OPINIÓN
Foto: Cintia Barenho MMM-RS/CEA
Por: Sally Burch*
Cimacnoticias | México, DF.- Avances en la construcción del feminismo popular y un rechazo contundente a la mercantilización del cuerpo de las mujeres y a toda forma de violencia, constan entre los aspectos más destacados del Noveno Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM), movimiento que agrupa a organizaciones de base de los cinco continentes.
Más de mil 600 mujeres de unos 50 países –incluyendo un fuerte contingente de mujeres jóvenes– reunidas en Sao Paulo, Brasil, del 25 al 31 de agosto, reafirmaron “la resistencia, el enfrentamiento y la construcción de alternativas al modelo patriarcal, capitalista, racista, lesbofóbico y colonial”, según el documento final del evento.
La Marcha ha identificado entre sus prioridades para esta etapa de construcción del movimiento, la necesidad de profundizar la formación política, por lo que dedicó los dos primeros días del Encuentro a sesiones de formación política feminista.
Mafalda Galdames, coordinadora de la Marcha en Chile, nos contó que en estos dos días “se ha debatido de qué feminismo estamos hablando en el mundo actual y hemos visto, a través de las diferentes posiciones, que estamos construyendo un nuevo feminismo, de la diversidad, de la pluralidad, y un feminismo popular, que se abstrae de encasillamientos anteriores llamados ‘institucionales’, de la ‘autonomía’ u otros nombres que se hayan puesto en el pasado”.
Para la guatemalteca Sandra Morán, la idea es “ir construyendo un feminismo popular que sea la expresión de las mujeres de distintas sectores populares, que están acogiendo al feminismo como una apuesta y una propuesta que les ayuda también a cambiar su vida, y a incidir incluso en los otros movimientos donde se mueven; porque muchas de las mujeres integrantes de la Marcha son mujeres que no necesariamente se mueven en el movimiento de mujeres y feminista, sino que se mueven en otros sectores: sindical, campesino, indígena, que normalmente son sectores mixtos”.
Así, el feminismo popular sería la síntesis o alianza de diversas corrientes feministas: feminismo de izquierda, lésbico, comunitario, campesino revolucionario, el de las mujeres indígenas…
Morán añade que “para las mujeres es necesario reafirmar de donde partimos para construir. La afirmación de ‘sin feminismo no hay socialismo’, tenemos que concretarla, tenemos que aportar a que las alternativas que se están construyendo las llamemos socialismo, las llamemos buen vivir o Sumak Kawsay, o de otra forma, reconozcan y recuperen las propuestas feministas y reconozcan el aporte que las mujeres hemos dado a estas alternativas”.
HACIA LA CUARTA ACCIÓN INTERNACIONAL
El Noveno Encuentro fue también una oportunidad para relanzar la plataforma política de la MMM, inyectar nuevas energías y promover solidaridades, así como avanzar en la planificación de la Cuarta Acción Internacional prevista para 2015.
La chilena-quebequense Emilia Castro –quien, junto con Sandra Morán, fue reelecta para representar a las Américas en el Consejo Internacional de la MMM– considera que el Encuentro permitió afirmar de manera mucho más clara las orientaciones políticas y la necesidad de la formación política constante.
Y acotó que “otro paso que se dio fue crear un espacio al interior del Encuentro para tratar de comprender las discriminaciones que viven las mujeres lesbianas, para ser realmente solidarias, de una manera política. Fue un avance el hecho de que ellas hubieran tomado la palabra, que nos hubieran compartido sus testimonios de lo que ellas viven en diferentes países”, comentó Castro.
El Encuentro acordó también el traspaso, en enero próximo, de la Secretaría Internacional de la Marcha de Brasil a Mozambique. Emilia Castro opina que ese país tiene una coordinación muy fuerte de mujeres que le permitirá dar un nuevo aliento al movimiento.
La futura coordinadora mozambiqueña, Gracia Samo, al hacer un balance del Encuentro, nos comentó que éste permitió a la MMM debatir sobre la necesidad de ser un movimiento que contribuya a construir solidaridad con las mujeres que no tienen la posibilidad de viajar a tales encuentros.
“La MMM es la posibilidad para que las mujeres se junten y reflexionen sobre estos retos y construir alternativas y solidaridad”. Y que llegue a aquellas que no pueden asumir sus propias luchas, que viven en países bajo control militar “para darles la esperanza que es posible superar los retos si luchamos juntas”.
En efecto, la solidaridad ha sido un factor central de la Marcha, cuya expresión, en esta oportunidad, se dirigió particularmente a los pueblos de Siria, Palestina y Congo.
Entre las acciones centrales que lleva adelante la Marcha en los cinco continentes se incluye la lucha por la paz y contra el militarismo, contra la prostitución forzada, las violaciones y el tráfico de personas, que particularmente en Asia, pululan en torno a las cada vez más numerosas bases militares extranjeras.
La Marcha lucha también contra todas las formas de violencia a las mujeres, la pobreza, la explotación laboral y las condiciones de precariedad e inseguridad en el trabajo.
Justamente la Acción Internacional de 2015 de la MMM concentrará movilizaciones en torno al 24 de abril, fecha en la que, en este año, murieron más de mil trabajadoras y trabajadores cuando colapsó una fábrica en Bangladesh.
“Construir una economía feminista y solidaria significa alterar los patrones de (re)producción, distribución y consumo, además de reconocer y valorizar el trabajo doméstico y de cuidados como fundamental para la sustentabilidad de la vida humana. El Estado capitalista y patriarcal, organizado a partir de una lógica androcéntrica que refuerza la división sexual del trabajo y las formas de control sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres.
“El modelo de desarrollo hegemónico funciona al servicio de las grandes empresas, expropiando los derechos de las trabajadoras y los trabajadores, violentando a las mujeres y teniendo en la militarización uno de sus pilares de sustentación”, reza el documento final del Encuentro.
ALIANZAS
Algo que ha caracterizado a la Marcha desde sus inicios son las alianzas con otros movimientos sociales en torno a causas comunes. La Marcha se define como anticapitalista, anticolonialista, antipatriarcal y antirracista. Esta definición es la base de muchas de las acciones comunes con otros movimientos.
Emilia Castro explicó que “queremos cambiar el mundo y sabemos que no lo podemos hacer solas”. Además –afirma– estas alianzas han permitido plantear una postura antipatriarcal en movimientos mixtos.
“Se da una corriente muy interesante, porque nosotras, al interior de los movimientos sociales, llevamos nuestra postura feminista para también entrar a transformar la mentalidad de algunos compañeros, principalmente”, si bien “a veces algunos tienen más dificultad de analizar el sistema como patriarcal, pero en eso estamos trabajando y avanzando”.
Castro destaca el ejemplo de la Vía Campesina, donde ahora hay una mujer como coordinadora general, y que las mujeres campesinas se están organizando con posiciones feministas. “Creo que aprendemos también los unos de los otros a nivel organizativo. Ahora estamos trabajando mucho respecto a la naturaleza”.
Mientras las delegadas internacionales debatían las orientaciones de la Marcha, en paralelo se llevó a cabo un gran encuentro, principalmente de mujeres brasileñas, con debates, actos culturales y una feria de economía feminista y solidaria; y el día 31, el Encuentro cerró con una marcha festiva por las calles de Sao Paulo.
Para las brasileñas, que denuncian el desplazamiento de la población pobre de las urbes con el pretexto de la próxima Copa Mundial y luego de los Juegos Olímpicos, un próximo reto será articular una campaña contra el turismo sexual y la mercantilización del cuerpo de las mujeres, con ocasión de estos megaeventos.
*Este artículo fue retomado de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI).
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