En este fin de año es importante tomar el tiempo para abrirnos los
ojos con respecto a la tragedia de 2016 y la crisis que se acerca en
2017. Pero asomarnos al abismo no debe implicar que nos arrojemos en él.
Con conciencia, entrega y organización, el nuevo año también podría ser
el momento en que finalmente logremos establecer las alianzas
necesarias para hacer realidad el sueño de reconstruir la nación.
La violencia está fuera de control. Aunque la mayoría de los medios
de comunicación intenten esconder la verdad, la realidad es que la tasa
de homicidios se mantiene en el mismo nivel en que la dejó Felipe
Calderón en 2012. De acuerdo con las cifras oficiales del INEGI,
terminaremos 2016 con aproximadamente 20 mil homicidios en el año. En
apenas cuatro años del gobierno de Enrique Peña Nieto ya hemos alcanzado
casi la misma cantidad de homicidios dolosos que en los seis años del
gobierno de Calderón.
La
corrupción desbordada ha colapsado las instituciones públicas. Los
casos de los gobernadores salientes Javier Duarte, Roberto Borge y
Guillermo Padrés son particularmente escandalosos, pero apenas
constituyen la punta del proverbial iceberg. Conocemos algunos detalles
sobre estos casos porque los nuevos gobernadores buscan utilizar la
exhibición de la corrupción de sus antecesores para dar la impresión de
que ellos serían diferentes. Sin embargo, los mexicanos sabemos
perfectamente bien que personajes como Miguel Ángel Yunes, Carlos
Joaquín y Claudia Pavlovich también forman parte de la misma mafia
corrupta que ha malgobernado el país desde hace décadas.
Pavlovich siempre ha sido del PRI y es absolutamente fiel a las redes
de corrupción estructural sembradas desde hace décadas en el estado de
Sonora por personajes como Manlio Fabio Beltrones. Yunes fue durante
mucho tiempo el brazo derecho de Elba Esther Gordillo y compitió en
contra de su primo, Héctor Yunes, quien se mantiene en el PRI, para la
gubernatura de Veracruz. Miguel Ángel tiene fuertes acusaciones en su
contra tanto por desvío de recursos públicos en sus cargos anteriores
como por abuso de menores. El nuevo gobernador de Quintana Roo, Carlos
Joaquín, es también un viejo PRIista que saltó del barco para poder ser
candidato por la alianza perversa del PANRD. Carlos es el primo de Pedro
Joaquín Coldwell, secretario de Energía de Peña Nieto y el hombre
responsable de la privatización del petróleo nacional y también de la
próxima alza en los precios de la gasolina en 2017.
En 2016 hubo una explosión de violaciones a los derechos humanos de
parte de las fuerzas del Estado y se cometió una de las masacres más
reprobables en la historia reciente del país. El pasado 19 de junio,
Miguel Ángel Osorio Chong y Gabino Cué enviaron cientos de policías
fuertemente armados para llevar a cabo un escarmiento en contra del
pueblo mixteco de Nochixtlán, Oaxaca. Hasta la fecha no ha habido un
solo detenido en relación con el caso, lo que deja una lección de
impunidad que garantiza la comisión de más masacres en el futuro (véase:
http://ow.ly/NY4n307lms5). Asimismo, en esta Navidad, presos políticos
como Gonzalo Molina, Samuel Ramírez, Arturo Campos, José Manuel Mireles,
Leonel Manzano, Damián Gallardo, Mario Olivera, Lauro Grijalva y Sara
Altamirano, entre muchos otros, tuvieron que pasar la Nochebuena
separados de sus familias.
La economía mexicana está colapsada. Si bien nos va, 2016 terminará
con una tasa de “crecimiento” de apenas 1.5%. El peso se ha devaluado
más de 50% en los últimos dos años, lo cual ya está generando fuertes
presiones inflacionarias y ha disparado el costo del servicio de la
enorme deuda generada por las políticas de gasto irresponsables y
corruptas del gobierno de Peña Nieto.
Cotizado en dólares para fines de comparación internacional, el
Producto Interno Bruto del país ha experimentado una franca contracción
en los últimos años. En 2014, la economía nacional se valoraba en mil
297 millones de dólares. En 2015, únicamente llegó a mil 144 millones.
En 2016, probablemente terminaremos debajo de la línea de mil millones y
caeremos varios lugares en el tablero internacional con respecto al
tamaño de nuestra economía. Como consecuencia de las “reformas
estructurales” del Pacto por México, cada día los mexicanos somos más
pobres.
El gobierno federal también ha sacrificado la soberanía nacional. La
reacción de Peña Nieto a la victoria de Trump ha sido la de un lacayo a
su amo. No ha levantado la voz ni una sola vez en defensa de la dignidad
de México o de los mexicanos al otro lado del río Bravo frente a las
políticas y las declaraciones abiertamente racistas y fascistas del
presidente electo. Al contrario, el presidente mexicano ha ofrecido una
actitud “constructiva” hacia los propósitos absolutamente destructivos
del magnate de Nueva York.
Mientras, Trump ha enviado un mensaje perfectamente claro con sus
propuestas para los integrantes de su gabinete: el jefe de la petrolera
Exxon-Mobil será su secretario de Estado; un general de cinco estrellas
será su secretario de Defensa (rompiendo así con una larga tradición de
tener un mando civil sobre las fuerzas armadas de los Estados Unidos);
un alto mando del banco Goldman Sachs será su secretario del Tesoro; uno
de los senadores más racistas y antimexicanos será su procurador, y un
tejano multimillonario metido en el negocio del fracking será su
embajador en México.
En 2017, las múltiples crisis de violencia, corrupción, derechos
humanos, economía y soberanía se seguirán agravando. El pueblo ha sido
abandonado por las autoridades y el “gobierno” de Peña Nieto ya no
existe como tal.
El destino del país entonces se encuentra en nuestras manos. No
podemos seguir esperando que las instituciones del Estado o la inversión
extranjera nos saquen del hoyo. Nos toca a todos y cada uno de nosotros
poner nuestro granito de arena para salvar a la nación. De nuestras
acciones durante 2017 dependerá la posibilidad de que 2018 no sea otro
año de fraude y de indignación, sino que sea un año histórico en que
iniciemos entre todos la construcción de una nueva república de paz,
justicia y democracia. l
www.johnackerman.blogspot.com
@JohnMAckerman
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