Miguel Concha
El propósito de este
artículo es contribuir a la búsqueda de soluciones a la emergencia
sanitaria desencadenada por la pandemia de Covid-19, y a cómo atenderla y
contenerla luego de que fuera decretado el inicio de la fase 3 por el
nuevo coronavirus en nuestro país.
Por tal motivo abordaré en esta ocasión el tema de la
Guía bioética para asignación de recursos limitados de medicina crítica en situación de emergencia(en adelante
Guía), aprobada por el Consejo de Salubridad General el pasado 30 de abril ( https://bit.ly/2yxekeH). Según opinión de la doctora María de Jesús Medina Arellano, una de las dos personas expertas que coordinó su elaboración, éste es el primer documen-to en la historia de la medicina, al menos en nuestro país, que ha sido tan democratizado y transparentado.
Prueba de ello son las largas discusiones generadas desde la
publicación del controvertido borrador, las cuales se han ido situando
principalmente en dos grandes posturas: en contra y a favor, o al menos
con apertura a ella.
Por tal razón, resulta crucial exponer algunos puntos, no sin antes
realizar una consideración previa sobre los derechos humanos. Una
característica poco mencionada de los derechos humanos es que son
esencialmente controvertidos, como lo ha indicado el doctor Ricardo
Ortega Soriano. Lo cual significa, entre muchas otras cosas, que su
interpretación es problemática, especialmente cuando chocan dos o más
derechos entre sí, y por ende uno o unos tienen que restringirse o
limitarse con respecto a otros.
Lo que precede se complejiza aún más en situaciones como la actual
emergencia sanitaria que se vive en la nación, porque tienen que tomarse
decisiones en contextos de crisis y recursos escasos e indivisibles.
Esto genera desacuerdos, debates y dilemas, sobre todo en materia de
bioética y de derechos humanos, los cuales han de ser resueltos con
criterios lo más razonablemente posible, bajo la perspectiva de los
derechos humanos, para eliminar discrecionalidades y arbitrariedades que
puedan derivar en violaciones a derechos humanos, especialmente contra
grupos de atención prioritaria o que histórica o coyunturalmente se
encuentran en situación de vulnerabilidad.
De esta forma la
Guíaintenta, según su descripción, ser un instrumento con criterios razonablemente objetivos, sustentados en los derechos humanos y la bioética. A la letra, dice en su propósito:
Ser una guía bioética que proporcione criterios para orientar la toma de decisiones de triaje cuando una emergencia de salud pública genera una demanda en los recursos de medicina crítica que no es posible satisfacer.
Con esto, según la doctora Medina Arellano, uno de los efectos de la
Guíaes que desactiva el histórico privilegio médico para decidir arbitraria y discrecionalmente quién muere y quién vive, mediante la transparencia de las determinaciones a partir de un criterio dirigido al personal hospitalario que, actual o potencialmente, sea parte en los esfuerzos para combatir la pandemia de Covid-19, el cual entrará en operación si y sólo si la capacidad existente de cuidados críticos en un determinado hospital está sobrepasada, o está cerca de serlo, y no es posible referir pacientes que necesitan de cuidados críticos a otros hospitales donde puedan ser atendidos de manera adecuada.
Algunos aspectos de la
Guíason los siguientes: justifica cierta manera específica de asignar los recursos escasos de medicina crítica, y describe el procedimiento a utilizarse para dicha asignación (triaje); elimina los principios
orden de llegaday
necesidad médica; reconoce, a través del principio de justicia social, que todas las personas tienen el mismo valor y los mismos derechos, así como la dignidad humana, la solidaridad y la equidad en tanto principios orientadores; tratar al mayor número de pacientes y salvar la mayor cantidad de vidas según la posibilidad demostrable de beneficiarse de los recursos médicos.
Asimismo, considera la situación de grupos de atención prioritaria,
para no ser discriminados ni estereotipados; el respeto a la autonomía
de las personas pacientes, y el deber ético de no abandonarlas. Por otro
lado, especifica las características de los equipos de triaje, los
procedimientos, las funciones y los pasos que éstos seguirán al momento
de asignar los recursos escasos de medicina crítica, así como el sistema
de apelación a la decisión de triaje.
Saludamos el hecho de que la
Guíahaya eliminado criterios como el de
vidas-por-completarse, y atendido e incorporado observaciones de instituciones como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, lo cual le otorga un mayor grado de confiabilidad.
Sin embargo, llamamos a asumir una posición crítica con respecto a
los aspectos negativos de los sistemas de salud, que están evidenciando
los impactos del Covid-19, así como a generar los mecanismos óptimos de
aplicación y evaluación en los casos extremos de la
Guía.
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