Guerra al huachicol
En el cuarto día de desabasto de gasolinas en la capital
de la República –en el que se incrementaron los bloqueos viales por esa
situación y se multiplicaron las estaciones de servicio cerradas–, la
orden para 23 mil policías preventivos fue intensificar la vigilancia en
esos establecimientos para evitar conflictos, pillaje o robo de
camiones transportadores de hidrocarburos. Fue durante la noche de ayer
que comenzaron a surtirse del fluido a esos negocios.
Desde temprano, entre dos y tres uniformados, así como una
motocicleta o patrulla de la Secretaría de Seguridad Ciudadada de Ciudad
de México (SSC-CDMX) se apostaron en las gasolinerías, no obstante que a
muchas no se podía acceder pues estaban cerradas.
Aunque no había servicio en estos lugares, los automovilistas
formaban largas filas, con la esperanza de que en algún momento llegara
el combustible. Todos alegaban tener más horas de espera que otros.
Llevo aquí 24 horas,
yo llegué hace 35 horas, argumentaban de uno y otro lado los ocupantes de los vehículos.
Un número importante de elementos del Agrupamiento Potros
(motociclistas) o de la Policía Preventiva en patrullas, escoltaron a
las pipas que salían de la Refinería 18 de Marzo –Azcapotzalco–hacia
alguna estación de servicio.
Otra cifra significativa de agentes de la SSC-CDMX debieron patrullar
las calles y hacer paradas en los puntos donde hubiera estaciones de
servicio para verificar que, con o sin vehículos afuera, todo
transcurriera sin problema.
Pese a esa vigilancia, los uniformados fueron incapaces de contener
el enojo de los conductores, quienes en varios puntos de la capital
recurrieron al bloqueo de vialidades cercanas a las gasolinerías.
Raúl Llanos Samaniego
Periódico La Jornada
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