CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- El aumento a la tarifa de los combustibles es el mayor “impuesto” recetado a los mexicanos y desencadenará en una escalada de precios en los productos que consume la ciudadanía, es decir, es el peor golpe dado al bolsillo de la gente, aseguraron académicos y expertos económicos.
En entrevista con La Silla Rota,
el investigador del Posgrado en Economía de la UNAM, Clemente Ruiz, y
el académico del Departamento de Estudios Empresariales de la
Universidad Iberoamericana, Abraham Vergara, coincidieron en que esta
importante alza en el precio de las gasolinas y diésel demuestra que
también hubo una mala implementación de la reforma energética, además de
un descuido en la política de comunicación del gobierno federal, que
está generando caos e incertidumbre en la gente.
“Aunque ellos
digan que no, para mí el aumento a los gasolinas es el mayor impuesto
que hay… y al final le pegará a la inflación, porque seguramente los
transportistas no asumirán ese costo y se terminará deduciendo en los
precios de los productos que paga el consumidor final; y ese consumidor
final es la gente”, explicó Abraham Vergara.
Para el académico de
la Ibero, la reforma energética --legislación que fue una de las
prioridades del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto— sólo ha
servido para perforar pozos y no para darle a la gente combustibles con
precios competitivos, pues siguen creciendo las cantidades de
importación de las gasolinas.
“(Uno de los problemas) es que la
reforma energética nunca habló de crear refinerías para generar nuestra
propia gasolina. Al contrario, vendemos el petróleo a un precio y ese
petróleo después lo compramos refinado, pero muchos más caro. Sí, si hay
parte en la que la reforma energética ha servido, pero no lo es en la
parte de la gasolina”, reiteró.
El experto recodó que la reforma
energética si abordó el tema de la liberación del precio de las
gasolinas, para hubieran distintas marcas, no sólo Pemex, compitiendo,
sin embargo no ningún beneficio porque la distribución del combustible,
toda la infraestructura para distribuirla, es del gobierno y esa no
bajara de costo.
Esto significa que los distintos gasolineros
tendrán dificultades para competir entre sí mediante el precio del
combustible, sino a través de otros servicios adicionales del automóvil.
Criticó
que el gobierno federal haya decidido anunciar este aumento en la
temporada de vacaciones, cuando la mayoría de la gente está dedicada a
la navidad y el fin de año, por lo que repiten “métodos antiguos, de
gobiernos pasados”.
“Las promesas de la reforma energética no se están viendo reflejadas en el bolsillo de la gente”, dijo.
¡Que den la cara!
Al
respecto, el investigador del Posgrado en Economía de la UNAM, Clemente
Ruiz, explicó que el modelo de nuevos precios que el gobierno decidió
utilizar para el tema de las gasolinas no fue el ideal.
Aseguró
que también hay un descuido en la planeación del gobierno en la
importación de gasolinas, pues previo a la liberación se está dando una
escasez del combustible que ha dado lugar a que cree un caos en el
mercado de las gasolinas.
Al mismo tiempo, el académico de la UNAM
consideró que también hay un problema de comunicación del propio
gobierno, en el sentido de que no ha podido explicar el cómo y porqué
del incremento al combustible.
“Han dejado que corran los rumores y
lo que estamos viendo en la incertidumbre de la gente, mismos que crean
miedo e incertidumbre. No se ha explicado a la población en su conjunto
todo lo que se está tratando de hacer y cómo paulatinamente se va a
transitar”, reiteró.
Explicó que de acuerdo al mercado
internacional no necesariamente los precios de las gasolinas irán a
alza, por lo que se ajustaran poco a poco, pero nadie desde el gobierno
federal lo ha explicado a detalle.
En ese sentido, pidió que la
Secretaría de Energía y la autoridad en la materia deberían dar la cara y
explicar estos cambios que están provocando el caos en la ciudadanía.
“Queremos
saber cuál es programa, cómo están las cosas. Cuando no hay una
explicación clara, se crean rumores y especulaciones innecesarias. Uno
de los papeles del Estado es orientar y planificar, y no bajar la
cabeza”, concluyó.
lrc
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