8/01/2016

Los periodistas pal café. . . .



Ayer se cumplió un año del asesinato de cinco personas en un departamento de la colonia Narvarte, en la Ciudad de México. El caso provocó conmoción por el número de personas asesinadas, por la violencia ejercida en términos que los capitalinos suponían distintivos de otras partes del país, por la presencia en la lista de muertos de dos personas con actividades susceptibles de represión gubernamental (la antropóloga y defensora de derechos humanos Nadia Vera Pérez y el fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril) y por el sucio manejo de datos y versiones que pretendieron disolver de inmediato cualquier implicación política y reducir el asunto a los vericuetos y el morbo de la mera nota roja.
En el horizonte inmediato de las sospechas fundadas apareció Javier Duarte de Ochoa, probablemente el peor gobernador del país. Vera Pérez, nacida en Comitán, Chiapas, había terminado su carrera profesional en Xalapa y había participado en múltiples actividades y protestas contra los variados abusos de poder realizados por el mandatario veracruzano. Espinosa Becerril nació en la Ciudad de México, donde comenzó a hacer fotografía para medios de comunicación. Luego se instaló en el puerto de Veracruz y más tarde en la propia Xalapa. Fue un defensor tenaz de periodistas maltratados, amenazados y asesinados en Veracruz, en especial del caso de Regina Martínez, la corresponsal de la revista Proceso que había sido muerta en abril de 2012. Proceso publicó en una de sus portadas (febrero de 2014) una fotografía tomada por Espinosa Becerril en la que el gobernador Duarte de Ochoa aparecía rotundo, de medio cuerpo, con una cachucha policiaca, una mirada fija que a sus críticos parecía torva y amenazante, y un título periodístico: Veracruz, estado sin ley.
Tanto Vera como Espinosa se habían refugiado en la Ciudad de México, entendiéndola como un espacio inalcanzable para verdugos estatales. Habían señalado sin lugar a dudas que, si alguna desgracia les llegara a suceder, las investigaciones deberían dirigirse hacia el gobernador Duarte de Ochoa. A él le responsabilizaron de antemano. Ambos conocían de sobra las historias de periodistas, activistas, defensores de derechos humanos y líderes sociales que han sido asesinados en Veracruz, en circunstancias siempre confusas, con participación de grupos del crimen organizado como ejecutores y la protección inmediata de la policía y la procuraduría estatal de justicia, y la del aparato judicial que entre burocratismos suele dejar sin castigo real ese tipo de hechos.
La primera reacción del aparato capitalino de poder, luego del quíntuple asesinato, generó recelos. Hubo filtraciones informativas, calumniosas, que buscaban clasificar el asunto como algo relacionado con la sordidez: fiestas, alcohol, drogas, prostitución y desorden de vidas. El origen colombiano de Mile Virginia Martín permitió a los guionistas oficiales relacionar la violencia en el departamento de la calle Luz Saviñón con bandas del narcotráfico y venganzas por el robo de droga. Las versiones, cuando ya hubo detenidos, fueron igualmente contradictorias y oscuras. A un año no se conoce el móvil de los hechos y la relatoría judicial, centrada en esos detenidos y sus declaraciones, resulta poco convincente. El gobernador Duarte de Ochoa declaró voluntariamente sobre los hechos y formalmente no tiene imputaciones. No han vuelto a suceder episodios similares en la capital del país. Sólo fueron ellos. Además de Vera y Espinosa, murieron ahí la colombiana Martín, la joven maquillista Yesenia Quiroz Alfaro y la empleada doméstica Alejandra Negrete Avilés. Cinco asesinados en la Narvarte, ¿por qué?, ¿por orden de quién o quiénes?
La desesperación recaudatoria de la administración peñista recurre a partir de hoy a otro aumento en el precio de los combustibles (gasolinas en sus dos versiones y diésel). Es una forma descarada y abusiva de meter la mano al bolsillo de los ciudadanos para mantener el funcionamiento de un aparato gubernamental pesado, excesivo, despilfarrador y corrupto. A esa faceta grosera de desposeimiento colectivo ha de añadirse el evidente disparo inflacionario que provocará, en un estropeo económico que se añade a las otras cuitas nacionales en curso. Por sí mismo, todo aumento en un rubro tan sensible como son las gasolinas y el diésel resulta dañino para una economía desequilibrada como es la mexicana. Pero en esta ocasión el monto de los incrementos es exagerado (21, 44 y 56 centavos por litro en gasolina Magna, Premium y diésel, respectivamente): franca voracidad gubernamental descriptiva de los graves desajustes y carencias que sufre el tesoro nacional.
El mencionado incremento, conocido como gasolinazo, intensifica la valoración negativa del discurso pretencioso de Peña Nieto respecto al cumplimiento de sus promesas. Simple y llanamente, se está ante otra mentira de quien se hospeda en la casa presidencial. Él prometió con jactancia que no habría más aumentos en el precio de esos combustibles, atribuyendo dicha medida al éxito de sus reformas, en específico a la energética. Incumplir tal ofrecimiento lastima la palabra y la imagen de quien conduce la institucionalidad mexicana, pero representa, además, una confesión apabullante del fracaso de esas reformas que se utilizaron como presunta causa de ahorros que no se han dado. Ya antes se autorizó el alza de tarifas en el consumo eléctrico (otra promesa incumplida, utilizada incluso con fines abiertamente electorales para ayudar a candidatos del PRI, partido éste al que se envió como relevo impuesto a Enrique Ochoa Reza, quien dirigía la Comisión Federal de Electricidad). Ahora llega el peor de los gasolinazos.
Y, mientras la sección 22 del magisterio intenta bloquear hoy los accesos al Cerro del Fortín, donde se realizará la clausura de la Guelaguetza oficial, en protesta por el incumplimiento de los acuerdos a que dice haber llegado con la Secretaría de Gobernación, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



¿Tendremos pinta de chamacos? Rodrigo Barros, titular de la Unidad de Política de Ingresos Presupuestarios de la SHCP, dice que el gasolinazo es culpa del Congreso, porque los legisladores lo aprobaron en el presupuesto de este año. ¿Y quién hizo y presentó la iniciativa? ¿No fue el Ejecutivo? También dice que el aumento anunciado es reflejo de los incrementos en los precios internacionales. Chispas. Entonces, ¿no es cierto que hay una crisis nacional e internacional por el desplome del precio del crudo? La verdad es que vía impuestos en la gasolina están bolseando a los automovilistas. En el primer semestre del año recaudaron por concepto de IEPS a la gasolina 130 mil 700 millones de pesos, 25.6 por ciento más que en 2015. ¿No estaría mejor esa fortuna en las familias?
Los indecisos
FotoAsí llegó Mussolini y así llegó Hitler al poder, con una retórica estridente, dijo Peña Nieto en marzo, en una controvertida declaración. Luego, al terminar su reunión con Obama, el mes pasado, suavizó su posición: A la señora Hillary Clinton y al señor Donald Trump quiero expresarles mi mayor respeto.…Trump no ha cambiado su postura: muro (y que lo pague México) y deportación de 11 millones de indocumentados. Las encuestas de este fin de semana muestran que nuestro futuro está en manos de los indecisos: Hillary, según Reuters/Ipsos, cuenta con 41 por ciento de los votos; Trump, con 35 por ciento, de mil 47 participantes. El 24 por ciento todavía no tiene una decisión.
La señora del candidato
Ahora, por favor, que ningún funcionario del gobierno vaya a opinar, ni bien ni mal, sobre la publicación del semanario The Post. En primera página presenta a Melania Trump, sí, la esposa del candidato republicano, sólo con zapatos de tacón alto. Fue una serie fotográfica que le tomaron cuando era modelo a los 25 años. Sin duda, en caso de que su marido llegara a la Casa Blanca (la de allá), la nación tendría una primera dama modelo. Obvio, la filtración de estas fotos, que datan de 1995, es un anticipo de lo encarnizada que será la campaña. Aquí les dejo el link
Dichoso
¿Qué fue lo que puso tan contento a Humberto Moreira, que reía y bailaba cumbias como en sus mejores días de gobernador de Coahuila? Obviamente no le quitó el sueño la denuncia que presentó en la PGR un grupo de senadores del PAN por los delitos de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, encubrimiento, cohecho, fraude y peculado. ¿O fue para celebrar su cumpleaños número 50? Su hijo Rubén Moreira escribió en Twitter: En la casa y con la familia no pudimos dejar pasar la ocasión y festejarlo con una fiesta sorpresa.…¿Cómo dejar pasar los 50 del Profe? Pero seguramente también bailaba de gusto porque, según dijo, la PGR ya lo exoneró de todos los cargos. (Texto tomado de las páginas inéditas de Kafka.)



Debí realizar una segunda lectura. Me parecía algo tan inexplicable, tan absurdo y fuera de proporción, que llegué al grado de culparme yo mismo por mal entender la noticia: seguramente mi desagrado por esta persona me llevaba al prejuicio, a la obnubilación. Si me lo hubiera contado, alguien habría tenido que valorar escrupulosamente la veracidad del informante y el tono e intención del comento. Después de releer la nota y, por los puntuales datos asentados en ella, no tuve más que aceptar que había leído una información tan cierta, como que la tierra no es cuadrada ni redonda, sino muy dispareja y, además, que no es propiedad del que la trabaja sino del patrón. (Estos renglones se leen con la música de El barzón, vieja canción agrarista de los tiempos idos).
Ya que volví en mí y me sometí a lo apabullante de los hechos, la incredulidad se transformó en pasmo y decidí recurrir a la mayéutica, método socrático que a partir de precisos cuestionamientos intenta el encuentro con la verdad. Ciertamente este sistema es más antiguo y menos eficaz que los interrogatorios que actualmente la ciencia criminalística mexicana ha patentado como el tehuacanazo y la picana, sistema con el que se suelen conseguir haces de luz, transparencias y certidumbres que los hoyos más negros del universo parecen arbolitos navideños.



Las historias que relatan lo sucedido en la convención demócrata recuerdan la historia de Rashomon, llevada a la pantalla por Akiro Kurosawa: varias personas presencian un evento y la descripción que cada una de ellas hace del mismo es diferente, incluso contradictoria, según su visión del acto y del contexto en que ocurre. Es lo que se deduce de las interpretaciones que la opinión pública tiene de lo ocurrido en la convención, la mayoría de ellas filtradas por los medios que la cubrieron.
Los medios más serios coinciden en que el ritual mediante el cual Hillary Clinton fue ungida candidata a la presidencia estuvo a punto de naufragar, debido a la oposición de partidarios, porque ella representa un continuismo que va en contra de las ideas sociales que Bernie Sanders proclamó durante la campaña. No quisieron entender que 90 por ciento de propuestas del senador fueron incluidas en la plataforma demócrata. Sanders conminó a no exigir todo o nada y a solidarizarse con Clinton.
En el lado opuesto algunos conservadores moderados condicionaron su intención de apoyar a Clinton, siempre y cuando adoptara características que harían de ella una candidata más acorde con la realidad del país. Exigen una concepción menos materialista de los problemas de la sociedad, ya que no todos sus males tienen el origen en la pobreza. Además, es suicida pensar que los estadunidenses aceptarían el socialismo o lo que muchos entienden por ello. Sugieren que acepte haber cometido los errores que son el origen de la desconfianza y antipatía de sus detractores. Cada quien ve a la candidata desde una óptica diferente y quieren que actúe en consecuencia.



Para dimensionar el alegre discurso del secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, en el sentido de que el país acumula muchísimos meses sin huelgas a nivel federal, prevalece la paz laboral y, en fin, existe capacidad de diálogo entre los factores de la producción, el Sindicato Nacional de Mineros le recuerda que el pasado sábado se cumplieron nueve años del estallido simultáneo de (¡sorpresa!) tres huelgas que a la fecha se mantienen sin solución, porque la autoridad, lejos de ser factor de equilibrio, se ha dedicado (en dos gobiernos al hilo) a proteger los intereses de un empresario altamente tóxico.
Ciento ocho larguísimos meses de huelga, a lo largo de los cuales el empresario –quien ha amasado su enorme fortuna con los bienes de la nación– ha recibido plena protección gubernamental y las dulces mieles de tener amigos donde hay que tenerlos, mientras los trabajadores que las estallaron sólo represión (recuérdese la furia federal en Cananea) y olvido.
Así es. El 30 de julio de 2007 simultáneamente alrededor de 3 mil mineros estallaron la huelga en tres minas concesionadas a Grupo México del tóxico Germán Larrea: Cananea, Sonora; Sombrerete, Zacatecas; y Taxco, Guerrero, por las constantes violaciones a los contratos colectivos y la falta de seguridad e higiene, algo que recordaba lo sucedido en Pasta de Conchos (también entregada a ese empresario), en febrero de 2006, donde murieron 65 mineros” (una década después el empresario se mantiene impune).
En aquella fecha el sindicato denunció que ante la complacencia gubernamental (como en Pasta de Conchos), Grupo México no quiere revisar el contrato colectivo de trabajo ni establecer medidas de seguridad, pero sí promueve despidos injustificados y envía grupos de choque para intimidar a los trabajadores que ya no tolerarán esa situación. Y estallaron las huelgas, que a estas alturas se cuentan entre las más prolongadas de la historia de México.
Nueve años y dos gobiernos después (el de Calderón y ahora el de Peña Nieto), la exigencia obrera permanece desatendida y, como se ha comentado en este espacio, en el caso de Cananea la huelga se prolongó tres años hasta que el 7 de junio de 2010 el gobierno panista arregló el conflicto a golpe de bala, macana y represión laboral, y para ello contó, entre otros, con los secretarios de Gobernación (Fernando Gómez Mont, abogado de Larrea antes, durante y después de ejercer ese puesto en el gabinete), del Trabajo (Javier Lozano –calificado por el propio empresario como mi gato–, quien utilizó el estallido de la huelga como cortina de humo para evadir el espinoso asunto de los dineros de Zhenli Ye Gon) y de Seguridad Pública, con el impresentable Genaro García Luna a la cabeza.
En aquel entonces los representantes de Grupo México aseguraban que no existe un sustento para acreditar que habría violaciones al contrato colectivo de trabajo o merma en la seguridad de las minas y plantas. Eso fue en 2007 y 2010, cuando Felipe Calderón y la autoridad judicial le dieron la razón a Larrea y su corporativo, pero resulta que en 2014 el gobierno federal y el Congreso descubrieron que el reclamo sindical y su advertencia sobre la falta de seguridad e higiene en las minas y plantas de Grupo México no sólo tenían sustento siete años atrás, sino que se mantienen plenamente vigentes. Y en 2016 el empresario se mantiene impune y sin solución las demandas de los mineros.
Por lo anterior, “el Sindicato Nacional de Mineros exige una vez más al gobierno federal y a las autoridades laborales del país que sienten a la mesa de negociación al Grupo México y lo obliguen a cumplir con la ley, que esta corporación multinacional persistentemente ha incumplido y violado. No es posible que hayan transcurrido ya esos nueve años sin que los sucesivos gobiernos se ocupen de resolver las huelgas y en doble lenguaje, por otra parte, digan sus autoridades laborales que en México no existen huelgas a nivel federal.
La mejor muestra de que esta es una falsedad la dan estas tres huelgas a nivel federal, con esos nueve largos años de duración. Urge que este gobierno se decida, de una vez por todas, a no solapar más al empresario Germán Larrea en su designio de ignorar estos tres movimientos. Los mineros se preguntan hasta cuándo el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto dejará de apoyar a este empresario y cuándo dejará la simulación de que todo está bien en el país en cuanto a los justos movimientos laborales de protesta.
Semanas atrás, en una conferencia de la Organización Internacional del Trabajo, celebrada en Suiza, Navarrete Prida presumía que “en México prevalece un ambiente de paz laboral que confirma la capacidad de diálogo entre los factores de la producción. El dialogo social fuerte, sólido y tripartito ha permitido alcanzar casi 32 meses sin una huelga de jurisdicción federal… La paz laboral permite generar acuerdos, promueve mejoras en la productividad, incentiva la formalización del empleo, contribuye a generar programas para dar capacitación, alienta la inclusión social y permite alcanzar mercados laborales más prósperos y equitativos. No existe precedente alguno en la historia nacional, desde que se llevan registros, de un periodo tan largo de paz laboral”.



La Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) ubica la demanda mundial de hidrocarburos en 2015 en 93 millones de barriles diarios, cifra 6.4% superior a la de 2010 y 21.7 al 2000 (Gráfico 1).
En lo que va del siglo (2000-2015), Japón redujo su demanda de hidrocarburos -23.6%, Europa occidental -11.9, y Estados Unidos -1.5%; a la inversa, la aumentaron en forma relevante Arabia Saudita 135.4%; China 131.7, e India 90.2
Del consumo total de hidrocarburos en 2015 (93 millones de b/d), se asume que el 80% (75 m) se cubrió con la producción petrolera y el 20% restante con gas natural, condensados, recuperaciones y petróleo de fuentes no convencionales.
Producción de crudo
La producción mundial de petróleo ascendió en 2015 a 75.1 millones de barriles diarios promedio, siendo los tres mayores productores Arabia Saudita 10.2 millones, Rusia 10.1, y Estados Unidos 9.4 (Gráfico 2).
Esta producción total fue 7.8% superior a la de 2010 y 14.0 a la del 2000 (Gráfico 3). En el último lustro (2010-15) destaca el fuerte incremento (72.2%) en la producción petrolera de Estados Unidos (vía fracking), factor clave de la saturación del mercado y la caída de precios; así como las bajas de producción en Nigeria -14.7%, Noruega -12.9, México -12.0, e Irán -11.1% (caso especial por el bloqueo que le fue impuesto).



Cuando no es el enemigo el que atenta contra un milagro colectivo, sino los que dicen que son aliados, que usan las mismas palabras no para crear o defender algo en común, sino para sus propios intereses, dispuestos a maniobrar e incluso traicionar a quienes son sus compañeros de camino para alcanzar sus ambiciones personales, siempre con la justificación de que lo hacen por el bien de todos, esos son los que cometen uno de los delitos más graves posibles: anular esa solidaridad esencial que intenta alcanzar algo noble, justo e inocente.
El enemigo no engaña, todos saben que está dedicado a derrotar lo que se le opone. Un aliado tiene que engañar para derrotar o atacar a otro aliado. Este es el veneno de proyectos y esfuerzos colectivos y siempre se disfraza de lo opuesto.
Los políticos están acostumbrados a esto, por eso su profundo cinismo (con excepciones); aceptan que así es este juego, hay que ser pragmáticos, y por lo tanto a veces es necesario sacrificar la verdad. Hay columnistas y periodistas que obran igual que los políticos, o que son sus compinches, y tienen el mismo talento para el uso engañoso de la grandilocuencia –usan palabras muy bonitas para cosas muy feas–, gozan plenamente de ser invitados a la mesa grande del debate oficial y conocen los trucos del poder, los cuales usan, si es necesario, contra sus aliados. Claro, todo en nombre de las mejores intenciones. Cuando se les cuestionan los motivos, responden: déjense de las ilusiones, así es este juego, no sean inocentes.


Opinión


Radicalmente opuestas a cualquier noción de bienestar colectivo, las tesis económicas del neoliberalismo, llevadas a la práctica, constituyen una segura fuente de calamidades para los sectores mayoritarios de las sociedades que tienen gobiernos de esa orientación. Y es que su espíritu se nutre en el plano económico de la misma sustancia que su ideología política: la defensa a ultranza del privilegio, la exclusión social como principio activo, el rechazo visceral a las políticas sociales y la misma insensibilidad que siempre evidenció la obtusa y brutal derecha de los siglos XIX y XX.

Sobre la escultura ecuestre de Carlos IV
El Caballito se reubicó en 1979 en la plaza Tolsá, en la calle de Tacuba (el camino más antiguo de la ciudad). Es la primera escultura vaciada de bronce en América, realizada por el arquitecto Manuel Tolsá, inaugurada en 1803 con la presencia del barón Alexander von Humboldt, y representa al rey Carlos IV de España.

La Habana. Pese ha haber desescalado el conflicto militar al punto de cero histórico, tanto el gobierno neoliberal de Juan Manuel Santos como la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) tienen serias razones para no concluir con tanta prisa unas negociaciones que han estado marcadas por la falta de confianza entre las partes. Más allá de múltiples obstáculos, el proceso de diálogo parece haber alcanzado su punto de no retorno, y prueba de ello fue la firma de los Acuerdos sobre cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, dejación de las armas y garantías de seguridad entre el presidente de Colombia y el comandante Timoleón Jiménez, jefe del estado mayor central de las FARC-EP, en esta capital cubana el pasado 23 de junio.

Estados Unidos (EU) no es un país democrático. Allí no gana quien convence con sus propuestas, sino quien cuenta con mayor respaldo de las redes de corrupción pública y privada. La única razón por la cual Hillary Clinton hoy aventaja a Donald Trump hacia la elección presidencial de noviembre es porque cuenta con el apoyo de la oligarguía financiera y el poder político del país vecino.

El gobierno mexicano ha anunciado diversos programas para reducir la dependencia que el país tiene de los hidrocarburos. La meta es alentar la utilización de fuentes alternas y emprender cambios radicales en el actual modelo energético, depredador de recursos, contaminante y dañino para la salud pública. Todo ello se plasmó en el actual sexenio en una de sus reformas más polémicas. Con ella tienen mayor presencia empresas –en especial las españolas– que disponen de la tecnología y la experiencia para aprovechar el prometedor mercado de las energías eólica y solar, por ejemplo. No sobra recordar que por décadas las instancias oficiales no brindaron el apoyo requerido a los grupos de especialistas y empresarios que en el país trabajaban para lograr autonomía nacional en la materia.

El enredo que producen las autoridades para esconder bajo la alfombra el horror y sus torpezas aumenta la confusión… y el peligro. Lanzadas al despeñadero, nos quieren hacer caer en él junto con ellas.

En las dos recientes convenciones partidarias en Estados Unidos se escuchó el eco de una expresión utilizada por Ronald Reagan para manifestar su idea de la “grandeza americana”. Esto último, no olvidemos, se refiere a una particularidad de Estados Unidos, que toma ese nombre y nada tiene que ver con el de todo un continente, es decir, América. Este solo hecho es ya bastante significativo.

Conforme avanzó la señorita Gámez en su solitaria, y apasionada, más que obsesiva, práctica de las indosmesticables sonatas para piano de Alexander Scriabin, primer músico en la historia que dio luz y color a los sonidos, a Oblato se le fue dificultando canturrear lo que escuchaba. Si imitaba los agudos, las muecas lo volvían un poco Charlie Chaplin. Pronto ya no pudo reproducir vocalmente la música. Después de la tercera sonata se empezó a extraviar, y cuando Susana Gámez llegó a La misa blanca, La misa negra y Vers a flamme, Oblato optó por el silencio, de una manera que resultaba aún más inquietante que los tarareos disonantes y los silbidos de angustia. Ese indio simple y benigno estaba poseído por la música del piano.

Como en una noria infinita, en el mundo agrario mexicano se escucha a la sabiduría campesina decir que el que asegunda es buen labrador. Así, en Palenque, año tras año desde hace casi un cuarto de siglo, la arqueología mexicana reúne ese estilo personalísimo –mezcla de pasión y curiosidad académica; de modestia y de sapiencia histórica, estética, iconográfica– con un hondo sentido humanista, lo que la convierte en paradigma de lo que debiera ser un axioma en el medio académico: que la humildad, y una incombustible capacidad de asombro, son las semillas de la auténtica grandeza.

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