En marzo pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en México presentó el documento Getting it Rigth. Prioridades estratégicas para México,
en donde se hace un balance sobre los principales avances y desafíos
del país. Con un talante oportunista y supranacional, el organismo nos
hace el favor de diagnosticar nuestras enfermedades y prescribirnos una
receta para salir de nuestros malestares.
Así como el asesino que regresa al lugar del crimen, en el documento se reconoce que
la OCDE apoyó al gobierno mexicano en el diseño, promoción e instrumentación de muchas de las reformasestructurales del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Veamos el caso de la reforma educativa. En octubre de 2012 la OCDE publicó en París, la obra: Reviews of Evaluation and Assessment in Education,
en donde se realizó un análisis del sistema educativo mexicano, en
indicadores básicos de cobertura, calidad, procesos educativos y se puso
énfasis en el marco de evaluación de la educación en nuestra nación. Se
describen los resultados en seis capítulos donde se revisa la
evaluación de los alumnos, de los maestros, de los centros escolares y
del sistema educativo.
En cada apartado se mencionan las fortalezas y se agregan algunas recomendaciones específicas para cada rubro. Por ejemplo:
Mantener los esfuerzos para fortalecer la evaluación,
Asegurar la implementación de la Reforma Integral de la Educación Básica,
Desarrollar un nuevo enfoque para asignar calificaciones,
Rediseñar y fortalecer el papel de los supervisores,
Promover el uso formativo de las evaluaciones estandarizadas,
Asegurar que la evaluación sea inclusiva,
Consolidar la evaluación de los maestros,
Examen de ingreso a la profesión,
Evaluar por periodos de prueba para certificar la idoneidad,
Evaluación con fines de avance profesional,
Evaluación para el desarrollo,
Programa de estímulos,
Establecer un órgano independiente para regir la profesión docente,
Crear una estructura de carrera docente con diferentes trayectorias y escalafón salarial,
Crear un sistema completo y objetivo de la evaluación de las escuelas,
Crear una mayor autonomía en las escuelase
intensificar la rendición de cuentas, entre muchas otras sugerencias relacionadas.
Después, de 2012 a 2013, el gobierno de Peña configuró el Programa
Sectorial de Educación, y gran parte de las recomendaciones realizadas
por la OCDE, aparecieron distribuidas en las metas nacionales, en los
objetivos, estrategias y líneas de acción de la reforma
educativa. Y para 2014 se publicó en México la versión en español de las Revisiones de la OCDE sobre la Evaluación en Educación. México, con traducción a cargo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. A primera vista, parecía que el Programa Sectorial se adelantaba a la recomendación internacional, pero ahora sabemos que fue al revés. Lo que podemos constatar es que la reforma educativa atendió las recomendaciones a medias. Aplicó las que convenía emplear y dejó fuera algunas otras de relevancia para escuelas y profesores.
Con esos antecedentes hay que revisar el nuevo documento de la
OCDE. Para responder a la pregunta ¿Cómo va la vida en México?, se
ocupan once dimensiones de bienestar en una gráfica radial, donde se
aprecia el promedio de los países pertenecientes al organismo, y se
comparan con los resultados mexicanos. En los aspectos: Bienestar
subjetivo y Compromiso cívico y gobernanza, México está en el promedio.
Para los casos de Empleo y Remuneración, Vivienda y Salud, los
indicadores de nuestro país están por debajo de la media internacional.
Pero hay otras dimensiones que arrojan resultados muy por debajo del
promedio del organismo: Ingreso y Patrimonio Financiero, Balance
vida-trabajo, Educación y Competencias, Comunidad, y Seguridad Personal.
En esa valoración internacional de cero a 10, la educación mexicana
tiene apenas 0:5 de calificación.
Específicamente en el Capítulo 5. Elevar la calidad y la equidad del
sistema de educación y competencias, se hace una revisión de varios
indicadores que no reflejan una tendencia favorable, incluso se apunta
que
en general, los resultados de aprendizaje de los estudiantes son deficientes: México fue el miembro de la OCDE con la calificación más baja en el dominio de ciencias en la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos.
En los números y valoraciones, se puede percibir que no se atendieron
todas las recomendaciones que se hicieron desde 2012 o que se aplicaron
estrategias que no generaron buenos resultados en cuanto a aprendizajes
de los alumnos, desarrollo profesional docente, organización y
funcionamiento de las escuelas.
Se menciona la indispensable participación de los diferentes actores
de las políticas educativas; se plantea la necesidad de seguir con el
servicio de tutorías para docentes (cuando es una de las principales
debilidades de la profesionalización); se menciona la creación de las
cinco regiones educativas, pero no explican el balance de las
estrategias nacionales y regionales en materia educativa.
En el pase de lista de las reformas estructurales, el libro nos
ofrece más datos y ejemplos de nuestra crisis económica, política,
social y cultural. Pero se nos habla sobre la importancia de que
el próximo gobierno de México parta de la base de las reformas implantadas, las ajuste, las mejore y las complemente con una segunda ola de reformas en distintas áreas de política pública.
El organismo expone los números rojos para motivarnos a seguir con el
mismo proyecto económico. Nos menciona la baja credibilidad y el exceso
de corrupción como insumos para generar confianza y gobernabilidad. La
OCDE nos subraya las graves deficiencias educativas, para animarnos a
continuar con la reforma implementada.
El libro Getting in Right, aparece en un momento coyuntural,
antes de las elecciones presidenciales. La mejor propaganda que tiene
es una radiografía de nuestra nación fracturada. Parece que hace
campaña, pero no. Nadie sabe para quién trabaja.
* Jefe de redacción en Voces Normalistas
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