Esa fragmentación facilita la imposición de las políticas neoliberales, afirman académicos
Existe un
ánimo de perplejidaden sectores amplios frente a los ajustes estructurales, señalan
Arturo Jiménez
Periódico La Jornada
Con
su divisionismo, todos los partidos políticos de izquierda son quizá
los mayores responsables de la falta de reacción de la sociedad ante
las políticas neoliberales y las
reformas estructuralesaprobadas este año, sobre todo la energética, pese a haber un
consenso pasivoen contra de ellas.
Así lo plantean los investigadores Javier Santiago Castillo y
Roberto Gutiérrez López, ambos del departamento de sociología de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidades Iztapalapa y
Azcapotzalco, respectivamente.
Agregan que otras causas de ese
pasmo socialserían que la gente está más ocupada en la sobrevivencia diaria, que los medios de comunicación electrónicos ejercen una influencia determinante, pues casi todos están en favor de las reformas, y que existe la percepción de que, por ejemplo, al defender el petróleo como un recurso estratégico para los intereses nacionales, también se defenderían los privilegios y corrupción de grupos políticos y sindicales.
Beneficios y propaganda gubernamental
Santiago Castillo advierte que hay un
hartazgo socialante el manejo elitista de lo político, pero también una gran incertidumbre.
No queda claro cuáles van a ser los beneficios de las reformas de carácter económico, más allá de la propaganda gubernamental. Si hacemos una reflexión en función de las privatizaciones del pasado, veremos que no han beneficiado a la mayoría o a sectores importantes de la población. Ni tampoco han sido motores del desarrollo económico.
Recuerda un
ejemplo ilustrativo: la venta de Ferrocarriles Nacionales de México durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León.
Sí, había una crisis en la empresa, pero también eran crisis acumuladas de muchos años, de falta de inversión, atención y abandono. Finalmente se vendieron y resulta que desde aquellos años sólo se han construido 27 kilómetros más de líneas férreas.
Dice que quienes pudieron haberse movilizado contra las actuales reformas son los partidos políticos de izquierda que están
parcialmente en desacuerdocon ellas, pero dentro de su estrategia no está la difusión del problema o de las dificultades que pudieran acarrear estas reformas, con el fin de crear una conciencia que pudiera manifestarse. La izquierda está muy dividida sobre asuntos fundamentales del país y eso favorece que prevalezca la visión del libre mercado”.
Gutiérrez López considera que hay un
ánimo de perplejidaden sectores amplios de la sociedad mexicana frente a las reformas, pues
estaban muy acostumbrados a pensarse en términos de la soberanía del Estado sobre la riqueza petrolera y considerarla como un área estratégica, pero eso no alcanza a traducirse en una movilización generalizada.
Comenta que si en 2015 llegara a efectuarse una consulta popular en
torno a la reforma energética, como hoy se debate, podría arrojar un
resultado contrario a ésta. En la sociedad mexicana hay una sensación
de
ánimo contradictorio, dice.
Vamos a tener que esperar un lapso relativamente prolongado para ver de qué manera lo aprobado legislativamente se empieza a traducir en una aplicación práctica. Aún hay muchas incógnitas abiertas y, ahí, la sociedad tiene un espacio muy grande de maniobra, de acción política, denuncia y propuesta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario