Ciudad de México. Como cada 10 de mayo desde hace 9
años, las madres de personas desaparecidas tomaron el espacio público,
ahora en redes sociales, de manera virtual, ante la contingencia por el
COVID-19.
El 10 de mayo, es tradicionalmente el día en que las madres y
familiares de personas desaparecidas toman las calles, congregándose en
el Monumento a la Madre, y caminando desde la Avenida Reforma en Ciudad
de México, hasta el Ángel de la Independencia en la “Marcha por la
Dignidad Nacional”, la cual se organiza de manera simultánea en otras
entidades del país. “Nada que festejar” es su lema, que este año
trasladaron a la esfera virtual, debido a la pandemia del COVID-19.
“El hecho de gritar nos relaja, nos tranquiliza, nos deja satisfechas
de gritar nuestro dolor. El objetivo básico de mostrar el dolor en la
manifestación es sensibilizar a funcionarios y al público en general. Y
no falta quien se anexe”, dijo Guadalupe Aguilar, de Familias Unidas por
Nuestros Desaparecidos Jalisco (FUNDEJ), en una charla reciente del
festival Ambulante, con madres de personas desaparecidas.
“Me siento triste de no estar como todos los años en la Ciudad de
México. Lo que puedo hacer en mi comunidad, donde tampoco se pueden
hacer actividades, es ir a la iglesia y llevar flores, de pedir a San
Juan Bautista de dar fuerza a nuestros hijos”, relató Cristina Bautista
Salvador, madre de Benjamín Ascencio Bautista, estudiante desaparecido
de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
Este año no habrá abrazos de sororidad entre las madres en las
manifestaciones. No se escuchará el “Hijo, escucha, tu madre está en la
lucha”, no se inundará la calle alrededor del Ángel de la Independencia
con las imágenes de las que faltan, no se escucharán las palabras de los
colectivos de búsqueda, ni de las instancias que se solidarizan.
El recordatorio doloroso de esta herida abierta de la sociedad
mexicana se trasladará, como todos los eventos durante esta emergencia
sanitaria, a la esfera digital. Los colectivos publicaron videos donde
las madres cuentan a quién están buscando, desde cuándo, y qué
caracterizaba su ser querido.
Bajo el hashtag #CorazonesEnMarcha, se le pidió al público subir a
sus redes sociales una foto usando un cubrebocas o un pañuelo con la
frase ¿Dónde están? Con la esperanza de que se multiplique miles de
veces en las redes sociales, más que si las madres estuvieran en las
calles.
Pero la pandemia agudiza la angustia de las familias. “Están
desesperadas, no pueden salir a buscar, piensan que se reduce la
posibilidad de encontrar a sus familiars”, narró Janett Miranda
Manjarrez, del Colectivo Mujeres Desaparecidas Guanajuato, en el canal
del Ambulante, recalcando los efectos en la salud mental: “Dicen que ya
no aguantan, que quieren salir, les da muchas vueltas en la cabeza y les
atormenta más saber si su hijo durmió, si se encuentra bien”.
Las representantes de los colectivos de varios estados afirmaron que
no sabían de la existencia de algún protocolo para seguir con la
búsqueda de personas durante la emergencia sanitaria. Las reuniones de
la Comisión para la Verdad en el caso Ayotzinapa con las familias, se
suspendieron. Y los pendientes no resueltos desde antes de la pandemia,
ahí siguen.
De hecho, “desde los primeros días que existe la Comisión Nacional de
Búsqueda (CNB), se debió haber establecido un protocolo de búsqueda,
pero hasta la fecha no lo tenemos”, resaltó Marcela Flores Dionicio,
colaboradora en la línea estratégica verdad, justicia y desaparición en
Serapaz, en entrevista con Cimacnoticias. Antes de haberse aprobado la
Ley General en Materia de Desaparición Forzada, que entró en vigor el 2
de enero de 2018, había un protocolo para las fiscalías o procuradurías.
Desde entonces, existen otras actoras más en el proceso: las
comisiones de búsqueda. “En la ley, está muy general todo, ‘coordinarse,
compartir información etc.’, pero el protocolo va a ayudar a que la
fiscalía sepa qué le toca, y qué le toca a la comisión local y no
dobletee trabajo, por ejemplo en la búsqueda de larga data, la búsqueda
inmediata, en vida, en muerte, en fosas, en panteones”, explicó Flores
Dionicio. Ella cree que la CNB está en el proceso de elaboración de este
protocolo, pero faltaría publicarlo.
Luego, existe la crisis forense, con los Servicios Médicos Forenses
saturados, y una “acumulación descomunal de cadáveres. Por lo tanto, el
Sistema Nacional de Búsqueda de Personas creó, el 5 de diciembre 2019,
el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense. Sin embargo, de
acuerdo con el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México
(MovNDMX), queda pendiente asegurar que sus integrantes no sean sujetos
de represalias; un presupuesto exclusivo así como la posibilidad de
recibir apoyo internacional; asegurar la colaboración con fiscalías; y
la participación real de las familias.
En la Ley General de Desaparición, falta mucho por hacer para que se
cumpla en todos los aspectos, escribió el MovNDMX en su página en enero,
y contabilizó 25 fiscalías especializadas en desaparición, 22
Comisiones Ejecutivas de Atención a Víctimas a nivel estatal, y 29
Comisiones Locales de Búsqueda. Sin embargo, aún hay 23 estados sin
legislación local armonizada con la Ley General, 7 no tienen fiscalía
especializada, 28 no cuentan con ley armonizada de declaración especial
de ausencia y 3 siguen sin Comisión Local de Búsqueda.
Eso después de que a inicios de enero 2020, la Secretaría de
Gobernación, la Subsecretaría de Derechos Humanos, y la Comisión
Nacional de Búsqueda, luego de una revisión que contempló a personas
hasta el momento omitidas, dieron a conocer una nueva cifra de personas
desaparecidas: 61 mil 317, una cifra 50 por ciento mayor con respecto a
la anterior.
Y como destacó el MovNDMX, “lamentablemente lo que no se detienen con la pandemia, son las desapariciones”.
20/SG/LGL
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