7/21/2014

Los periodistas pal café . . .


Rafael Moreno Rosas nació en 1968, justo el año de la nefasta coronación histórica del diazordacismo en Tlatelolco. Su abuelo, el médico militar luego llegado a general, portador original del apellido Moreno Valle que con ánimo dinástico ha mantenido la familia (los fundadores fueron Efraín Moreno y Engracia Valle), fue secretario de Salubridad y Asistencia en el gobierno del propio Gustavo Díaz Ordaz, quien lo hizo gobernador de Puebla para el periodo 1969-1975, aunque sólo pudo sostenerse en el cargo hasta 1972, pues cayó en medio de acusaciones de represión a movimientos sociales, agresiones selectivas a opositores e intolerancia hacia las críticas en medios de comunicación (ya en la Presidencia de la República un Luis Echeverría que buscaba deshacerse vengativamente de algunas de las piezas políticas que le había dejado el poblano Díaz Ordaz).
Moreno Rosas, es decir el actual Rafael Moreno Valle que gobierna Puebla, hizo carrera política en el mismo partido de su abuelo y su padre, el Revolucionario Institucional, bajo cuyas siglas fue diputado federal y local, llegando a presidir la Gran Comisión del Congreso poblano. Aliado a Elba Esther Gordillo, pasó al PAN para ser candidato a senador, aunque dejó su escaño para ganar la gubernatura poblana en julio de 2012, postulado por PAN, PRD, Nueva Alianza (el partido gordillista) y Convergencia.
La gestión de Moreno Valle Rosas ha estado claramente orientada al privilegio de grupos empresariales que le son cercanos, a la fastuosidad y las pretensiones monumentales, a la aplicación de mano dura contra los opositores y a la alimentación de una precandidatura presidencial que desde el PAN buscaría el apoyo de otros partidos. De entrada ha conseguido asentar sus ensoñaciones presidencialistas en el ámbito de Gustavo Madero, a cuya obtención de un segundo periodo de mando contribuyó en términos políticos y económicos, sustentando en términos materiales una buena parte de la campaña del chihuahuense que se guarda para sí mismo ciertas aspiraciones de llegar a Los Pinos, pero que estaría dispuesto a empujar a un personaje como el mencionado Moreno Valle Rosas.
En torno al presupuesto poblano también se mueven grupos de izquierda, específicamente perredistas, sobre todo chuchos, pero también los pertenecientes al grupo localmente dominante, el encabezado por el senador Miguel Barbosa, quienes alientan la tesis de una candidatura plural en 2018, con el gobernador local a la cabeza. En esos diseños futuristas, el mandatario ex priísta, ex gordillista, aún panista y aplicado ensalzador de Peña Nieto, nombró en abril de 2013 a Luis Maldonado Venegas secretario general de gobierno. Veracruzano de nacimiento, priísta cercano a Esteban Moctezuma Barragán y partícipe en campañas presidenciales del tricolor, Maldonado fue presidente nacional de Convergencia, ahora Movimiento Ciudadano, cuyo dueño político es Dante Delgado, y bajo esas banderas fue diputado federal y senador. En mayo recién pasado se afilió al PRD; en presencia de Jesús Zambrano y ante reporteros aseguró que su nueva militancia no obedece a un plan para trabajar en la conformación de una plataforma política para postular a Moreno Valle a Los Pinos en 2018.
Sin embargo, la temprana y partidistamente promiscua precampaña del gobernador poblano se ha topado con una rápida consecuencia mortal de una de sus decisiones más polémicas, incluso a nivel nacional, la famosa ley bala, que en pocas palabras faculta a agentes policiacos y de seguridad pública a utilizar fuerza letal contra manifestantes que consideren peligrosamente violentos. De las macanas, los gases lacrimógenos y las descargas eléctricas podrían pasar esos policías al disparo de proyectiles mediante armas de fuego. Balas de plomo o de goma, a discreción de los ejecutores, aunque en Puebla las autoridades niegan que en el caso del menor de edad José Luis Alberto Tlehuatle Tamayo se hubiera utilizado material plástico. El escolar de 13 años de edad fue golpeado en la cabeza por un objeto contundente durante el desalojo policiaco de una protesta en la carretera Puebla-Atlixco. La madre del menor, Elia Tamayo, ha dicho que a su juicio el culpable de todo es el gobernador Moreno Valle.
Voceros gubernamentales han negado en Puebla el uso de balas de goma (se ha llegado a decir que tales versiones son un mito), al igual que se sostuvo oficialmente esa versión luego del impacto en San Lázaro el uno de diciembre de 2012 contra el profesor Francisco Kuykendal, quien fallecería tiempo después a causa de esa agresión policiaca en el marco de la protesta contra Enrique Peña Nieto en la que el estudiante de la UACM Uriel Sandoval perdió un ojo a causa de otro impacto de bala de goma.
La aprobación de la llamada ley bala en Puebla (el pasado 19 de mayo, con 32 votos de PRI y PAN a favor, y cinco en contra) y su funesta aplicación, forman parte del atrincheramiento jurídico y operativo que los impopulares poderes del país se han construido ante una cada vez menos silenciosa irritación social que aún no logra vertebración nacional ni claridad programática, pero que es plenamente percibida en esas alturas gubernamentales. En Puebla está a la vista el fracaso de las alternativas promovidas por PAN y PRD y es evidente el uso de la plataforma estatal para un proyecto de presidencialismo con tintes diazordacistas. Ni allí ni en otros estados igualmente dominados por personajes frívolos, autoritarios y con pretensiones transexenales, como el chiapaneco Manuel Velasco o el quintanarroense Roberto Borge, o en el plano federal peñista, deben mantenerse vigentes esas normas represivas. Las protestas sociales se incrementan por el gravísimo déficit gubernamental en atenderlas y resolverlas. Tal problema no se resuelve con balas, de plomo o de goma, sino con buen gobierno, honestidad, oficio político y respeto estricto a las otras leyes, las que no han sido pensadas en función de una guerra contra las protestas populares. Y, mientras continúa el maratón legislativo con ganadores extranjeros predeterminados, ¡hasta mañana!
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Facebook: Julio Hernández

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Sería estupendo que Carlos Slim se comprometiera a realizar la visión que expresó en el vigésimo Encuentro Regional del Círculo de Montevideo, llevado a cabo hace unos días en Paraguay. Dijo que se acerca un cambio radical en el empleo. Esto quiere decir que las personas ya no se jubilen, como en los contratos colectivos, a los 50 o 60 años, sino que en un futuro no muy lejano van a tener que trabajar más años, hasta los 70 o 75 años y hacerlo sólo tres días a la semana, quizás 11 horas por día. Esta nueva dinámica laboral –según la versión publicada por paraguay.com– permitirá abrir fuentes de trabajo en grandes áreas. Los servicios públicos y privados deben operar 24 horas, pero las personas pueden trabajar menos horas, como ha ocurrido en el siglo XX, cuando de 72 horas se pasó a 60, luego a 48 y ahora de 40 a 35 horas a la semana. “Con tres días de trabajo se tendrá más tiempo para el esparcimiento, de calidad de vida, dijo Slim en el encuentro Tendiendo puentes, Empleo en el siglo XXI. Nuevas formas, al que asistieron ex presidentes de la República y empresarios destacados de la región.
Realidad y utopía
Suena bien, pero ¿cómo? Tenemos que partir del aquí y ahora mexicanos. ¿Cuál es la realidad de una mesera de Sanborns? El 5 de agosto del año pasado publiqué la situación de una de ellas, que representa la de muchas:
Madre soltera, 38 años. Dos hijos, uno en segundo de primaria y el otro en primero de secundaria. Ambos en escuela pública. Renta un departamento en la colonia Moctezuma. Trabaja seis días a la semana, no le pagan horas extras. Sus gastos superan su sueldo, por lo que vende cosas en segunda mano y su hijo mayor trabaja por las tardes en una carnicería de la colonia, labor por la que recibe 2 mil 500 pesos mensuales. Está ahorrando en una tanda, de la cual busca obtener 4 mil pesos para la cena navideña y comprar algunos regalitos. Recibirá de aguinaldo sólo 15 días, igual que el resto de sus compañeras. Su principal ingreso son las propinas, aunque la cadena de restaurantes de Carlos Slim le quita una parte. Le cobra la comida y le descuenta los faltantes de dinero cuando se equivoca en las cuentas de los clientes (redondeos). Si el faltante es mayor a 300 pesos, la despiden. En su recibo de pago aparece una cuota para el sindicato, pero no conoce a su líder. Nunca la han convocado a una asamblea. De eso prefiere no hablar, porque sabe que al patrón no le gustan las preguntonas. El dinero no le alcanza. Todos los meses se queda corta, con casi 3 mil pesos. Sin embargo, hay una razón por la que sigue ahí: le dan Seguro Social. En las gráficas puede verse con detalles sus ingresos y egresos.
El salario Slim
Slim podría comenzar a realizar su visión con sus propias empleadas. ¿Va a cambiarles el horario de manera que sólo trabajen tres días y descansen cuatro con jornadas de 11 horas? Y la gran pregunta: ¿va a pagarles la semana completa o sólo tres días? Aun cuando la respuesta fuera generosa, sus empleadas tendrían que buscar otro ingreso en los cuatro días de descanso. Lo que ganan no les alcanza para vivir. Se frustraría la visión de Slim: no utilizarían el tiempo en esparcimiento. Sería imprescindible aumentarles el sueldo. Como otros magnates Slim está queriendo perpetuar su memoria con edificios monumentales como el Museo Soumaya. Todavía puede hacer algo más trascedente, algo histórico: instituir el salario Slim: 10 mil pesos mensuales mas prestaciones. Son deducibles de impuestos. El tiempo se le está yendo.

Es imposible eludir el tema de los niños centroamericanos detenidos en albergues de la patrulla fronteriza, debido a la magnitud que ha alcanzado la crisis. Una vez más, es obligación ineludible referirse a la precaria situación de los 57 mil menores cuya vigilia sobre el rumbo que tomará su vida es cada vez más dramática. El asunto, cuya solución debiera tomar en consideración la compleja problemática de los países de donde son originarios y cuya pobreza y el crimen han desgarrado el tejido social, se ha convertido en una nueva excusa para ganar adeptos políticos a sólo unos meses de las elecciones intermedias.
El problema ha crecido como bola de nieve que amenaza con fracturar aún más las tensas relaciones entre el Legislativo y el Ejecutivo, y de éste con una sociedad cada vez más polarizada y confusa. Es perogrullada decir que muchos candidatos que se disputarán las 435 curules de la Cámara de Representantes, y la tercera parte del Senado en noviembre próximo, han usado la crisis para llevar agua a su molino.

Apeguémonos a la agenda anunciada, pero también a un protocolo que, en la tierra desde la que escribo la columneta, se observa rigurosamente: ladies first. (También se les cede el asiento a las damas en el transporte urbano. Esta atención no incluye el Metro, aunque estoy seguro que construyéndolo se conservará la costumbre).
Encabeza el reparto de este performance semanal doña Purificación Carpinteyro. Ella, por méritos múltiples, es nuestra vedette principal. Tan pronto se dio a conocer la subrepticia grabación de doña Puri y el acaudalado don José Gutiérrez Becerril (que en verdad debe ser muy acaudalado pues ya se apropió de la señora Carpinteyro al nombrarla “mi Puri” con un tonito desenfadado y pleno de sospechosismo) se desató una catarata de recriminaciones y condenas, debido a que la señora, como la suave patria, ha sido siempre igual, fiel a su espejo diario. Nació pirrurris, creció, ha vivido y es pirrurris. ¿Por qué se le exige, de golpe, una estructura ética o política que ella jamás ha presumido? Su conducta de hoy es acorde con la de su vida pasada. Por eso, yo que soy asiduo de las letras siempre sabias y las ideas honorables del maestro Bernardo Bátiz, estando absolutamente de acuerdo en todo su discurso sobre el bien común y la razón esencial del trabajo legislativo, pienso que la pobre Puri ha sido tratada con rigor excesivo. Dice don Bernardo que “cuando los representantes populares legislan para beneficiar a particulares o a un sector de la población en perjuicio de otros (…) cuando lo hacen en favor de empresas privadas como son la televisoras, traicionan su propia naturaleza”. Esta última expresión me trajo de inmediato a la cabeza la fábula atribuida a Esopo (sin que éste lo haya negado hasta la fecha) del escorpión y el sapo. No la voy a repetir por conocida, pero recuerdo el trágico desenlace: al costo de su propia vida el escorpión pica al sapo y su única e inapelable explicación es precisamente esa: no tengo elección, es mi naturaleza.

Caminando por Washington Square se escucha un conjunto de jazz extraordinario y otro que, sin pena ni la decencia de callar ante maestros, produce un sonido mediocre. Un percusionista busca ritmos con cubetas, ollas y latas, mientras otro grupo practica yoga. Danzantes ensayan algo que copiaron de un video de música comercial mientras, a unos pasos, un joven con una guitarra canta dulcemente rodeado por cinco jovencitas frente a la estatua de Garibaldi. Del otro lado de la plaza, cinco mujeres en bikini simulan que el pasto es arena de playa y absorben color del sol. Ya casi en la esquina un afroestadunidense mayor, con un ejemplar viejo de Ulises, de James Joyce, invita a jugar ajedrez (cobra). Otro joven deambula, susurrando “smoke, smoke”, buscando clientes que deseen mariguana: paraíso urbano pacífico en medio de un mundo en llamas.
Durante esa tarde noticias incesantes llueven por televisión, radio y el universo digital informando del avión derribado, de sangre de niños, mujeres y hombres en Gaza, Irak y Siria, de niños huyendo de la violencia para ser recibidos en la frontera estadunidense por políticos que dicen que los regresarán a sus infiernos. A la vez, se reporta que los ricos –ese uno por ciento– se hacen aún más ricos gozando de impunidad por sus magnos fraudes y engaños, mientras las guerras y negocios mortales para el planeta siguen rindiendo ganancias espectaculares, mientras las autoridades de Detroit suspenden el servicio de agua a habitantes que no tienen suficiente dinero para pagar sus cuentas en esa ciudad devastada por el libre mercado.

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En base anual (jun 13-jun 14), la inflación en México, medida por el Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), ascendió a la mitad del año a 3.75% recién informó el INEGI (Gráfico 1).
Sin embargo, los precios de los bienes y servicios que integran la Canasta Básica han crecido más, en 4.81%, lo que significa que continúa vigente la inaudita práctica de encarecer proporcionalmente más el consumo indispensable de quienes menos tienen y sujetan sus compras a lo básico.
En cuanto al Indice Nacional de Precios Productor (INPP) - que mide los precios de los bienes y servicios adquiridos para la producción, excepto el petróleo - su crecimiento anual a junio fue de 2.03% (Gráfico 1).
Esta tasa se integra por un aumento de 2.08 en los insumos de origen industrial (de los cuales el suministro de energía subió 5.62% en el afán gubernamental de hacer cada vez más atractivo el sector energético al capital privado en términos de ganancias); por un aumento de 2.53% en los servicios contratados para la producción; y por una baja de -2.51% en los insumos de origen agropecuario.

Muy contentas están las cabezas visibles de los organismos cúpula del sector privado –tradicionales aliadas del inquilino en turno de Los Pinos–, porque, dicen, por fin se concreta la modernización del sector energético en México, de la cual sus presuntos representados se beneficiarían legal y ampliamente.
Ahora que las últimas joyas del Estado han sido desincorporadas (léase privatizadas), tal comentario color de rosa es prácticamente igual de insustancial que el vertido dos décadas atrás por esas mismas cabezas, con motivo de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyos resultados, a la vista de 20 años, no son halagüeños para el grueso del sector empresarial.
Lo anterior por el altísimo grado de reconversión registrado en el empresariado mexicano, o lo que es lo mismo, el elevadísimo número de casos que en ese periodo se reconvirtieron, en el mejor de los casos, de productoras a importadoras o en meras intermediarias, prestadoras de servicios o prestanombres del capital foráneo, el verdadero destinatario de las reformas.
El efecto TLCAN ya se avista en el menú energético modernizador armado por el Ejecutivo y cocinado por el siempre servicial Congreso nacional. ¿Cuál sería el amplio beneficio” que, según tales cabezas visibles, obtendría la empresa mexicana? Pues en el mejor de los casos, y dentro de no menos de 11 años, si bien va, 25 centavos de cada peso, “siempre y cuando ofrezca condiciones similares –a las trasnacionales– en precio, calidad y entrega oportuna” a la hora de las asignaciones, contratos y adquisiciones.
Ese sería el amplio beneficio para el empresariado nacional por la privatización energética, es decir, para el mismo sector que hoy celebra que, por fin, modernizaron el sector energético. En cambio, para la inversión foránea, para las trasnacionales del sector (no pocas de ellas instaladas de tiempo atrás en el negocio de Pemex y la CFE), va destinada la rebanada más gruesa del pastel: 75 por ciento del total, en vía de mientras y a partir de ya, en espera de que crezca 100 por ciento.
Por si fuera poco, la empresa mexicana, de acuerdo con la ruta crítica marcada por el Ejecutivo y el Congreso, deberá esperar a 2025 para que, en el mejor de los casos, comience a tomar forma la delgada rebanada que esa dupla le asignó como beneficio. Es decir, concluirá el sexenio de Enrique Peña Nieto (en 2018, cuando las trasnacionales ya hayan tomado por asalto lo que les falta del sector energético otrora mexicano) y no recibirá mayor cosa; terminará el sexenio de quien lo suceda en Los Pinos (en 2024, ya con el capital foráneo a sus anchas en petróleo y energía eléctrica, y en medio de una creciente mortandad de empresas mexicanas) y las migajas, en el mejor de los casos, todavía no se concretarán, y será hasta el primer año del otro gobierno (2025) cuando las moronas a recibir puedan presentarse, aunque nadie lo garantiza, y “siempre y cuando ofrezca condiciones similares –a las trasnacionales– en precio, calidad y entrega oportuna” a la hora de las propuestas y adquisiciones. Y a eso llaman competencia.

La visita del subsecretario de Comunicaciones y Transportes, Raúl Murrieta Cummings, quien evaluó con el gobierno estatal los avances de la reconstrucción de Guerrero, no dejó de ser un aliciente para los damnificados de la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid, que golpearon la entidad en septiembre pasado.
La afirmación de Murrieta Cummings de que están concluidos 10 de los 11 puentes federales que colapsaron por las lluvias genera una buena dosis de confianza, tomando en cuenta que existía marcado escepticismo acerca de su reedificación.
Se habló, por otro lado, de avances importantes en la rehabilitación de caminos y autopistas; se abordó el tema de la reparación y reubicación de escuelas, pero no se tocó el punto de la reubicación de comunidades afectadas en la región de la Montaña, una de las más castigadas por los meteoros y condenadas al mayor abandono.

“La imagen social del anciano –continuaba Mauro Rodríguez Estrada– nace de la ideología que prevalece en cada sociedad, donde se conjugan diversos factores. La vejez gris y desolada de principios del siglo XXI, ajena a la productividad y a la creatividad, no es un hecho natural, sino efecto cultural reciente. Es reversible: si somos capaces de dar lugar a la creatividad, ésta será capaz de pintar de colores brillantes los años otoñales, pues la creatividad es flexibilidad y novedad, apertura, aventura, asombro, audacia, imaginación y vitalidad autoestimulada. Nada mejor como la actividad creadora para frenar el envejecimiento triste.
“Mucho tiempo la cultura decidió que la función de la inteligencia humana era conocer. Los educadores no repararon en que lo que se conoce es la realidad y que quedarse en la realidad no es progresar. Por el contrario, innovar y crear es ir más allá de lo existente. Desde la filosofía griega se creyó y se decidió que la tarea de las escuelas y de los docentes era enseñar lo ya sabido, transmitir conocimientos, hacer estudiar los programas prestablecidos para los cursos prescritos, y casi nadie vio que con esto se relegaba el poder creador de la mente.


La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) anunció ayer que iniciará una investigación por los hechos ocurridos el pasado 9 de julio en la comunidad San Bernardino Chalchihuapan, donde policías estatales dispersaron violentamente una protesta de pobladores que demandaban la reinstalación del Registro Civil en sus comunidades. En el enfrentamiento se reportaron varios heridos y el fallecimiento posterior de José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, de 13 años, por el impacto de una bala de goma en el cráneo.

Acusan a legisladores de despojo contra el país
El Congreso de la Unión al servicio de las empresas trasnacionales.
Como continuación a mi anterior artículo con el mismo nombre, entro en más detalle de lo que considero algunos de los riesgos y agravios más delicados de la reforma energética, que afectarán el futuro del desarrollo nacional:

En 1968, mi amigo Rubén Alves defendió en Princeton (universidad presbiteriana estdunidense) su tesis doctoral (que he leído personalmente en su texto mecanografiado), con el título, en inglés en el original, de Hacia una Teología de la Liberación. Por desgracia fue traducida y editada en Montevideo con otro título más de moda en ese tiempo: Una teología de la esperanza, haciendo referencia a la teología del alemán Juergen Moltmann. Los editores no imaginaban que Rubén iniciaba una nueva historia de la teología, y eurocéntricamente los editores no advirtieron la novedad, y con ello despistaron al lector.

Con el objetivo de pacificar y mantener el control social de porciones del territorio nacional, durante las llamadas operaciones conjuntas en Michoacán, Morelos y Chihuahua de comienzos del sexenio de Felipe Calderón, las opciones militares regulares de las fuerzas armadas mexicanas se redujeron, y las élites castrenses y políticas a escala estatal y federal exhibieron su particular debilidad ante la opción de la delegación de funciones en materia de seguridad y del monopolio del uso de la fuerza.

¿Cómo resistir el horror? ¿Qué hacer ante el desastre? ¿Cómo podríamos los diferentes reunir cabezas y corazones para recorrer juntos el camino de la transformación?

Son aún más graves las implicaciones políticas de la contrarreforma energética que las económicas. Emparentada con las reformas en materia electoral y de telecomunicaciones, nos encontramos frente a un viraje histórico que desanima al más utópico creyente en la posible transformación democrática del país. Las invasiones de la franja de Gaza y de Ucrania oriental por los aliados de Washington constituyen la contracara de la próxima ocupación temporal de todo México por Exxon-Mobil, Halliburton y Royal Dutch Shell. Y la servidumbre legal a la cual serán sometidas las tierras de los campesinos y los indígenas regresará el país a la esclavitud colonial.

El año 2013 lo consideró la Organización Panamericana de la Salud (OPS) año epidémico de dengue en América Latina, pues se reportaron casi millón y medio de casos. Esta cifra recuerda otro año emblemático: 2010, cuando sumaron 1.7 millones. La OPS advierte que ese aumento puede deberse a que las estadísticas epidemiológicas de los países de la región han mejorado en registrar a las personas que padecen dengue y no a que el mal sea mucho mayor. De todas formas, Brasil y los países centroamericanos muestran especialmente que la enfermedad afecta a decenas de miles de familias y se está lejos de controlarla.

El pasado siempre vuelve para desgracia de los desmemoriados. La identidad nacional, memoria colectiva de un pueblo, se construye sobre sus mitos, derrotas y esperanzas, en ocasiones traicionadas, abandonadas o travestidas. Así se hace la historia de América Latina, a retazos. Nicaragua pasó de la noche a la mañana a condensar los sueños de emancipación política del continente. Los ojos del mundo se dirigieron hacia ese pequeño país centroamericano, desconocido para intelectuales, académicos y políticos occidentales. Tuvieron que recurrir al mapa para situarlo en el mundo. Nicaragua se puso de moda. El nombre César Augusto Sandino, general de hombres libres, quien luchó contra la invasión yanqui, asesinado en 1933, unió su gesta al Frente Sandinista de Liberación Nacional, cuyos militantes entraban un 19 de julio de 1979 en Managua ondeando banderas rojinegras en señal de triunfo doloroso, que dejó miles de muertos en la guerra contra la tiranía. Una insurrección popular, gestada en décadas, lograba deshacerse de una de las dictaduras más siniestras: los Somoza. Una saga familiar que se adueñó del país gracias a Estados Unidos. Sus posesiones cubrían todo el espectro económico, agencias de viajes, plantaciones, cementeras y alimentación. Hasta la compra y venta de sangre.

La exuberancia irracional del capitalismo financiero a escala global llevó de modo directo a la disciplina del ajuste. Tal disciplina se presenta como si se aplicara a los gobiernos y tuviera un sustento técnico insuperable. Pero es una disciplina que se impone sobre la población y de modo severo, con criterios de corte inmediato pues esa es la esencia de la austeridad como medida económica y como justificación política.

En los anales de la transformación del hombre en araña, el caso de Perdomo reviste, por exagerado, especial interés. Abarca la gama de cambios que experimentan los arácnidos a una escala que el lector, comprensiblemente, considerará contagiada de realismo mágico. La culpa de fondo la tiene el montañismo, lo que llaman alpinismo, que él practicara con pasión abrasadora desde las primeras juventudes, cuando apenas le salían por sorpresa vellos y barros. En las alturas geológicas descubrió no tanto la posibilidad de subir, esa obviedad, sino algo más sutil y peligroso. Ascender y descender peñascos, barrancas, volcanes y simas lo orilló a ensayar saltos horizontales en algo muy parecido al vuelo.

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