La organización de Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) exigió que
las autoridades tailandesas abandonen los “falsos procesos penales”
contra una mujer que utilizó las redes sociales para pedir que los
soldados responsables por la muerte de su tío sean llevados ante la
justicia.
El martes 26 de julio en la mañana, Naritsarawan Kaewnopparat, fue
detenida en su oficina en el Ministerio de Seguridad Humana y Desarrollo
Social, en la ciudad capitalina de Bangkok, por la policía; desde donde
la llevaron a la comisaría y la interrogaron sobre unas publicaciones
hechas en su página de Facebook, reportó HRW en un comunicado emitido el
27 de julio.
La joven de 25 años de edad ya está libre bajo fianza, pero podría
enfrentar hasta 5 años de prisión y una multa de 100 mil baht (cerca de
$54,727 MXN) por “difamación y difusión de información falsa en línea”
contra el ejército tailandés, según la Ley de Delitos Informáticos de
ese país, si es encontrada culpable, toda vez que el proceso en su
contra continúa.
El director de la HRW de Asia, Brad Adams, dijo que “los esfuerzos de
la policía tailandesa para intimidar y vengarse de una víctima de abusos
contra sus derechos es nada menos que un respaldo a la tortura” y
agregó que “el Gobierno debe mandar inmediatamente que la policía
abandone los cargos contra Naritsarawan e investigue a las personas
responsables por la muerte de su tío”.
En su Facebook, Naritsarawan Kaewnopparat, detalla el caso de su tío
asesinado, Wichian Puaksom, quien fue torturado hasta la muerte en 2011
dentro de un campamento militar en la provincia de Narathiwat, ubicada
en el golfo de Tailandia, y exige que los responsables sean llevados
ante la justicia.
La queja contra Kaewnopparat fue presentada por un capitán del
ejército, quien había sido comandante de los 10 soldados responsables
por la muerte de Puaksom.
Según el medio Asian Correspondent, la madre de Puaksom levantٕó una demanda contra el Ministerio de Defensa en 2012.
La investigación llevada a cabo por el mismo ejército, reveló que tras
acusarlo de tratar de huir, el Subteniente OM Malaihom ordenó a nueve de
sus soldados que desnudaran y arrastraran a Puaksom sobre una
superficie de hormigón en bruto, antes de patearlo y golpearlo
repetidamente por varias horas.
Los soldados también pusieron sal en sus heridas para aumentar el
dolor, envolvieron su cuerpo en una sábana, ataron sus manos y le
leyeron los ritos funerarios mientras lo sentaban sobre hielo. Luego
golpearon a Puaksom con cañas de bambú, lo patearon y lo pisotearon en
el pecho y en la cabeza. El hombre de 26 años murió por las heridas
provocadas por los soldados cuatro días después.
En 2014, Naritsarawan ganó siete millones de baht (casi cuatro millones
de pesos) en su juicio contra el Ministerio de Defensa tailandés. Sin
embargo, los responsables quedaron impunes.
Aunque el Primer Ministro de Tailandia Prayut Chan-o-cha prometió
considerar la tortura como un delito y cumplir con las obligaciones de
la Convención de las Naciones Unidas Contra la Tortura en mayo de este
año, el gobierno tailandés aún no ha castigado con éxito a ningún
personal de seguridad acusado de abusos, y las autoridades continúan
tomando represalias contra las y los informantes de presuntas
violaciones de los Derechos Humanos, declaró HRW.
"Siempre ha sido arriesgado hablar en defensa de víctimas del abuso
militar en Tailandia", dijo el director de HRW en Asia, Brad Adams.
"Ahora el gobierno está usando todo el peso de su sistema legal en
contra de aquéllos que exigen justicia”.
Por: Cristina Acuña Roeder
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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