
femenina, al tiempo que ha revelado las brechas que la utilización de
las TIC han supuesto y propuesto la realización de proyectos
artísticos-creativos (inspirados en el Art.net), que es el caso Palabras robadas.
En ese espacio coloca la bloguera sus Fanfiction, relatos
basados en un textos, situaciones y personajes originales y cuya
contribución está en la re-creación de estos personajes. Entre los Fanfiction, Yasmín prefiere los de temática homosexual (slash), que en el caso de las mujeres se denominan femslash o femmeslash.
Lo cual está en coherencia con su vivencia de persona queer que ha
reconocido sistemáticamente y de la cual deja constancia en su perfil.
Muy pocas personas conocen de la existencia de este blog y es que, como dijimos con anterioridad, Yasmín ha privilegiado En 2310 y 8225. Además, es coautora de Bubusofia, donde comparte con su esposo Rogelo Manuel Díaz Moreno. El primer post de esta bitácora data del año 2006. Palabras robadas
tuvo mucha actividad durante el año 2007 y a esta altura del 2013 ya
concentra varias historias con sus correspondientes capítulos: De Leyes y Venganzas (30), El Secreto del Roble (7), El Segundo Regreso del Rey (44), En Busca de un Sueño (31), Para qué quiero más (7), Secretos de Familia (19) y Un Hogar casi feliz (1).
Dentro del ámbito de la ciencia ficción, Yasmín ha expuesto, en
forma de ensayo, sus consideraciones acerca del replanteamiento del
género sexual dentro de la literatura de este corte, lo cual distingue
a la narración, pues esos seres imaginados (humanoide s o no) siempre
tienen referentes sexo- genéricos[6].
Pero ella no es solo una bloguera; también participa en la
visibilización de otros espacios de información de la redes cubanas. Su
quehacer más reciente en este sentido es haber concebido y usado con
eficiencia, por primera vez en el país, la etiqueta #FILCuba2013 en
Twitter, para promocionar el evento cultural más importante de la Isla,
la Feria Internacional del Libro.
“Hacer más con menos” es su premisa, y ante la falta de conexión
directa a Internet hace de las cadenas de correo electrónico la mejor
solución para difundir sus ideas y opiniones personales. “Para muchos
es un herramienta anticuada, pero para la comunidad digital en Cuba es
una vía básica de comunicación”[7].
De esa forma también actualiza sus bitácoras, ante la imposibilidad de
acceder a ellas directamente. A Yasmín también le preocupan ciertas
marcas de género que tiene la blogosfera cubana, de ahí sus
investigaciones Voces femeninas en la blogosfera cubana. ¿Cambió algo más que el soporte?[8] y Perfil demográfico de la blogosfera hecha en Cuba. Primeros resultados de investigación, las dos presentadas en eventos científicos internacionales.
En el marco de la Red de Humanidades Digitales, algo muy novedoso en
Cuba y a la que el país acaba de incorporarse, la bloguera ha planteado
ese “¿cómo hacer más con menos?”, en clara alusión a las condiciones de
conectividad , mejores cada día pero aún insuficientes, y de acceso a
la tecnología que tenemos en Cuba.
Luego de haber seguido de cerca su evolución como bloguera, desde el
2005 hasta la actualidad, no nos quedan dudas de que Yasmín se
encuentra en una especie de tránsito entre su identidad real y la
virtual que se consolida y va unida al manejo creativo de las TICs;
fundamentado además cuando observamos que Palabras robadas,
vendría a ser expresión de ciberfeminismo artístico, pero para el caso
de la escritura. Algo realmente novedoso dentro de la popular y
socorrida blogosfera cubana.
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