Ante la pandemia del COVID 19 buscan el ingreso en la confección de cubrebocas artesanales
Organizadas, dan talleres de creatividad y para
identificar la violencia de género. En Chihuahua no sólo se confeccionan
prenda, se dan cursos para empoderar a las mujeres. Reconvierten
talleres, usan imaginación, creatividad, capacidad y dan trabajo a otras
mujeres
Cd. de México. 11 de mayo de 2020 SemMéxico.-
Las mujeres mexicanas, artesanas, indígenas, pequeñas empresarias, en
forma individual o en grupo, y de diversas entidades del país, ante las
medidas de confinamiento en casa por el COVID-19 y la necesidad de tener
ingresos diarios, se pusieron a elaborar cubrebocas de tela, con
bordados artesanales, incluso de palma o innovadores con careta, los
cuales realizan en casa y distribuyen a través de las redes sociales,
incluso en portales oficiales se les promueve para que tengan ingresos
como es el caso del estado de Chihuahua con la empresa “Sinibí Jipe”,
integrada por mujeres rarámuris.
Joloviletik, grupo de Chiapas, indígenas que ya hasta han exportado sus trabajos artesanales
Desde comunidades de Chihuahua hasta Chiapas, pasando por Puebla,
Oaxaca y Zacatecas las mujeres, muchas de ellas dedicadas a la
confección y venta de prendas y piezas artesanales, ante la escasez del
dinero que comenzó a mediados de marzo y se acentuó en abril,
encontraron en la confección de cubrebocas la forma de obtener ingresos,
a partir de un artículo que conforme avanzaba la cuarentena sanitaria
comenzó a utilizarse de forma obligatoria en algunos de los estados de
la República.
Creación de Gabriela Flores Cano, en Zacatecas
Las mujeres aprovecharon su habilidad creativa y artesanal para
confeccionar un nuevo producto con las características requeridas de
protección e higiene para no esparcir saliva mientras se habla y cubrir
con filtros, lavables, resistentes e impermeables boca y nariz, y en
algunos casos hasta los ojos como el modelo de Gabriela Flores Gasca que
de confeccionar disfraces, pasó a elaborar cubrebocas más completos con
protección para los ojos, y los comercializa sin salir de casa en su
red de Facebook o por teléfono.
Imaginación y creatividad, reconversión de talleres que hoy viaja por
la publicidad de boca a boca, en redes sociales y el celular, y que
ayudaron a agilizar que se conocieran, tanto como su venta, aún fuera de
sus localidades. Ayudan los familiares y oficinas de promoción
artesanal estatales como La Casa Otomí en Querétaro, cuyo director
Eduardo Paulin Nardoni, logró el primer pedido de un centenar de piezas
para ser distribuidas en la capital del estado de Querétaro, y debido a
ello María de Lourdes Pérez Jacinto pudo ofrecer trabajo a cinco mujeres
más, que de igual manera no tenían ingresos familiares.
María de Lourdes Pérez Jacinto Bordados Otomíes
Pérez Jacinto, es una artesana de textiles de la comunidad de San
Ildefonso Tultepec, en Amealco de Bonfil, quien al ya no poder acudir a
las plazas públicas a ofrecer sus creaciones por la propagación del
COVID-19, optó por cambiar momentáneamente las muñecas otomíes por
cubrebocas de tela con los bordados característicos de la zona indígena.
Ante la buena respuesta este proyecto actualmente ha logrado beneficiar
a 20 mujeres artesanas de la localidad, quienes le han ayudado a
cumplir con pedidos. El más elevado al momento ha sido cerca de 300
cubrebocas, los cuales ha mandado a lugares como Toluca, Torreón y
Guadalajara entre otros. Apenas está buscando la estrategia de entrega,
pero se le puede contactar al Facebook Esperanza Pascual o al
comunicarse al número 448 108 2705.
Sinibé Jipe en Chihuahua
En el caso de la pequeña empresa rarámuri Sinibé Jipe, cuatro mujeres
tarahumaras y una joven emprendedora están haciendo cubrebocas únicos
con diseños coloridos de la cultura rarámuri y disponibles para
lucirlos, se pueden hacer envíos, incluso en el portal del gobierno del
estado de Chihuahua las promocionan, ya que reconocen que la elaboración
de su producto ayuda en gran medida a detener la propagación del
COVID-19, además de que las mantiene en su actividad artesanal con la
que generan sus propios recursos. Están hechos con 65% de tela poliéster
y 35% de algodón; son lavables, impermeables y pasaron las pruebas para
ser funcionales”.
La historia de la empresa constituida por Luisa Fernanda Martínez,
una joven administradora de empresas, con experiencia en desarrollo
social, y cuatro artesanas rarámuris; Marcelina, Lupita, Esperanza y
Cuquita, comenzó como proyecto en el 2007 y es hasta el 7 de marzo del
2019 que se constituyó como “Sinibí Jipe” en donde laboran prendas de
vestir con diseños característicos de su cultura.
El artículo estrella de esta empresa son las sudaderas con diseños de
pico, los patrones de picos representan las montañas, son prendas
frescas y coloridas confeccionadas totalmente a mano, por lo que no hay
una exactamente igual a otra. Su venta la realizan por Facebook donde
comparten sus creaciones y rápidamente atrajeron a los cibernautas por
el colorido de sus diseños. Trabajan desde casa por la contingencia y
se les puede contactar en sus redes sociales, cada pieza cuesta 100
pesos y a partir de 12 cubrebocas el envío es gratuito.
En tiempos normales en el taller en Chihuahua no solo se confeccionan
prendas, sino que se imparten cursos para poder detectar la violencia y
se dan herramientas para salir de ella; se dan talleres de superación
personal, se remiendan corazones, se ambienta con risas y se diseñan
ambiciones. Una de las mayores ambiciones de Luisa es generar empleos en
la sierra, y que se sumen muchísimas más tarahumaras, incluso más
jóvenes pues ahora la media de edad son 40 años.
Diario 24 horas. Luisa Fernanda Martínez, administradora de empresas y
cuatro artesanas rarámuris; Marcelina, Lupita, Esperanza y Cuquita.
Cubrebocas con diseños rarámuris.
Cubrebocas de palma por mujeres mixtecas
Destaca en Oaxaca el grupo de mujeres mixtecas de la región de
Nochixtlán en el estado de Oaxaca, quienes realizaron los cubrebocas, a
partir de la hoja de palma nativa de la región, que es un conocimiento
milenario que van heredando. Son mascarillas lavables que pueden
reutilizarse. Es más rápido y económico, dijo una de las artesanas,
Serapia López. Juana López de 70 años dijo que la idea surgió para
vender y ante la escasez de los cubrebocas en plena contingencia
sanitaria. El costo es de 5 pesos.
La región mixteca es una de las ocho regiones de Oaxaca y la gran
mayoría de las comunidades que la integran se dedican a la elaboración
de artesanías con la hoja de palma, como sombreros y esterillas. Es su
única fuente de ingresos la palma y es el trabajo que día a día, desde
ir a cortarla, secarla, plancharla, blanquearla y posteriormente darle
paso a su creatividad. La actividad de las mujeres indígenas se dio a
conocer en las redes sociales y la gente comenzó a buscarlos.
Puebla. Chiquihites de palma a cubrebocas, ingenio y creatividad
En el estado de Puebla, artesanas de San Gabriel Chilac y la
diseñadora Erika Maldonado Hernández, “una sociedad de mujeres amantes
del arte” como se lee en su red social, fundadora de Mahe Moda Artesanal
incursionaron en la elaboración de cubrebocas bordados para ponerlos a
la venta para que la gente los use como medida de prevención y como una
manera de seguir trabajando y tener ingresos.
Por la contingencia tuvieron que cerrar algunas tiendas de venta de
ropa artesanal con pérdidas hasta del 70%, por lo que la opción fueron
los cubrebocas bordados en una tela especial, para que no deje pasar los
estornudos y para que evite entre algún virus, que sea lavable y no se
maltrate.
Las artesanas realizan el bordado en telas de distintos colores,
posteriormente se maquilan para darles forma. Diario elaboran 50
cubrebocas, los costos rondan los 75 pesos y en la entidad ya han
vendido cubrebocas, pero también pueden enviarlos al extranjero. Están
en las redes sociales como “Mahe Moda Artesanal” o al teléfono 22 22 39
65 98.
Zona de Cuetzalan Puebla, también, son bordados distintos, bellísimos
Artesanas de Tenango, Hidalgo confeccionan cubrebocas
Ante
la crisis del coronavirus y la caída en las ventas de artesanías,
surgió en el estado de Hidalgo, la confección de cubre bocas. Las
artesanas de tenangos, que es el bordado originario del municipio de
Tenango de Doria, cuya característica es la combinación de colores y la
representación de la flora y la fauna, dan vida y colorido a diversas
piezas como manteles, blusas, quexquemétl, rebozos, sombreros, entre
otras piezas, y ahora ante la pandemia del COVID 19 se dedican a la
confección de cubrebocas.
Artesanas hidalguenses como Janet García, originarias de la Sierra
Tepehua de Hidalgo, explica que como las ventas se cayeron ante las
medidas de confinamiento de la pandemia del Coronavirus, se dieron a la
tarea de confeccionar cubrebocas y bordarles tenangos otomíes para darle
colorido a estos días tan grises. Explica que se llevan de tres a
cuatro horas en bordar y lo que más les piden son colibríes y flores,
que dan mucho color y dan esperanza e ilusión ante la emergencia
sanitaria. Los ofrecen a través de sus redes sociales “Bordados Tenangos
ñühü”, y les piden los clientes les tengan paciencia para atender los
pedidos.
Mientras que Paulina Linares, fundadora del negocio familiar, Arte
Maxikaj, elabora artesanías del Estado, explica que como las ventas se
cayeron se quedó sin recursos para trasladarse a Tenango de Doria para
comprar la tela de manta bordada. Entonces recordó que “hace tiempo
compró un cuadro de tela bordada, de uno por un metro y con esa tela
hizo el experimento de hacer cubrebocas, lo cual resultó un éxito».
Paulina ha tenido el apoyo de su madre, experta costurera y el de una
máquina de coser, con la que logró fabricar un lote de 30 cubrebocas:
“Hubo muchos desperdicios de tela. Las artesanas de Tenango de Doria
primero elaboran el producto, sombrero o blusa y después tejen el
bordado. Ella utilizó una tela bordada de antemano, de la que recorté
los cubrebocas sobre cada dibujo». Los cubrebocas son completamente
lavables y reutilizables, con doble tela para evitar el paso de fluidos
y, además, tienen cinco filtros quirúrgicos. Los comercializa por sus
redes sociales y específicas que es por tiempo limitado.
Norma Gallegos Santos diseña vestidos y mantas, pero también
mascarillas, con bordado de Tenango, los hace en un solo color, los de
azul celeste ya se agotaron y le quedan cubrebocas verdes en existencia.
Señala que está elaborando cubrebocas al ver que las ventas bajaron a
raíz de la contingencia sanitaria. “Un cliente me preguntó si hacía
cubrebocas y dije que sí, me puse a trabajar en ellos y los hice. Cuál
fue mi sorpresa que todos quieren usar un cubrebocas artesanal. Me
dicen, si vamos a traer la cara cubierta por lo menos vamos a lucir esta
belleza».
Los pone a disposición en su red social de “Bordados Tenangos” en
Facebook. Las mascarillas hechas por Norma Gallegos cuentan con dos
capas: un filtro, una capa de algodón y la manda bordada. Y son
lavables, apunta. También realiza envíos.
“Amantoli Mexicanos” formada por tres familias artesanas en el estado
de Hidalgo elaboran los cubrebocas bordados con figuras de tenangos. Es
un grupo de artesanos que por tradición viven para su arte, su amor y
su riqueza cultural en cada pieza que elaboran. Los cubrebocas que
elaboran son lavables y reutilizables están hechos con doble tela, por
lo que evita el paso de fluidos. Tienen diversos modelos, y cuentan con
envíos a domicilio. “En esta tienda lo recaudado si llega a las
comunidades indígenas quienes reciben un pago justo por su trabajo” se
lee en su perfil de Facebook “Amantoli”.
Chiapas. La creatividad y colores de sus artesanas
También en Chiapas las artesanas mexicanas han puesto «manos a la
obra» para diseñar cubrebocas con bordados en medio de la pandemia de
COVID-19, los cuales tienen características de sus respectivas regiones.
Las artesanas del ejido Arcotete de San Cristóbal las Casas, cambiaron
la confección de blusas, faldas y otras artesanías para elaborar
cubrebocas bordados a manos. Cada pieza tiene precio de 50 pesos y 30
pesos al mayoreo mínima una docena de esta actividad dependen 15
familias. Los cubrebocas están hechos a mano, con tela de manta de
colores y son lavables.
Slumalil Joloviletik, crea bordados hechos a mano. Daira originaria
de San Juan Chamula explica que usualmente vende junto a otros artesanos
en una plaza, pero por la pandemia empezaron a vender cubrebocas de
tela, y se les vino la idea de hacerlos bordados. Los hechos de tela de
manta verde con doble filtro por dentro tarda dos días, y ya se
encuentran realizando envíos.
También Artesanía Ta Rococo que usualmente confecciona blusas
bordadas a mano y adornos con chaquiras, también ya han comenzado a
diseñar mascarillas con flores coloridas bordadas.
Jalisco
En Guadalajara la tienda de Trajes Típicos Jimmy, que por la
contingencia sanitaria del COVID tuvo que cerrar en el Mercado Libertad
de Guadalajara también conocido como San Juan de Dios, opto por maquilar
cubrebocas artesanales, en lugar de los trajes típicos que elaboran
unas 140 familias tapatías que forman la cadena productiva. Han logrado
producir más de mil 200 piezas de mascarillas con diferentes bordados
tradicionales como las típicas muñecas otomíes de Amealco, diseños
florales y hasta iconografías aztecas.
«Las máquinas que usamos para bordar vestidos, ahora están haciendo
cubrebocas», dice con emoción Miguel, uno de los propietarios del
negocio que también que han recibido múltiples reacciones favorables
sobre sus diseños. con tela de algodón y cuentan con doble capa de
pellón, lo que los hace completamente lavables y reutilizables. Los
pedidos se reciben a través de un número de WhatsApp y previo depósito o
transferencia bancaria, se hacen envíos gratis a todo México e incluso
fuera del país con costos preferenciales. Cabe señalar que ya se
enviaron los primeros pedidos de cubrebocas artesanales a Estados
Unidos, donde el dueño de un restaurante típico mexicano se entusiasmó
al encontrar esta opción que además de proteger a sus empleados, le dará
un toque de color a su negocio, en medio de las complicaciones.
Y lo industrial, lo de siempre, sin color mexicano, en máquinas, también da trabajo a muchas personas.
Fotos: SemMéxico.
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