Represión contra los movimientos sociales y autónomos de Nicaragua
Hay que aprovechar la vida”, arranca la conversación.
“Estoy triste, muy triste… Indignada. ¡Con mucho coraje! Ha sido
terrible lo que ha pasado en este país”, responde la nicaragüense María
Teresa Blandón ante la habitual de pregunta de toma de contacto. La
socióloga, exguerrillera y fundadora del Programa Feminista “La
Corriente”, habla, ya sin tapujos y sin matices, de una dictadura en su
país: “Yo era de las feministas que decía que era un gobierno
autoritario, que era un gobierno corrupto, excluyente… Yo, que no fui de
las que me adelanté a calificarla como dictadura, ahora me doy cuenta
de que lo que nos evoca este gobierno es exactamente a la dictadura
somozista. Solo Somoza en este país fue capaz de masacrar una protesta
pacífica”.
Las reciente protestas, iniciadas por la juventud y secundadas por
amplios movimientos ciudadanos, contra la ya derogada reforma del
Instituto Nacional de la Seguridad Social de Nicaragua, que afectaba a
las pensiones, han sido dura y sangrientamente reprimidas por el
gobierno de Daniel Ortega y de Rosario Murillo. Hasta el momento 46
personas han fallecido, sobre todo menores de 25 de años, desde el
pasado 19 de abril, según el diario online El Confidencial de Nicaragua,
que habla de “matanza”.
Blandón habla, al otro lado del teléfono, desde Barcelona, donde ha
participado en unas jornadas feministas sobre “el derecho a nuestro
cuerpo”, organizadas por CooperAcció. Aunque es habitual que sus
valoraciones giren respecto a la situación del derecho al aborto en
Nicaragua, donde está penado en todos los supuestos, la actualidad marca
su reciente agenda mediática.
- María Ángeles Fernández (MAF): ¿No esperabais esta respuesta?
- María Teresa Blandón (MTB): Este gobierno ha reprimido cuanta
marcha pública se ha hecho. Lo que no sabíamos es que iban a ser capaces
de asesinar cruelmente a tantos jóvenes en cinco días.
- MAF: ¿Qué ha pasado para llegar a esto?
- MTB: Lo que ha pasado te obliga, primero, a entender quiénes son
los que regresaron al poder en el año 2007, que ya no es aquel
movimiento guerrillero devenido en partido político, ya no es el Frente
Sandinista. Tiene la retórica del Frente Sandinista y de sus
planteamientos en favor de la igualdad, de la justicia social, etcétera,
pero es sólo una retórica que no se corresponde con los intereses que
tiene este grupo que usurpa la herencia histórica y también el discurso
del Frente Sandinista que luchó contra la dictadura. Lo que llega es un
Daniel Ortega que ha sido acusado por su hijastra como abusador sexual,
un dato que no vamos a poder obviar.
Segundo, son un grupo de gente que ya no tiene un partido
estructurado: son Daniel Ortega y Rosario, que son los líderes únicos
que controlan todo. Y, tercero, un Daniel Ortega que para poder llegar
al poder negocia con uno de los presidentes más corruptos que ha tenido
el país, Arnaldo Alemán. Para resumir, los casi 12 años en el gobierno
de Daniel Ortega han supuesto una usurpación de la historia, una
distorsión de la revolución que le ha hecho mucho daño a la memoria
colectiva. Han significado la instalación de un gobierno profundamente
autoritario y una lógica de Estado corporativo en el que el principal
socio-aliado de Daniel Ortega es el Consejo Superior de la Empresa
Privada. Y, por último, un gobierno que ha significado represión,
autoritarismo, cerrar espacios de participación, monopolio de los medios
de comunicación, flagrantes atentados contra la libertad de prensa y
una misoginia galopante. Este gobierno ha convertido, sin exagerar, al
movimiento feminista en uno de sus principales adversarios.
Todo esto se acumula durante 11 años en los que se reprime a los
movimientos sociales autónomos, al movimiento feminista, al movimiento
campesino y se levantan, esto es un dato nuevo, los jóvenes
universitarios ante esta reforma de la Seguridad Social. Y el gobierno
ya no tiene consenso, sabe que seguimos siendo uno de los países más
pobres de América Latina y que se está enfrentando a un momento
distinto, porque ya no tiene tampoco los favores de la cooperación
venezolana y no puede ofrecer al pueblo, a la gente más pobre, cambios.
Viene el tiempo de las vacas flacas y a la primera protesta, en este
caso de los estudiantes, asesina.
- MAF: ¿Qué papel está teniendo el movimiento feminista, que es uno
de los que lleva más tiempo articulado y con más trayectoria de
oposición?
- MTB: El movimiento feminista, durante estos 11 años, no ha dejado
de denunciar la violación de los Derechos Humanos a las mujeres. Hemos
sido objeto de toda clase de agravios, de campañas de desprestigio, se
ha impedido que la cooperación nos apoye…
Hemos usado métodos pacíficos, persuasivos, de denuncia ciudadana,
pero también hemos sido estigmatizadas por este gobierno, que ha
alentado activamente los estigmas y ha contribuido más que ningún otro a
descalificar las demandas feministas. Ha sido muy burdo en eso, pero
nosotras tenemos redes sólidas y una agenda muy madura que nos ha
permitido sobrevivir. Nuestros métodos han sido otros y ha sido más
difícil para el gobierno acorralarnos. La idea era extinguirnos; desde
un primer momento intentaron hacerlo creando un contramovimiento de
mujeres, pero no lo lograron. Con los jóvenes habían logrado imponer a
la Juventud Sandinista, mientras que con nosotras no pudieron porque no
estamos concentradas en un lugar, en una universidad; estamos en todos
lados.
- MAF: ¿Cómo se entiende que la Iglesia católica anime ahora a salir a
la gente a la calle cuando ha sido un aliado del gobierno?
- MTB: No es aliado, es adversario. Una buena parte de la Iglesia
católica ha confrontado al gobierno de Daniel Ortega, que, igual que en
los 80, ha tenido una relación hostil con la jerarquía católica. El
gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo que hizo es dividir a la
jerarquía eclesiástica, compró a una parte de los sacerdotes corruptos y
separó y confrontó a los que tienen una postura más crítica hacia el
Gobierno. Una concesión del gobierno Ortega-Murillo a esta jerarquía fue
penalizar el aborto terapéutico, e incluso la reforma la ley integral
contra la violencia tiene esta dimensión de no confrontarse con una
parte de la Iglesia que dice que esa ley divide a la familia. Pero, a
pesar de esas concesiones, nunca tuvieron buenas relaciones. Hace dos o
tres años la Conferencia Episcopal emitió un documento público
profundamente crítico, donde le pide al gobierno un diálogo nacional y
el gobierno no contestó.
- MAF: Entonces, ¿por qué le pide ahora Daniel Ortega que sean mediadores en el diálogo que propone su gobierno?
- MTB: Porque quieren tomar tiempo, pues saben que no hay ningún otro
poder fáctico que goce de algún nivel de credibilidad; es una petición
utilitaria y cínica. Han sido mis enemigos, son mis adversarios, los he
dividido, pero como estamos en una situación crítica, como hemos
asesinado gente y como hay un estado de levantamiento popular que
necesitamos disuadir, es lo único a lo que puede recurrir. Y la
jerarquía católica no va a renunciar a ese lugar. Un lugar que ya ocupó
el anterior arzobispo con la crisis final de la dictadura somocista.
Vuelven a ocupar el lugar de los grandes componedores, pero ahora con
más dificultad porque el Consejo Superior de la Empresa Privada sigue
respaldando al gobierno de Nicaragua y eso es distinto a lo que ocurrió
con la dictadura de Somoza, a la que la empresa privada le retiró su
apoyo.
- MAF: ¿Cómo debería ser ese diálogo para que sea legítimo y tenga validez para el movimiento feminista y para otros colectivos?
- MTB: Todo el mundo tiene un altísimo nivel de desconfianza, nadie
cree que Daniel Ortega y su esposa estén realmente interesados en un
diálogo, lo que quieren es aplacar lo más rápidamente posible este
momento de crisis. Y las evidencias son muchas: siguen sin dar
información sobre los muertos, sin asumir responsabilidades, siguen
diciendo que era un grupo de delincuentes, de vagos, siguen sin
reconocer que torturaron a muchos jóvenes… No reconocen la
responsabilidad que han tenido en esta barbaridad. Y siguen con una
campaña mediática terrorífica.
Los movimiento sociales estamos pidiendo una comisión de la verdad,
organizada de manera independiente por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, y, en un acto de cinismo bárbaro, acaban de crear una
comisión de la verdad presidida por funcionarios del gobierno, por
militantes del Frente Sandinista, como el actual presidente de la
Asamblea Nacional [Gustavo Porras Cortés], caracterizado además por sus
altísimos niveles de violencia.
Es el tipo que llamó a la ONG de cooperación para prohibirles que
entregaran dinero a las organizaciones del movimiento feminista, un tipo
que ha reprimido a los maestros, a los sindicalistas. Un tipo
impresentable en una comisión de la verdad es una burla. Ortega no
quiere dialogar. Los movimientos sociales queremos una comisión de la
verdad dirigida por independientes y manejada por las Naciones Unidas.
Antes de hablar de diálogo miremos quiénes son los responsables de
haber asesinado, de haber torturado, encarcelado… eso es lo primero. Lo
segundo es crear un mecanismo de diálogo, pero no pensando en qué
reformas parciales se pueden hacer en el corto plazo, sino definiendo
una transición pacífica, porque no queremos más guerra ni más muertos y
queremos que este gobierno se vaya.
Sabemos que es un gobierno ilegítimo, producto del fraude, y
genocida, que mata a la gente cuando protesta. Y queremos que se vaya
con un proceso pacífico en el que se defina claramente quiénes se van a
quedar, cómo vamos a hacer un gobierno de transición y cuál es el
mandato de ese gobierno de transición para convocar a nuevas elecciones;
con un poder electoral que sea verdaderamente transparente porque el
que tenemos no sirve, es corrupto, ha sido harto denunciado y tiene cero
credibilidad. Ésa es la petición del movimiento campesino, feminista,
de los jóvenes que se levantaron en protesta y de otros grupos de la
sociedad.
Hasta ahora los jóvenes han dicho que necesitan un par de semanas más
para definir quiénes les van a representar en el diálogo; las
feministas ya están discutiendo quiénes serían las personas que van a
representarlas; otros actores también están haciendo lo propio y los
obispos que van a estar en el diálogo han dicho que son conscientes de
que los distintos sectores tienen que estar representados. Y, por
supuesto, que ahí también va a estar el aliado más importante [el
Consejo Superior de la Empresa Privada] del gobierno de Ortega. ¿Qué va a
pasar? Va a depender mucho de la presión que ejerzan estos actores y
movimientos y de la protesta popular que no ha cesado; y también, aunque
no lo veo muy claro, del apoyo de la comunidad internacional para
evitar que esta crisis tenga otra escalada y la dictadura de Ortega siga
asesinando a nicaragüenses.
- MAF: Citas constantemente a Rosario Murillo, vicepresidenta y
esposa de Daniel Ortega. Su figura es llamativa porque tiene mucho
poder, pero también es muy vilipendiada por la población.
- MTB: No cabe duda de que los epítetos con los que ha sido
calificada tienen mucho que ver con la misoginia. A ella, incluso los
propios simpatizantes del Frente Sandinista, y sobre todos los más
viejos, la odian y la acusan, y lo digo en términos simbólicos, de haber
castrado a Daniel Ortega, de tenerlo como un rehén. Ella fue la que
‘salvó’ a Daniel Ortega, y pongo entre comillas lo de salvar pero de
alguna manera es así, del escarnio que significó la denuncia que hizo
Zoilamérica [hija de Rosario Murillo] por el abuso sexual del que fue
víctima. Rosario le defendió como una leona; él le debe la vida. Muchos
sandinistas saben que Daniel Ortega se lo tiene que pagar porque no es
un favor menor. Sus propios seguidores dicen que él no hace nada si no
es con la autorización de Rosario Murillo.
Hay gente que dice que la verdadera presidenta de Nicaragua es ella.
Creo que eso es una lectura ingenua, que tienen un importantísimo
reparto de poder. Daniel Ortega no es un tipo muy elaborado, creo que es
medio analfabeto en términos políticos, pero que es muy manipulador,
muy corrupto, sabe comprar; y Rosario ha sido la ideóloga de esto que
ellos cínicamente llamaron la segunda etapa de la revolución. Todo el
discurso que intenta articular trozos del socialismo con trozos del
cristianismo y con retazos de la retórica de derechos ha sido orquestado
e impuesto por Rosario Murillo, que cuenta con la mayor parte de los
medios de comunicación y con toda la maquinaria del Estado. A ella le
debemos también el mérito de haber creado un movimiento de jóvenes
profundamente antifeministas, sexistas y muy pervertido, muy desde la
lógica de que hay que participar a cambio de favores. Ha pervertido las
nociones de la participación ciudadana y los ha metido en esta lógica de
adorar al máximo líder. Ella ha convertido a Daniel Ortega en una
especie de fetiche. Desmonta lo que quedaba de la estructura sandinista
más antigua y crea esta nueva lógica de formas de participación muy
superfluas, muy carente de discurso.
Toda la campaña que se ha articulado para estigmatizar y denigrar a
las líderes del movimiento feminista se la debemos a ella. Está claro
que, hasta hace poco, hasta antes de esta masacre, era ella la que
estaba en la palestra: mucha gente hablaba muy mal de Rosario pero muy
poca gente lo hacía de Daniel Ortega. A él lo salvaban de esta lógica
machista de que las mujeres somos el engendro del mal y de que si los
hombres hacen cosas malas es por culpa de nosotras. Esto ya cambió con
la masacre, ya hablan de Daniel Ortega en términos del dictador, del
asesino. Esto fue un parteaguas: ya no salvan a Daniel Ortega, la gente
quiere que se vayan los dos. Rosario Murillo es una mujer muy ambiciosa,
igual que Daniel Ortega, tan cínica como él. Creo que este afán de
poder y este mesianismo que los dos comparten, porque tienen esta lógica
mesiánica de ser los salvadores de Nicaragua, les ha hecho perder
contacto con la realidad.
María Teresa Blandón explica sin pausa, pero con cadencia. Es
pedagógica en sus explicaciones y no huye del contexto. La conversación
telefónica no impide los matices ni comprobar el tono de tristeza y de
indignación de sus palabras y de sus silencios, que son varios. Apura
las horas antes de regresar a Nicaragua para conversar con varios medios
de comunicación: “Hay que aprovechar la vida”, adelantó.
- MAF: ¿Hay retorno?
- MTB: Todas quisiéramos que esto se acabe pronto, que se vayan
pronto; pero sabemos que se van a cerrar, porque ya nos advirtieron y
nos dijeron un montón de veces que no están dispuestos a irse del poder
por las buenas. Nos va a costar, creo que otra vez a los y las
nicaragüenses nos va a costar muchísimo deshacernos de otra dictadura.
Yo sólo espero que no nos cueste más sangre y más sufrimiento y más
dolor. Ningún pueblo se merece esa barbarie y por supuesto nosotras
tampoco. Queremos que se vayan, pero que esta vez logremos hacerlo de la
manera más pacífica posible.
* Este artículo fue retomado del portal Pikara Magazine
Imagen retomada del portal Pikara Magazine |Foto: Carolina Egio Arta
Por: María Ángeles Fernández*
Cimacnoticias | Bilbao, Esp, .-
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