Pide a FAO y CBD que actúen en congruencia
ETC Group
El
Capítulo México del Tribunal Permanente de los Pueblos llamó al
gobierno mexicano a prohibir la siembra de maíz genéticamente
modificado en el país, tomando en consideración que es uno de los tres
principales cereales que alimentan al mundo. El tribunal, que reunió
evidencia proveniente de más de mil organizaciones sobre esta violación
y otras más a los derechos de los pueblos, enfatizó la gravedad del
tema por ser México centro de origen del cultivo.
El gobierno
mexicano, sentenció el tribunal, debe “adoptar todas las medidas
necesarias para garantizar la conservación del maíz nativo como fuente
principal de alimentación y como elemento cultural de cohesión y
articulación social. Siendo México el reservorio genético de este pilar
de la seguridad alimentaria mundial, se debe prohibir la siembra de
maíz transgénico en el país” [1].
En el marco de la audiencia
temática “Violencia contra el maíz, la soberanía alimentaria y los
derechos de los pueblos”, se plantearon 140 casos y testimonios de
ataques a la vida campesina e indígena, a la alimentación y salud de la
población, al derecho al agua, a la tierra y territorio, así como los
impactos sobre campesinos y agricultores de los tratados de libre
comercio, en particular del TLCAN, todo lo cual llevó a la destrucción
de las bases para la soberanía alimentaria en México.
En la
acusación que condujo a la sentencia, las organizaciones sociales
hablaron de los cultivos transgénicos como parte de la “guerra” contra
la soberanía alimentaria. La acusación afirma que existe un “blindaje
jurídico, privatización y normatividades paralegales, propias de los
acuerdos comerciales que tienen como fin último la erradicación de toda
producción independiente de alimentos". [2]
El Tribunal también
enfatizó que el tema del maíz rebasa las fronteras mexicanas. La
sentencia llama a la Organización de Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación a salvaguardar de la contaminación
transgénica las variedades nativas y campesinas de maíz y le pide
asumir la responsabilidad en los impactos que decisiones tomadas en
México podrían tener a nivel global. Recomienda al Convenio sobre
Diversidad Biológica que emprenda una investigación especial —con
participación de pueblos indígenas y campesinos— para proteger los
centros de origen de los cultivos y los derechos de los pueblos
campesinos e indígenas que los crearon.
“Luchar contra el
maíz transgénico no es sólo una cuestión nacional” —afirma Verónica
Villa del Grupo ETC en México. “Las comunidades y organizaciones
continuarán peleando para que no se aprueben las semillas transgénicas,
y el Tribunal Permanente de los Pueblos atrajo a la atención
internacional el problema.”
“La sentencia del Tribunal es muy
clara”, dijo Pat Mooney, director del Grupo ETC. “A menos que el
gobierno mexicano responda contundentemente, el mundo seguirá perdiendo
la diversidad genética de uno de sus cultivos más importantes. Si
México no actúa, las Naciones Unidas deberían hacerlo.”
Entre los impactos potenciales de la liberación de maíz transgénico que enfatiza el veredicto del tribunal, se encuentran:
- La contaminación genética y la erosión de las variedades nativas y campesinas
- La apropiación de la producción nacional de maíz por parte de las corporaciones multinacionales de la agricultura
- El ataque directo a la cultura y las formas de sustento de la mayoría de los mexicanos
- El daño que implica para las abejas, el ambiente y las formas de sustento de miles de comunidades mayas por el uso de los agrotóxicos que necesitan los cultivos transgénicos.
Agrupaciones campesinas
y organizaciones sociales ven la posible aprobación de la siembra
comercial de maíz transgénico como un ataque directo a la soberanía y
seguridad alimentaria de México:
“En los últimos catorce años,
el gobierno asumió varias estrategias para contaminar. Primero penetró
con transgénicos las regiones, intencionalmente y a trasmano, luego
minimizó los efectos de los OGM, promulgó leyes para promoverlos, negó
que toda Mesoamérica es centro de origen, terminó la moratoria que
existía contra el maíz transgénico y comenzó a otorgar permisos de
siembra piloto y experimental en el norte del país. En varias
pre-audiencias se demostró con pruebas científicas y monitoreos
comunitarios la dispersión de la contaminación transgénica de maíz y
algodón campesinos en varios puntos del país (que es centro de origen
de ambos cultivos). Los efectos de corto y largo plazo de esta invasión
transgénica son catastróficos para la biodiversidad, la agricultura, la
producción de alimentos y la salud de la población, no sólo para
México, sino para el mundo” [3].
Pese a que México es el centro
de origen del maíz, el gobierno actual y el anterior, autorizaron entre
2009 y 2012 la siembra de maíz transgénico en casi 200 parcelas
experimentales y piloto en varias regiones del país. A partir de 2012,
las empresas Monsanto, PHI México (DuPont) y Dow Agrosciences
solicitaron plantar maíz transgénico a escala comercial [4]. La
oposición nacional e internacional a esta contaminación intencional del
centro de origen del maíz fue muy enérgica, con lo que se logró parar
la liberación comercial, en una verdadera “moratoria” establecida
popularmente [5].
En octubre 2013, una acción civil colectiva
planteada por 53 individuos y 20 organizaciones, representados
legalmente por Colectivas AC, consolidó esta moratoria popular,
logrando que un juez ordenara la liberación de maíz transgénico en
tanto se resuelve esta demanda.
Las empresas mencionadas a las
que se sumó Syngenta, siguieron presentando solicitudes de siembra de
maíz transgénico experimental, piloto y comercial, totalizando 91
solicitudes aun no aprobadas desde 2012 para sembrar millones de
hectáreas de maíz transgénico [6]. Esas empresas controlan más del 90
por ciento de las semillas transgénicas a nivel global y México
representa un mercado al que no están dispuestas a renunciar. Esas
empresas han presentado hasta la fecha 89 impugnaciones contra la
demanda de acción civil y contra la suspensión de siembra de maíz
transgénico. Monsanto presentó incluso una acción legal contra el juez
Jaime Manuel Marroquín, quién otorgó la suspensión en vigencia,
acusándolo de no ser imparcial.
Lo más absurdo es que los
propios organismos del gobierno mexicano, como la Secretaría de
Agricultura (Sagarpa) y la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), que
deberían proteger el interés de los pueblos de México hayan también
impugnado la suspensión, actuado claramente en defensa de las empresas
y no de los ciudadanos, los campesinos y la biodiversidad.
En
la sentencia final el Tribunal reconoce como justa y necesaria “la
resolución del juez Jaime Manuel Marroquín que en octubre de 2013
ordenó suspender todas las actividades de siembra de maíz transgénico
en el país, así como detener los otorgamientos de permisos de
liberación experimental, piloto y comercial de dicha semilla” [7].
El
Tribunal acusa como responsables de las violaciones al gobierno
mexicano, a varias empresas transnacionales (entre las que se
encuentran todas las que controlan la mayor parte de la cadena
alimentaria, desde Monsanto a WalMart, pasando por Cargill y Nestlé), a
gobiernos de terceros estados, como Estados Unidos y Canadá; y a
diferentes instituciones internacionales.
El Tribunal
Permanente de los Pueblos fue fundado originalmente en 1966 por
Bertrand Russell y Jean Paul Sartre, para denunciar los crímenes
cometidos durante la guerra de Vietnam. Se le llamó entonces “Tribunal
Russell”. Posteriormente se constituyó en tribuna permanente para
dirimir violaciones a los pueblos del mundo, con secretaría
internacional en la Fundación Basso, en Italia [8]. Entre sus objetivos
se incluye, “dar voz a pueblos y colectivos sobre problemas que son
fundamentales para ellos pero que no encuentran cabida o son rechazados
por los Estados en cuestión,” al tiempo que proveen las bases para la
articulación y movilización internacional, asegurando una comprensión
cuidadosa de las violaciones a los derechos de los pueblos y sus causas
[9].
Notas:
[1] Tribunal Permanente de los Pueblos, capítulo México, Sentencia de la Audiencia Final, Noviembre 12-15, 2014. http://www.tppmexico.org/sentencia-de-la-audiencia-final-del-capitulo-mexico-del-tpp/
[2] Acusación general ante el TPP sobre maíz y derechos de los pueblos. Tesis número 3. Ver http://redendefensadelmaiz.net/audiencia-violencia-contra-el-maiz-la-soberania-alimentaria-y-la-autonomia/
[3] Relatoría de la Audiencia temática “Violencia contra el maíz, la soberanía alimentaria y los derechos y la autonomía de los pueblos”, punto 7, presentada en la audiencia final del TPP capítulo México, 15 de noviembre 2014, Ciudad de México, México.
[4] Grupo ETC: “Masacre del maíz mexicano” http://www.etcgroup.org/es/content/masacre-del-ma%C3%ADz-mexicano 15/11/2012
[5] Ribeiro, Silvia, Grupo ETC, “Otro año contra el maíz transgénico”, enero 2014, La jornada, México, http://www.jornada.unam.mx/2014/01/11/opinion/019a1eco
[6] Colectivo por la Autonomía, Grain, Grupo ETC, “Solicitudes de siembra de maíz transgénico en México (2012-2013)”, en GRAIN, ¡No toquen nuestro maíz!, pág 276. Mayo 2014, http://www.grain.org/es/article/entries/4954-no-toquen-nuestro-maiz-el-sistema-agroalimentario-industrial-devasta-y-los-pueblos-en-mexico-resisten y Senasica, “Estatus de solicitudes de permisos de liberación al ambiente de maíz genéticamente ingresadas en 2014”, consultado 26/11/2014 http://www.senasica.gob.mx/?doc=25520
[7] Tribunal Permanente de los Pueblos, Capítulo México, Sentencia de la Audiencia Final, 12-15 de noviembre 2014. http://www.tppmexico.org/
[8] Lelio and Lisli Basso Foundation, Rome, Italy, http://www.internazionaleleliobasso.it
[9] Lelio and Lisli Basso Foundation, International Section, Introduction, http://www.internazionaleleliobasso.it/?page_id=209&lang=en
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