Sin pensiones, jubilación e ingresos
Por
vivir sin una pensión o jubilación, carecer de empleo y tener una mayor
esperanza de vida aunque sin tener garantizado el acceso a servicios de
salud pública, las adultas mayores enfrentan mayor vulnerabilidad ante
la “cuesta de enero”, conocido así a uno de los periodos económicos más
difíciles del año.
Margarita Gaytán es sólo una muestra. El paso del tiempo quedó
alojado en su piel y el cabello. El andar, a veces vivaz, a veces
enfermo, refleja los más de 75 años que la acompañan, al igual que la
marginación en la que vive, a menos de diez minutos del centro de la
capital.
Su casa se ubica en la parte más alta de la Colonia Aurora. Cual
polvorón, cae a pedacitos con la lluvia, el viento y los temblores. La
pieza de adobe, que años atrás fue una casa fuerte, hoy es un inmueble
endeble con el riesgo de desplome sostenido con morillos.
El pago de predial, la compra de insumos básicos como gas, luz y pago
de agua potable, se suman a las necesidades de una persona adulta
mayor: medicamentos y atención médica. “Todo eso enfrentamos y sin
trabajo”, enfatiza Margarita con la voz casi apagada por la gripe.
Para iniciar el año, Margarita Gaytán y su esposo Faustino Hernández
desembolsan 500 pesos, los cuenta como quien ve un ahorro inmenso. El
dinero está destinado para el pago de predial. La pareja pudo hacerse
del dinero restando de a poquitos al dinero que de vez en vez ganan
limpiando un patio o haciendo algún mandado, “en estos tiempos ya nadie
nos da trabajo”. A los 200 pesos guardados, una vecina se sumó con 300
pesos más para ayudarles a cumplir con esta obligación ciudadana.
Además de los trabajos eventuales, otra fuente de ingreso es el
programa de asistencia social para personas de 60 y más, sin embargo,
desde hace un par de meses no han recibido el recurso.
SIN PENSIÓN LABORAL
La pareja nunca tuvo un empleo formal que les permitiera tener una
pensión para su vejez, en su juventud Faustino se dedicó a la
albañilería; Margarita al cuidado de sus hijas e hijos, rol que sólo le
permitía la realización de empleos informales y sin prestaciones.
En la actualidad la pareja no cuenta con recursos suficientes para la
adquisición de los más básicos, hasta para la atención de su salud.
El diagnóstico, “Situación de las Mujeres Adultas Mayores Indígenas
en México”, elaborado por el Centro de Estudios para el Adelanto de las
Mujeres y la Equidad de Género de la Cámara de Diputados, indica que el
proceso de envejecimiento implica, sobre todo para las personas adultas
mayores de los países en desarrollo, la reducción de oportunidades para
generar ingresos y acceder a servicios de salud, esparcimiento,
alimentación, cuidados especializados, entre otros.
Esta situación -agrega- aumenta la vulnerabilidad de mujeres y
hombres adultos mayores, ya que el envejecimiento en estas
circunstancias incrementa los riesgos de vivir la última etapa del ciclo
vital en condición de pobreza.
“Las mujeres adultas mayores enfrentan una realidad especialmente
difícil”. La afirmación se hace lógica al revisar los estudios y las
estadísticas que muestran que las mujeres tienden a una esperanza de
vida más larga que los hombres, sin embargo, esta longevidad no va
aparejada por una óptima calidad de vida.
Por el contrario -afirma el diagnóstico- viven una pobreza más
profunda en la tercera edad, dado que las mujeres, a lo largo de su
vida, tuvieron menor acceso a la educación y se encargaron en gran parte
del cuidado de las niñas y niños, tienden a trabajar en el sector
informal, en trabajos menos estables y con sueldos menores. Esto limita a
las mujeres en su capacidad de ahorrar y tener seguridad económica en
su vejez.
SIN INGRESOS, 9 DE CADA 10 PERSONAS ADULTAS MAYORES EN OAXACA
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
lo confirman. En total nueve de cada diez adultas mayores viven sin una
pensión o dependen económicamente de algún familiar, de ingresos
generados por un trabajo por cuenta propia, o de limosnas.
La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (2017) enlista
que las tres problemáticas principales que enfrentan las personas
adultas mayores actualmente en el país, es pensión insuficiente para
cubrir necesidades básicas (28.5 por ciento), falta de oportunidades
para encontrar empleo (22.5 por ciento) y carecer de pensión o
jubilación (21.9 por ciento).
Además, agrega que 37.0 por ciento de la población mayor recibe
dinero de sus hijas e hijos para sostenerse económicamente, y el 11.0
por ciento depende únicamente de este ingreso. Analizado por sexo, esta
población representa 15.1 por ciento de las mujeres y, 6.4 por ciento de
los hombres de 60 años y más.
El Consejo Nacional de Población (Conapo) señala que en 2015 Oaxaca
tenía 321 mil 135 personas mayores de 65 años que representaban 8 por
ciento de la población total; es decir que, de cada cien habitantes,
ocho eran adultos mayores.
Cifras del Inegi revelan que el sector de actividad económica en el
que se encuentran ocupadas el mayor número de personas adultas mayores
en Oaxaca es el primario con 56 por ciento, seguido del terciario con 30
y finalmente el secundario con 14 por ciento.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Citlalli López Velázquez, corresponsal
Cimacnoticias | Oaxaca, Oax .-
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