Los analistas hablaron sobre las consecuencias de las leyes y la reforma energética, que cambiarán el rostro del sector. La duda que persiste es si será para bien. Algunos mostraron su incredulidad con base en lo que ya ha sucedido en el país, por ejemplo con Telmex.
Denise Dresser, Sergio Aguayo y Lorenzo Meyer consideraron que la apertura del sector energético en el país, gracias a diferentes reformas a la Constitución y a diferentes leyes, puede convertirse en un saqueo, sin que hasta ahora se sepa con claridad en beneficio de quién se va a extraer más petróleo.
En la Mesa Política de MVS, Dresser señaló que las reformas fueron aprobadas demasiado rápidas, sin una discusión abierta.
La politóloga expuso los intereses de compañías privadas y extranjeras en el sector, además que señaló que las leyes no resuelven cómo combatir la corrupción en un sector que se caracteriza por ella.
Además, apuntó que se mantienen privilegios al sindicato.
Sobre el tema lanzó varias preguntas: ¿la derrama (de inversiones) va a extenderse?, ¿va a ser catalizador?, ¿para quién y en beneficio de quién se va a extraer más petróleo?, ¿para qué se va a usar el dinero del petróleo?
Señaló que a la postre la reforma se va a medir en cómo afecta al ciudadano y al contribuyente.
“Vamos a ver si hay mejores servicios y precios”, dijo y refirió que en México existe una “triste historia de privatizaciones”, cuando se pasa de manos del Estado a manos privadas.
“Esta reforma constituye básicamente un permiso para que otros extraigan lo que el Estado hacía exclusivamente… no resuelve opacidades”, agregó.
Por su parte, Sergio Aguayo señaló que la alianza PRI-PAN en el Congreso es avasalladora.
Sin embargo, expuso que empiezan a surgir contradicciones, por ejemplo con promesa inicial de que la reforma energética servirá para bajar el precio de la luz y el gas.
Para el académico, “se abre la puerta al saqueo de bienes nacionales y destrucción ambiental“, en referencia a la participación de empresas privadas en el sector, que era exclusivo de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.
Aguayo destacó las “protestas irrelevantes” de los partidos de izquierda, que están “fracturados” en dos grandes bloques.
A su vez, Lorenzo Meyer comentó que este modelo económico neoliberal se implementó a partir de Carlos Salinas.
Desde aquel entonces, existe una buena relación con el gran capital, dijo.
Además, el historiador apuntó que el PAN y el PRI “ahora son prácticamente lo mismo en cuanto a su proyecto”.
Ahora, la oligarquía son el gran capital y los partidos buscan ese impulso; “con apoyo tan fuerte a ver quien los saca del ejercicio del poder”.
Para el historiador, la reforma energética es un arca de la alianza nueva; el poder entrega parte importante de la riqueza, en principio única, de todos, ahora va a ser privada, y esos privados pagarán con apoyo político a quienes están concluyendo esta reforma petrolera, “que inició su historia desde que Carlos Salinas inició la privatización y entregó Telmex a Carlos Slim”.
Reconoció que actualmente hay un crecimiento insignificante en México, pero señaló que contrario a ello la ganancia del “capital” creció muchísimo, por lo que consideró que hay una “concentración obscena de la riqueza”.
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