Ahora que los prianistas
andan muy sensibles por la dramática situación venezolana en el ámbito
económico-social, bien harían en atender la siguiente denuncia de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal): “México es
el país más desigual de América Latina –la zona más inequitativa del
mundo– y tiene una concentración de la riqueza muy fuerte”. El organismo
de la ONU lo detalla:
Si bien de 2002 a 2017 México se mantiene prácticamente sin cambios en el índice de reducción de la desigualdad con base en la distribución del ingreso, las estimaciones preliminares que se hicieron sobre la repartición de la riqueza apuntan a que es el país más desigual de la región, debido a que 20 por ciento de la riqueza de los activos físicos y financieros, que implican las participaciones en bolsa, se concentran en pocas manos.La baja proporción de familiasy personas con activos físicos y financieros muestra que en México existe una muy fuerte concentración de la riqueza.
Según la Cepal –que ayer divulgó su Panorama social de América L atina 2018–,
la cultura del privilegio y el actual estilo de desarrollo aumentan las diferencias entre los centros y las periferias territoriales y sociales, a la vez que generan un grado insostenible de polarización de los ingresos y la riqueza, que aumenta el poder de los grupos más privilegiados para establecer y mantener reglas de juego que los favorecen. Además, advierte,
la persistente desigualdad en el acceso al bienestar y el ejercicio de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales configura campos fértiles para la inestabilidad social, que dificultan la convivencia social, la consolidación y la profundización de la democracia y la estabilidad económica.
En el ámbito latinoamericano, el organismo reconoce que en 2017 el
número de personas en situación de pobreza y pobreza extrema continuó en
aumento. Si bien la tasa de pobreza se mantuvo estable respecto del año
previo, la tasa de pobreza extrema es la más alta de por lo menos los
últimos 10 años. En 2017, el número de personas pobres en América Latina
llegó a 184 millones,equivalente a 30.2 por ciento de la población, al
tiempo que el número de personas en situación de pobreza extrema se
situó en 62 millones, 10.2 por ciento de los latinoamericanos. Ello da
cuenta de un estancamiento en la evolución de la pobreza y un deterioro
en la situación de la pobreza extrema iniciado en 2015.Las cifras de
2017 indican un alza adicional, aunque pequeña, de la pobreza extrema,
mientras en el caso de la pobreza no muestran variaciones respecto de lo
registrado en 2016.
Para 2019 la Cepal proyecta un leve crecimiento económico de 1.3 puntos,
lo que podría dar lugar a una ligera reducción de la tasa de pobreza (aunque las naciones regionales son muy vulnerables a los ciclos económicos).En consecuencia, el número de personas en situación de pobreza se reduciría unos dos millones. A su vez, la tasa de pobreza extrema se mantendría en el mismo nivel que en 2017, con lo que la cantidad de personas en esta situación se elevaría un millón, aproximadamente.
Como sucede con otras variables, las naciones latinoamericanas
presentan unamarcada heterogeneidad en los niveles de pobreza y de
pobreza extrema. Sólo Chile y Uruguay tienen tasa de pobreza inferior a
15 por ciento. En siete, ese indicador se sitúa entre 15 y 25 por
ciento, y en otros seis la pobreza afecta a más de 25 por ciento de la
población.En México tal proporción se eleva a 35 por ciento (cifra muy
por debajo de la que el propio gobierno mexicano reconoce, de 55 por
ciento).
Las rebanadas del pastel
Pues nada, que al atraco huachicolero hay que
sumar el robo de energía a la Comisión Federal de Electricidad, que en
el quinquenio 2013-2017, con Enrique Peña Nieto en Los Pinos, ascendió a
138 mil millones de pesos, monto representativo de casi la mitad del
presupuesto autorizado a la Secretaría de Educación Pública para 2019.
Twitter: @cafevega
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