Diana Domínguez fue asesinada por su jefe
En
el juicio oral cuyas audiencias tuvieron una duración total de
aproximadamente 32 horas, Sergio Gerardo Ruiz Ruiz obtuvo una sentencia
condenatoria por el feminicidio de Diana Elizabeth Domínguez Félix.
Su jefe, compañero de trabajo y pareja sentimental, privó de la vida
a Diana en Ciudad Obregón, Sonora, y trasladó su cuerpo a la localidad
de Tesia para intentar desaparecerlo.
Fue el 7 de noviembre de 2016 cuando la Fiscalía General de Justicia
del estado recibió un reporte por desaparición de persona. Se trataba de
Diana Domínguez quien dejó de responder su teléfono celular a la
familia cuando viajaba en su auto hacia Los Mochis, Sinaloa.
Diana y Sergio trabajaban para una compañía de productos de
laboratorio llamado Liomont por lo que viajar era una de las actividades
cotidianas. El feminicida aprovechó esta circunstancia para
interceptarla y acabar con su vida.
El motivo que llevó a Sergio a cometer el feminicidio es el hecho de
que la empresa no permite las relaciones de pareja entre sus empleados,
por lo que para él era lógico que quien debería separarse del trabajo
era Diana, pues él tenía un mejor puesto, era gerente.
El auto de Diana fue localizado el 11 de noviembre de 2016, en una
zanja en Tesia, lugar donde él la colocó días antes. Sergio intentó
ocultar el cuerpo con desperdicios y partes de automóvil. Además le
golpeó la cabeza con una piedra de entre 40 y 50 centímetros.
Diana Domínguez, quien laboró como representante médica para esa
empresa durante 16 años, murió a causa de las 32 lesiones
punzocortantes que le infligió Sergio, pero él quiso seguir lastimando
su cuerpo, la golpeó en la cabeza con una piedra, lo que constituyó la
lesión 33.
El juicio oral se estableció para el 17 de abril de 2018, luego de no
aceptar la propuesta de un procedimiento abreviado y en el cual el
feminicida obtuvo una sentencia de 45 años de prisión, la obligación de
pagar 54 mil 780 pesos por reparación de daño moral y una condena
genérica para que se liquidara en ejecución de sentencia como reparación
del daño material.
FISCALÍA SOLICITÓ LA PENA MÁXIMA
La Fiscalía solicitaba la pena máxima de prisión por feminicidio,
delito que en Sonora se castiga con 60 años de prisión pero el juez
impuso 45. Sin embargo, la institución investigadora lo considera un
caso de éxito por el grado de complejidad que lo caracteriza.
La vice fiscal de Feminicidios y Delitos por Razones de Género,
Claudia Indira Contreras, opinó que la sentencia mitiga un poco el dolor
de la familia por la pérdida de Diana, además de que envía un mensaje a
la sociedad de no tolerancia a la violencia contra las mujeres.
Fue un caso difícil, debatido, siempre con una defensa particular y
peritos de otros estados, sin embargo, el nivel de la Fiscalía es alto
en el ámbito de la investigación, peritaje y litigación, afirmó la
funcionaria.
Comentó que los debates y la resolución del feminicidio de Diana
Domínguez son también base y ejemplo para futuros casos similares, pues
la defensa no solo estuvo objetando las preguntas, sino que interpuso
recursos de revocación y de nulidad. Será un referente de aprendizaje,
enfatizó.
IMPORTANCIA DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
Beatriz Alicia Martínez Valencia es una de las agentes del Ministerio
Público que representó a la víctima de feminicidio, Diana Elizabeth
Domínguez Félix.
Martínez Valencia resaltó la importancia de las pruebas científicas
como la de una mancha de sangre en el zapato del sentenciado, mismo que
lo colocó en el lugar del feminicidio, así como las razones de género
que se presentan en este delito.
A pesar de que un juez desestimó anteriormente otras pruebas que
resultaban, acreditar las razones de género y una prueba de ADN que
comprobó que él acusado estuvo en compañía de Diana, fueron argumentos
definitorios.
La agente Alicia Martínez finalizó la audiencia pronunciando, en voz
alta, una a una las 32 cuchilladas que Carlos infligió a Diana. Enalgo
inusual, el coreo de la concurrencia no se hizo esperar. El tiempo que
la funcionaria pasó haciendo el conteo, fue el mismo que Diana vivió
cada una de las heridas de odio, durante su último minuto de vida.
Martínez Valencia inició su participación en el juicio diciendo: “El
día de hoy conmemoramos a Diana Elizabeth Domínguez Félix, y en este
momento, señoría, le damos voz”. Imaginar el último minuto de vida de
Diana era el objetivo de contar las 32 puñaladas; darle voz, la
finalidad.
La funcionaria resaltó la importancia de seguir el protocolo de
investigación del delito de feminicidio con perspectiva de género, ya
que en este caso las razones de género fueron plenamente acreditadas.
UN EQUIPO DE MUJERES
Iris Anel Armenta Hernández, encargada de litigación de la Fiscalía
General de Justicia del estado de Sonora, y en este caso agente del
ministerio público de litigación, calificó el caso de difícil y
complejo, dada la clandestinidad con que se dio el hecho.
Sin testigos directos, las pruebas científicas eran fundamentales. Y a
pesar de que por protocolo ofrecieron un juicio abreviado, había la
convicción de que al final se demostraría la culpabilidad del imputado
en un juicio oral.
El equipo representante de la víctima era solo de mujeres, mientras
que el equipo de defensa del imputado por feminicidio, se componía de
hombres. A pesar del intento de desestimaciones que se advertían de
parte de la defensa, con sonrisas irónicas y actitudes, incluso al
llamarlas “señoras” en plena audiencia, ellas se concentraron en sus
argumentos.
Armenta Hernández consideró que el caso es un parteaguas en el estado
de Sonora porque demuestra que las pruebas científicas siguen siendo el
sostén de todo caso, sigue siendo la prueba máxima a pesar de que el
delito se cometa en privado, “llevaremos a juicio a cualquier hombre que
hiera o mate a una mujer”, dijo.
HACER HABLAR A TESTIGOS MUDOS
En este juicio por feminicidio Alejandra Beatriz Antelo Figueroa,
perita oficial de la Fiscalía, se desempeñó como consultora técnica de
los Ministerios Públicos en litigación. Su función fue brindar apoyo en
relación a las pruebas periciales ofrecidas.
Entre sus actividades estuvo elaborar las preguntas técnicas clave
que harían las agentes del Ministerios Públicos, y por otra parte,
visibilizar las debilidades de la defensa y de los otros peritos. El
caso de Diana, dijo, fue difícil, sobre todo por la ausencia de
testigos; sin embargo, las pruebas científicas tienen como objetivo
darles voz a esos testigos mudos, expresó.
La prueba contundente fue una mancha de sangre en el zapato del ahora
sentenciado, sangre que era de la víctima. Una prueba científica que se
pueden presentar en cualquier momento con los indicios que se tengan.
Antelo Figueroa consideró que la Fiscalía cuenta con la última
tecnología para responder a estos casos, incluso afirmó que se adquirió
una base de datos con información genética de personas reportadas como
desaparecidas y familiares que buscan personas.
Desde al punto de vista técnico-científico, la lección que les deja
esta investigación es que nunca se debe olvidar la empatía con las
víctimas, y la observancia de protocolos pero sobre todo ser muy
precisos, pues en el sistema oral no se permite corregir en el momento.
SENTENCIA JUSTA
Sylvia Félix Domínguez, prima de Diana Domínguez Félix consideró
justa la sentencia que dictó el juez Ángel Alberto Trejo Duarte contra
el feminicida, Sergio Ruiz Ruiz fue justa.
Ella dijo que por fin la madre de Diana, la señora María Auxiliadora
Domínguez, así como toda la familia podrán llevar el duelo que no han
podido vivir por dar seguimiento al aspecto judicial.
Aunque la sentencia no les devuelve a Diana, el hecho de que Sergio
Ruiz haya asesinado en forma tan cruel a Diana, significa que podría
privar de la vida a otras personas. Es un peligro para la sociedad, dijo
Félix Domínguez.
El juez se mostró muy imparcial y justo, opinó, por esa razón se
mostró esperanzada de que el caso se publique en los medios de
comunicación, pues Diana merece que se sepa por qué fue asesinada y cuál
fue la batalla para conseguir justicia.
Para Sylvia es importante que la sociedad sepa que Sergio se
aprovechó de la relación de confianza que existía entre ambos, y que él
planeó el asesinato en forma fría y calculada.
También quiere que se conozca que Diana Domínguez era madre de
familia de un niño de trece años, que ella era hija única, que apoyaba
en todo sentido a su madre, sobre todo porque padece una discapacidad.
Con la muerte de Diana Domínguez se apaga una vida, pero también se
resquebraja la solidez de una familia. Una madre en desamparo, un hijo
que llora a su madre, y una sociedad que teme que se repita el horror
del feminicidio.
Imagen retomada de Facebook
Por: Silvia Núñez Esquer
Cimacnoticias | Hermosillo, Son .-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario