Se requiere compromiso real para erradicar ese crimen, destacan activistas
Si aceptara las facultades del comité de la ONU sobre desapariciones,
el gobierno de México recibiría cientos o miles de solicitudes para
explicar qué pasó con las víctimas y qué ha hecho para enfrentar este
delito
La falta de reconocimiento por parte del Estado
mexicano de la competencia del Comité de Naciones Unidas contra la
Desaparición Forzada deja ver el nulo compromiso real de las autoridades
para erradicar este fenómeno en el país, ya que, al no admitir las
facultades de dicho organismo, impide a los familiares de desaparecidos
enviar quejas individuales.
Así lo afirmaron activistas especializados en el tema, quienes
señalaron que esta omisión del gobierno limita el concepto legal de las
desapariciones, para dejar fuera las cometidas por particulares, con
posible aquiescencia de servidores públicos.
Valentina Peralta, coordinadora de la Red Eslabones por los Derechos
Humanos, explicó que al no aceptar la competencia del Comité –sobre todo
los artículos 31 y 32 de la Convención Internacional para la Protección
de Personas contra las Desapariciones Forzadas–, el Estado mexicano
muestra su desinterés por el tema.
El gobierno dice que sí reconoce la convención en términos generales, excepto estas dos cláusulas, que son casualmente las relacionadas con la autonomía individual de la víctima para enviar sus casos a instancias internacionales, que tienen facultades para pedirle cuentas a las autoridades, señaló.
Si México reconociera la competencia del Comité de Naciones
Unidas, tendría que aceptar un esquema legal donde se incluyen las
desapariciones cometidas por pa
rticulares con aquiescencia –o consentimiento–del Estado, lo cual podría involucrar a muchos de sus servidores públicos.
De aceptar las facultades del comité, el gobierno recibiría cientos o
miles de solicitudes de Naciones Unidas para que le explique qué ha
hecho para evitar las desapariciones forzadas, ante las cuales
no tendría capacidad de responder, a menos que destinara recursos suficientes. De ahí viene su negativa.
Blanca Hernández, directora de la Fundación Diego Lucero, coincidió
en que el Estado mexicano se ha negado a reconocer las atribuciones del
comité
porque lo que no quiere es tener más compromisos que lo hagan responder ante organismos internacionales, pues eso afectaría su estrategia de desgastar a las víctimas y no darles ninguna solución a su demanda de justicia.
Es muy importante que (en la ONU) se acepten casos individuales de desapariciones y también colectivos. Como sociedad, pedimos que se firmen todos los tratados internacionales y que el Estado se comprometa a cumplirlos, enfatizó.
Foto Marco Peláez
Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Domingo 3 de septiembre de 2017, p. 15
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