Black Magazine
Se respira fiesta en la
Ciudad de México, ha llegado la temporada navideña. Entre los
espectáculos más llamativos y que congregan a más personas están el
desfile navideño de la tienda departamental Liverpool llamado Bolo Fest,
una pista de hielo en el Zócalo, un festival de luces y “caída de
nieve” en la calle Madero. Estos eventos tienen en común ser una muestra
del neocolonialismo cultural presente en México.
La globalización
que vivimos es en realidad la expansión del capital y de los valores
dominantes del capitalismo, se expanden, además de mercancías, visiones
del mundo procedentes de los países dominantes. Se nos siguen imponiendo
modos de vida, gustos, proyectos y políticas, en lo que podemos llamar
un neocolonialismo. México como sociedad se muestra incapaz de mirarse
en un espejo, de reconocerse como realmente es, su mirada queda
distorsionada por los valores de las potencias económicas.
El
influjo neocolonial es muy fuerte, cuentan con medios de comunicación,
industrias culturales, intelectuales y mucho dinero. Es la voz de los
poderosos y responde a sus intereses. Hoy en México: ¿cuántos ven cine
nacional y cuántos cine de Hollywood?, ¿cuántas tiendas nacionales
existen en los grandes centros comercial?, ¿cuánto de la producción
cultural nacional tiene el sello neocolonial?, ¿en dónde se definen las
políticas económicas del gobierno?, ¿existe actualmente un proyecto de
nación propio?
La navidad fecha importante alrededor del mundo,
se encuentra en un proceso de trasformación total. El consumismo se ha
vuelto la parte central de esta celebración, el capitalismo se ha
apropiado de ella. Junto con esto adquiere fuerza la navidad estilo EUA.
En México hay renos de adornos en las casa, los Santa Clauses
aparecen por todos lados, se cantan canciones en inglés en los
festivales escolares, las películas gringas sobre la navidad y sus
milagros llena las pantallas compradas en las ventas navideñas.
Parece que la manera correcta, legitima y verdadera de celebrar la
navidad es la norteamericana. Pistas de hielo en climas templados,
festivales de luces a la Disney, desfiles de una tienda comercial con Santa y un oso polar llamado Bolo
y la simulación de nieve en una calle de la ciudad, (aunque usted no lo
crea), son muestras de una aspiración neocolonial fuertemente
arraigada. Simulamos, nos engañamos, nos menospreciamos y acabamos
haciendo el ridículo, parece banal e inofensivo pero estas actitudes
neocoloniales son también causas de la actual decadencia.
El
neocolonialismo es el sello característico de nuestra sociedad, el
racismo, el menosprecio a lo propio, la imitación como proyecto y el
dominio de elites criollas, son prueba de ello. Urge reconocernos,
mirarnos y pensar desde nuestra realidad, descolonizar nuestras mentes,
para andar nuevos caminos.
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