Antonio Gershenson
Nos hemos basado en nuestro pasado
económico para plantear el crecimiento a alcanzar. Durante 42 años,
hasta 1982, el crecimiento de la economía nacional fue de 6.3 por ciento
anual. Los reaccionarios que han gobernado el país desde entonces se
han fijado del orden de 2 por ciento, y el crecimiento promedio medido
en estos últimos años ha sido de 2.3 por ciento. En el sexenio de De la
Madrid, hubo dos años, 1983 y 1986, con bajas de más de 3 por ciento en
cada uno. Y luego hubo otros años peores, 1995 con una baja de 5.3 o 6.3
por ciento, según la fuente, y 1995 con baja de 6.3 por ciento.
Ha habido planteamientos de aumento alrededor de 4 por ciento. Creo
que vale la pena, además de considerar nuestra historia, ver lo que
sucede en los países más avanzados en ese sentido, en América Latina, en
estos años.
Hay cuatro países que, según la Cepal (Comisión Económica para
América Latina), de la Organización de las Naciones Unidas, han tenido,
entre 2013 y 2017, periodo que lleva el actual gobierno mexicano, un PIB
(Producto Interno Bruto, forma de medir el crecimiento económico del
país), mayor de 5 por ciento anual.
Hablamos primero de la República Dominicana, que es el país con mayor
economía de Centroamérica y el Caribe. Restableció sus relaciones con
China, y ya era la nación de esa región con mayor intercambio económico
con ella. Panamá ya había hecho eso mismo el año pasado, y Bolivia desde
mucho antes.
República Dominicana tuvo un crecimiento promedio en los cinco años
mencionados de 6.2 por ciento. Paraguay, de 5.9; Panamá, de 5.7, y
Bolivia, 5.1 por ciento.
Esto muestra que no está fuera de la realidad actual plantear un
crecimiento similar al que tuvimos a partir de la Expropiación
Petrolera.
Ya lo hemos visto. La Expropiación fue producto de una decisión del
presidente Lázaro Cárdenas. Pero esta decisión se dio sobre el
antecedente de luchas populares, y en especial de las de los
trabajadores sindicalizados del petróleo. Al negarse las trasnacionales
del ramo a negociar con esos trabajadores, y reclamar la represión, los
reprimidos fueron ellos, con la expropiación rigurosamente legal de sus
bienes en la nación.
Y el principal premio en esa área, para la nación, fue ese
crecimiento económico de largo plazo. La movilización de sindicalistas
del primero de mayo fue una muestra más. Ésta debe ser seguida por otras
diversas movilizaciones y huelgas, antes y después de las elecciones,
con los objetivos de corto y de más largo plazos.
Estos objetivos incluyen la eliminación de las reacciones que han
incluido la rebaja de los salarios reales, el mayor desempleo, la
privatización de las áreas económicas estratégicas y la concentración de
la tierra en unas cuantas empresas.
El desarrollo, en especial, del petróleo, es nuevamente importante.
Lo han estrangulado cada vez más, pero se puede y se debe acelerar
nuevamente. Y racionalmente. El dineral que se ha gastado en aguas
profundas, desde hace años, ha sido mucho y no ha rendido ni un barril
de petróleo utilizable.
Pero hay varias zonas abandonadas, que tienen posibilidades y han
sido dejadas. Hace años se perforó por lo menos un pozo activo en Baja
California, y hace unos dos años, el 14 de abril de 2016, se publicó, en
BCS Noticias, lo siguiente:
Benito Bermúdez Almada, director de la Comisión Nacional de Aguas Naturales Protegidas confirmó que en el Golfo de California hay una alta presencia de hidrocarburos y enumeró varias áreas de perforación exploración exitosas.
Se ha abandonado, por Pemex, ese trabajo, con gran placer de los
monopolios del ramo en el lado de Estados Unidos, pues venden gas a las
ciudades mexicanas fronterizas y quieren seguirlo haciendo.
Durante décadas, Pemex expandía su trabajo a más regiones del país,
pero en el periodo reciente lo está reduciendo cada vez más. Esto se
debe revertir, evidentemente. Y esto va junto con el nuevo crecimiento
que debe tener Pemex… y el país.
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