El empresario Pedro
Luis Martín Bringas, accionista de Grupo Soriana, anunció el sábado
pasado, en un mensaje en video difundido enredes sociales, que asumía el
liderazgo de un Frente nacional anti-AMLO (Frenaaa), grupo irregular
constituido por algunos industriales de extrema derecha entre los que
destaca Gilberto Lozano, ex oficial mayor de la Secretaría de
Gobernación y ex director corporativo de Femsa (Coca-Cola). La familia
Martín Bringas es poseedora de una fortuna estimada por la revista Forbes en 3 mil 200 millones de dólares.
En su alocución, Martín Bringas declaró que el propósito del grupo
referido es remover del cargo al presidente Andrés Manuel López Obrador
antes del próximo primero de diciembre. En cuestión de horas, Grupo
Soriana se deslindó de las declaraciones de su accionista y aseguró que
lo dicho por Martín Bringas fue
a título personaly
no representa en ningún sentido la opinióndel corporativo.
No es para menos: el mensaje del empresario constituye un abierto
desafío al orden constitucional del país, un episodio más del golpismo
blando que han venido intentando sectores minoritarios, pero estridentes
de la oposición, y un demencial ataque a los más básicos principios
democráticos, habida cuenta que el actual mandatario fue electo para un
periodo de seis años por una mayoría ciudadana sin precedentes en los
últimos 40 años y ostenta, por ello, una legitimidad incuestionable,
independientemente de que se esté de acuerdo o no con las acciones del
actual gobierno.
En ese contexto, el pronunciamiento de Martín Bringas podría resultar
un mero despropósito sin trascendencia, pero no lo es porque según los
términos del Código Penal Federal linda con el delito de sedición (libro
segundo, título primero, capítulo III, artículo 130) y porque parece
reflejar, así sea en una forma desorbitada y cínica, la incapacidad de
algunos potentados para comprender la actual circunstancia política del
país; da la impresión, en efecto, de que en ciertas esferas del capital
se sigue pensando que la fortuna personal otorga a sus poseedores el
derecho a decidir la composición del poder político por encima de la
opinión mayoritaria de la población expresada en las urnas.
Es deplorable, por último, que algunos individuos del ámbito de la
información y la comunicación hayan llegado, en su aversión al
Presidente y a su programa, al extremo de adherirse al llamado del grupo
encabezado por Martín Bringas; ellos debieran ser particularmente
conscientes de las implicaciones autoritarias, antidemocráticas y
abiertamente golpistas del mensaje referido.
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