4/06/2014

Malas cuentas de la CFE

 
Utopía
  
Eduardo Ibarra Aguirre

La todavía paraestatal Comisión Federal de Electricidad, también conocida por su más que petulante, demagógico nombre de Empresa de clase mundial, entregó malas cuentas sobre su ejercicio de 2013 al incrementar su pérdidas netas casi al doble, 95 por ciento, es decir 37 mil 552.3 millones de pesos, frente 19 mil 215.6 millones de pesos del 2012, cuando el gobierno de Felipe Calderón aún la presentaba con singular ruido mediático como paradigma de empresa pública frente a Luz y Fuerza del Centro, a partir de que el 11 de octubre de 2009 decretó su extinción y la hizo realidad con el decidido empleo de la entonces Policía Federal Preventiva y en diversas ciudades del centro del país con el apoyo del Ejército.

Muy cerca de la cantidad que Calderón Hinojosa esgrimió como argumento central para desparecer la para él onerosa Luz y Fuerza y sus 44 mil 500 trabajadores enviados al desempleo de un plumazo, es la que reportó la CFE como pérdida a la Bolsa Mexicana de Valores. En aquel masivo reajuste laboral jugó un papel extremadamente beligerante Javier Alarcón Lozano, quien desde el Senado no acaba de asimilar que los que están en curso no son los tiempos de su otrora jefe institucional, ya que hablar de calderonato es un exceso, pues ni siquiera en Acción Nacional pudo instalarlo, como lo pone de relieve la disputa en forma de campaña por la presidencia del partido blanquiazul.

Entonces el discurso presidencial adujo razones financieras: El costo anual de 42 mil millones de pesos de LFC y que a la vista del reporte a la BMV parecieran inexistentes, y corroboran una de las tesis del Sindicato Mexicano de Electricistas y sus aliados políticos y sociales de que se trató de una decisión básicamente política y orientada a desarticular un sindicato a todas luces más que incómodo para el entonces gobierno “de leyes” y “de las manos limpias”. Desarticulación que como es evidente tampoco lograron los cruzados contra el sindicalismo.

El reporte de la CFE, del que dan cuenta Víctor Cardoso y Juan Antonio Zúñiga, también consigna que la CFE obtuvo ingresos netos por 318 mil 490.6 millones de pesos en 2013, los cuales no cubren el costo por ventas de sus servicios, a pesar de que fueron 2.4 por ciento superiores a los observados en 2012. Y el  valor total de sus activos al término de 2013 fue de un billón 125 mil 118.3 millones de pesos, cantidad 13.6 por ciento mayor a la reportada en 2012. Pero el monto total de sus deudas tuvo un incremento anual de 7.75 por ciento hasta ascender a 949 mil 141 millones de pesos y representa 84.3 por ciento del valor de sus propiedades.

Resultados que difícilmente son ajenos al muy pronunciado proceso privatizador de la aún paraestatal, que según voces especializadas ya cubre el 36 por ciento de la energía eléctrica que vende, adquirida a precios harto favorables para los generadores privados, trasnacionales, y en demérito de la que produce la propia CFE.

Y si a lo anterior agrega usted las tradicionales y vigorosas prácticas de la corrupción hecha institución pública, con todo y “¡Mover a México!” y sus diversas reformas estructurales y leyes secundarias que las niegan como al parecer es el caso de la dos en materia de telecomunicaciones, pues así cualquier paraestatal pierde.

Naturalmente que la opinión de los expertos es imprescindible para desentrañar mejor las causas de este panorama poco alentador de la Empresa de clase mundial, marbete tan oficialista como falso que ya ni siquiera usan en su página electrónica, ni tampoco en los recibos de cobro del servicio eléctrico y que cada dos meses varían si mediar explicación alguna.

Acuse de recibo

Para la abogada Norma Falcón Ruiz “Andrés Manuel López Obrador ha luchado siempre por sus ideales, en el incansable afán de conquistar un lugar en la política, en su participación como líder social, para desempeñar el cargo que le proporcione la oportunidad de construir un modelo que brinde la mejoría para todos”. Lo anterior con motivo de: Obrador, 2018, la vida y la gente (31-III- 14)… Sobre el testimonio Mecenas, que forma parte del libro digital Remembranzas, Soledad Peralta recuerda: “Fascinada de encontrar a Alberto Domingo, de la revista Siempre! entre los contribuyentes a un movimiento como el que se siguió dando pese a la represión. A una niña de 14 años en aquella época le caían especialmente simpáticos o interesantes sus comentarios en esa revista”… También pregunta sobre Luis Suárez, otro de mis queridos mecenas; el muy respetado Paco Martínez de la Vega y si el Joel Ortega que se menciona en el volumen es el director del Metro. Por supuesto que no, Ortega Juárez era compañero de filas en la JCM y el PCM, y hoy es mi pariente porque María Josefa y Joel Ortega Erreguerena son primos hermanos de María Luisa Ibarra… Reporteros sin Fronteras exhorta a las autoridades mexicanas a “reforzar lo antes posible el Mecanismo para la protección de periodistas y defensores de los derechos humanos”, creado en octubre de 2012.
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