Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
Protesta afuera de la Casa Blanca por el retiro de EU del acuerdo nuclear con IránFoto Afp
Como esperado, en coordinación con las mentiras de su supremo aliado Netanyahu, Trump reniega el creativo acuerdo nuclear de Obama y su secretario de Estado John Kerry respecto a Irán del P5+1: los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos (EU), Gran Bretaña (GB), Francia, China y Rusia), sumados de Alemania.
El presidente francés Macrón, después de su calurosa visita a Trump, adelantó que EU renegaría su compromiso debido a factores domésticos a seis meses de las cruciales elecciones intermedias.
¿Se referirá a los escándalos pornográficos y sus concomitantes líos legales en el frente interno?
Ni el experimentado ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani –encubridor artístico del montaje hollywoodense de los atentados del 11/9–, quien se sumó al desfalleciente equipo legal del presidente, no puede sofocar el incendio de su cliente y amigo.
Tampoco la visita de la canciller Ángela Merkel ni del ministro de Relaciones Exteriores de GB, el extravagante Boris Johnson, pudieron disuadir a Trump de poner en riesgo el agónico orden internacional.
Lo de menos son las falsas justificaciones basadas en mentiras de Netanyahu (https://bit.ly/2JO3CjQ) que Trump tomó al pie de la letra como pretexto y que no fueron avaladas ni por la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) ni por la Unión Europea (UE) ni por Rusia ni por China, es decir, los otros co-signatarios del acuerdo nuclear lubricado por Obama.
Desde su campaña Trump anunció que rompería el acuerdo conseguido por Obama que consideró un desastre. Así que el montaje circense del teatral Netanyahu contra Irán ya estaba escrito en el muro.
The Guardián reveló que los ayudantes de Trump habían contratado a Black Cube, firma privada de espionaje de Israel, con el fin de excavar información que podría ser usada para desacreditar a los funcionarios de Obama quienes ayudaron a negociar el acuerdo nuclear con Irán” (https://bit.ly/2rl1f1q). ¡Clásico operativo del siniestro Mossad israelí!
Ya el ministro de Transporte y Espionaje –¡curiosa mezcla!– Israel Katz había predicho que Trump renegaría el acuerdo de Obama con Irán (https://bit.ly/2ImADXs).
Los ayudantes de Trump usaron las tácticas del degenerado multisexual Harvey Weinsten –el fétido cineasta israelí de Hollywood atrapado en su red de prostitución cinematográfica (https://bit.ly/2j9bf99)– para descarrilar el acuerdo nuclear con Irán, según The New Yorker (https://bit.ly/2wlqPbe).
Sobra recalcar que Obama fustigó la grave decisión de Trump cuando Irán ha cumplido a carta cabal con el acuerdo (https://bit.ly/2FW9SE4).
Más allá de las bravatas retóricas de Trump, se desprende que busca maximizar la puja para que Irán negocie sus misiles balísticos y se desvincule de sus asociados chiítas de Iraq/Siria/Líbano (donde el grupo chiíta Hezbolá obtuvo un resonante triunfo electoral)/Yemen.
Trump amenazó con el ominoso cambio de régimen mediante las asfixiantes sanciones económicas llevadas al más alto nivelcuando la teocracia chiíta persa sufre poderosos embates contra su divisa, el rial, como aduje en mis entrevistas a Telesur (https://bit.ly/2rvIU0z) e HispanTV (https://bit.ly/2rpMBFc).
Trump adelantó una semana su anuncio esperado contra Irán, para aprovecharse del hueco cronológico de aquí hasta el fin del mundial de futbol en Rusia (15 de julio).
El zar Vlady Putin acaba de iniciar su cuarto mandato presidencial y nombró de nuevo a Medvedev como primer ministro, del ala negociadora con Occidente, lo que delata su voluntad de buscar un arreglo.
Tampoco pasa desapercibido que en estos días el zar recibirá al primer ministro Netanyahu en el Kremlin.
En una clásica jugada de apostador de casinos, a los que es adicto Trump, después de haber exhibido su garrote económico contra Irán, promovió lo valioso de la zanahoria de su próximo acuerdo con Norcorea –que deberá tomar nota de la falta de confianza de la(s) firma(s) de EU.
Irán ganó las guerras de Irak y Siria en contra del espantapájaros de los yihadistas islámicos del Daesh, apuntalados por la dupla de EU e Israel y sus aliados en la región, lo cual obligó a Trump y Netanyahu a maximizar su puja militar.
En espera de la decisión unilateral de Trump, Irán se abstuvo de tomar represalias contra Israel que bombardeó varios de sus puestos militares en Siria y cobraron la vida de decenas de iraníes.
Después de las amenazas truculentas de Trump, que alientan a la revuelta interna en Irán y al cambio de régimen, Israel lanzó misiles contra Damasco.
En EU, el Partido Demócrata criticó la grave decisión aventurera de Trump. Hace poco John Kerry –quien pronosticó que Trump no duraría más de dos años en el poder– visitó al canciller iraní Javad Zarif para persuadirlo de no renegar del acuerdo.
El presidente Rouhani declaró en forma sagaz que Irán no se saldría del acuerdo hasta consultar con los otros firmantes europeos y que congelaría su decisión por unas semanas.
La UE, en su totalidad, y GB/Francia/Alemania en forma individual, han lamentado la decisión unilateral de Trump que pone en riesgo el Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares que, por cierto, Israel no firma, pese a poseer un máximo de 400 bombas atómicas clandestinas, y se da el lujo de no aceptar la inspección de la OIEA, lo cual ha respetado al pie de la letra Irán.
En medio del caos global en varios frentes, la dupla Trump/Netanyahu prácticamente aniquila lo que queda del orden internacional en vías de extinción y juega con el fuego nuclear con el fin de obtener el máximo de beneficios bajo el chantaje de la desestabilización regional al borde del precipicio.
Sea lo que fuere, Trump, azuzado por Netanyahu –quien busca una guerra de Washington contra Irán hasta el último soldado estadunidense–, rompe con un acuerdo avalado por los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, lo cual deja a la deriva el mínimo del fractal que subsiste del orden internacional en medio del caos global.
Más allá del hueco cronológico de aquí a finales del mundial de futbol en Rusia, el incendio provocado por la dupla piromaniáca Trump/Netanyahu, si es que no consiguen en este breve lapso de dos meses el impensable colapso del cambio de régimen en la antigua Persia, será apagado por los bomberos de Rusia, China y de quienes, de las tres potencias europeas (GB/Francia/Alemania) deseen quitarse los grilletes del chantaje conjunto de Trump y Netanyahu.
A mi juicio será difícil doblegar a Irán que, pese a las asfixiantes sanciones desde 1979 se encuentra en el lugar 19 de la economía global,según la CIA (https://bit.ly/2woSGr3).
Más allá del alza del petróleo, en un escenario más realista de asentamientos post-sísmicos, el peor error de Trump y Netanyahu es haber arrojado a Irán –país que nunca ha sido esclavizado, potencia gasera a carta cabal con una población juvenil muy educada y sofisticada, y ahora eslabón super-estratégico de la Ruta de la Seda china– a los brazos del RIC (Rusia,China e India).
Una realidad infranqueable es que los decadentes Trump y Netanyahu no pueden imponer solos su nuevo orden global.
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