De
las sorpresas durante la 70 Muestra Internacional de Cine de Venecia no
sólo fue que por primera vez se entregara el León de Oro a un
documental –Sacro Ga, de Giangranco Rossi-, sino que también se
divulgara a través de un documental que el líder y fundador del grupo
de activistas ucranianas, Femen, fuera un hombre, Viktor Svyatsky.
Green vivió en Kiev durante un año con algunas de las activistas de Femen, lo que le permitió conocer a fondo la organización y el papel de Viktor Svyatsky quien según la página de internet de Femen tan sólo es un colaborador más. Sin embargo según declaraciones de Green al diario The Independent: “Es su movimiento y él escoge a las chicas. Él escoge a las más bonitas porque las chicas más bonitas venden periódicos… Él es Femen”.
Sin duda es un balde de agua fría saber que es un hombre el que jala los hilos de la organización, y que justo es a través de la objetivación de los cuerpos de las activistas que busca publicidad. De repente todo me parece tan contradictorio y deprimente. Sobre todo cuando Green habla en el documental con Svyatsky y éste señala: “Estas chicas son débiles” al justificar su poder sobre ellas e incluso asumir ante la pregunta de la documentalista, si el crear Femen fue una manera para conseguir chicas, el que él dijera “quizá si, en algún lugar de mi profundo subconsciente”.
Las posturas con respecto a Femen han sido encontradas desde los inicios de la agrupación, desde aquell@s que las han tachado de utilizar el feminismo como una mera estrategia publicitaria, demeritando su lucha, mientras que otr@s han aplaudido y enarbolado su eslogan: “Our mission is protest, our weapons are bare breasts,” (Nuestra misión es protestar, nuestras armas son nuestros pechos desnudos).
La reciente noticia sobre el liderazgo de Svyatsky restaría credibilidad a Femen y por consiguiente a uno de los movimientos feministas contemporáneos más populares. Desde la segunda ola del feminismo en los 60 del siglo XX no se había visto tantas veces la palabra feminismo impresa en los periódicos.
Sin duda Femen se encuentra ahora envuelta en una situación controvertida ya que pese a que una de las líderes del movimiento Inna Shevchenko desmintió en el periódico The Guardian, tras el estreno del documental que Svyatsky: “no era el fundador de Femen, ni el creador de la estrategia e ideología de los torsos desnudos”, las contradicciones continúan.
El escándalo de Femen ha dejado entrever uno de los principales conflictos que enfrenta el feminismo hoy en día y es el hecho de que cada vez más hombres se hacen llamar a sí mismos feministas cuando muchas de las veces continúan reproduciendo modelos patriarcales.
No es que no sea importante contar con aliados masculinos dentro del feminismo, pero si van a ser del tipo de aliados como Svyatsky que hacen proxenetismo con careta de activismo feminista, para qué se quieren enemigos. ¿Acaso la nueva moda patriarcal será que para que los chicos consigan chicas, ya no tienen que formar bandas de rock sino formar grupos de activismo feminista, como dejó entrever Svyatsky?
Habrá que ver cuanto antes el documental de Kitty Green y hacer nuestras propias conjeturas con respecto a Femen. Hasta el momento nos pone a pensar mucho sobre el papel de los movimientos feministas en la actualidad, su impacto, estrategias y el papel de los hombres dentro de estos movimientos.
La participación de los hombres en el feminismo es importante pero sería más valioso que en principio reconfiguraran su propia masculinidad desde sus espacios de poder y que con sus pares enarbolaran la defensa de las mujeres sin invadir el activismo feminista en sí mismo. El que los hombres irrumpan en los espacios que con mucho trabajo han logrado las mujeres, socaba y desplaza a las mujeres de su propio liderazgo, ya que las despoja de su poder y resta la credibilidad conquistada al movimiento feminista ya que en vez de que los hombres colaboren horizontalmente se convierten en líderes controladores y por lo tanto verticales y jerárquicos al no permitir que las propias mujeres se hagan cargo de su propia conducción, y toma de decisiones.
¿Cuántos Svyatsky se están sumando ahora mismo a las filas del supuesto activismo feminista?
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