México: Foro “Día Internacional del Trabajo Doméstico
Sobrecarga laboral sin paga que las mantiene en la pobreza
México,
DF., 23 jul. 14. AmecoPress/Cimacnoticias.- El trabajo del hogar –tanto
el que se realiza por un pago como el que se hace de manera cotidiana
sin remuneración alguna– es una forma de violencia poco visibilizada y
una pérdida económica y de tiempo para las mujeres, mientras que el
Estado mexicano avanza a cuenta gotas para erradicar la desigualdad en
el ejercicio de esta labor.
Esta
fue la conclusión de expertas durante el foro “Día Internacional del
Trabajo Doméstico. Hacia un reconocimiento de la economía de cuidado”
–efeméride que se conmemoró hoy–, y al que convocó el Instituto de las
Mujeres del Distrito Federal.
Ximena Andión,
directora del Instituto Simone de Beauvoir, y Paz López, asesora técnica
en Estadística y Políticas de Igualdad de Género de la oficina de
ONU-Mujeres en México, coincidieron en que de no reconocerse las
aportaciones económicas del trabajo del hogar, las instituciones y la
sociedad no asumirán su responsabilidad para terminar con la
desigualdad.
Detallaron que
las mexicanas destinan 48 horas a la semana para el trabajo no
remunerado en los hogares –lo que genera el 21 por ciento del Producto
Interno Bruto (PIB)–, mientras que los varones sólo destinan 16 horas
para esta tarea.
Además de que
en virtud de que cada vez más mujeres ingresan al mercado laboral, ellas
terminan realizando a la semana jornadas que incluyen su actividad
económica y de trabajo doméstico, de hasta 79 horas en comparación con
64 horas de los hombres.
Y en el caso de
los 2.2 millones de personas que se dedican al trabajo del hogar y
reciben una remuneración –de quienes nueve de cada 10 son mujeres–, 34.6
por ciento reciben menos de un salario mínimo por jornadas que
generalmente son mayores a las 12 horas diarias.
Además la
discriminación contra ellas es muy grave porque según el Consejo
Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), 25 de cada 100
personas consideran que es correcto darles como alimento las sobras, o
que no pueden usar el mismo baño que la familia.
Las expertas
señalaron que las autoridades y la sociedad no están asumiendo su
responsabilidad en la materia, y es que México no ha implementado
ninguna acción mandatada en las convenciones internacionales sobre
derechos laborales y derechos de las mujeres.
Por ejemplo,
enfatizaron que México suscribió la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus
siglas en inglés), que en su artículo 13 señala que los Estados partes
adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación
contra la mujer en esferas de la vida económica y social, a fin de
asegurar condiciones de igualdad entre los sexos.
Sin embargo, en
México las aportaciones a la economía nacional y las contribuciones
familiares de las mujeres que realizan trabajo del hogar siguen sin ser
reconocidas ni pagadas debidamente.
Otros
instrumentos internacionales son los convenios 136, 111, 100 y 189 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se refieren a la
protección para el y la trabajadora, igualdad de remuneración, contra la
discriminación y sobre el derecho al trabajo decente para las empleadas
del hogar que reciben remuneración. México no ha ratificado tales
convenios.
Las
especialistas acusaron que esta omisión se debe a que las autoridades y
la sociedad en su conjunto aún creen que las desigualdades de las tareas
son del ámbito privado, por lo que corresponde a las familias
combatirlo.
Pero no están
generando acciones para crear un sistema integral de cuidados que preste
servicios y brinde infraestructura suficiente para atender a menores de
edad, personas adultas mayores y con alguna discapacidad.
También
indicaron la ausencia de políticas laborales que regulen los horarios de
trabajo y las jornadas laborales, de modo que tanto la madres como los
padres puedan disfrutar del cuidado de su descendencia, o el
otorgamiento de licencias de paternidad que sean equiparables a las que
se conceden para las mujeres.
Asimismo, no
hay propuestas legislativas en materia de regulación del trabajo del
hogar remunerado, principalmente en lo que compete a la ratificación del
Convenio 189 de la OIT.
Por todo esto, y
porque dedicar tiempo a las tareas del hogar reduce la oportunidades de
que las mujeres busquen un empleo remunerado o una actividad para su
desarrollo, la realización del trabajo del hogar es el principal
obstáculo para que la población femenina salga de la pobreza.
Foto: Archivo AmecoPress.
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