Pandemia
Afirma que la epidemia descarrilará los objetivos de desarrollo sostenible
Ginebra. El Covid-19 quizá nunca desaparecerá y la
población tendrá que vivir con él, advirtió ayer la Organización Mundial
de la Salud (OMS), mientras algunos países empezaron a suavizar
gradualmente las restricciones para frenar su avance.
Tenemos un nuevo virus que ha llegado a la población por primera vez y por tanto es muy difícil predecir cuándo lo venceremos, dijo Michael Ryan, director de emergencias de la OMS, en videoconferencia reproducida en Ginebra.
Es importante dejarlo establecido: el Covid-19 puede convertirse en otro virus endémico en nuestras comunidades y puede que nunca desaparezca, declaró.
Creo que es importante que seamos realistas y no me parece que nadie pueda predecir cuándo desaparecerá la enfermedad, agregó.
Creo que no hay promesas en esto y no hay fechas.
Sostuvo que el Covid-19 podría volverse endémico, como el virus de
inmuno deficiencia adquirida (VIH), y expuso que el del sida no ha
desaparecido, pero lo hemos asumido”, por lo que
tal vez nunca desparezca, y advirtió contra cualquier intento de predecir la duración de esta enfermedad, por lo que pidió a la población mundial un
esfuerzo gigantepara contrarrestarla.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió
que no hay garantías de que el fin del confinamiento, que ha afectado a
la mitad de la humanidad, no genere una segunda oleada de infecciones.
Muchos países desearían acabar con las diferentes medidasde restricciones sanitarias, comentó.
En su reporte Estadísticas de la Salud Mundial 2020, publicado ayer,
la OMS sostiene que la actual pandemia causa importantes pérdidas de
vidas, altera los medios de subsistencia y pone en peligro los recientes
avances en materia de salud y los progresos hacia los objetivos de
desarrollo mundiales.
La buena noticia es que las personas de todo el mundo están viviendo más tiempo y de forma más saludable. La mala noticia es que el ritmo de progreso es demasiado lento para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y que el Covid-19 lo descarrilará aún más, dijo Tedros al presentar el documento.
Los mayores avances se registraron en los países de bajos ingresos,
en los que la esperanza de vida aumentó 21 por ciento u 11 años entre
2000 y 2016, en comparación con un aumento de 4 por ciento o 3 años en
los países de ingresos más altos.
Uno de los factores que impulsaron los progresos en los países de
ingresos bajos fue la mejora del acceso a los servicios de prevención y
tratamiento de VIH, malaria y tuberculosis, así como un número de
enfermedades tropicales desatendidas, como el gusano de Guinea. Otra fue
la mejora de la atención materno infantil, que permitió reducir a la
mitad la mortalidad de ese sector de la población entre 2000 y 2018.
Pero la OMS advierte:
La cobertura de la vacunación apenas ha aumentado en años recientes, y se teme que los avances en materia de malaria puedan revertirse. Y hay una escasez general de servicios dentro y fuera del sistema de salud para prevenir y tratar las enfermedades no transmisibles como el cáncer y la diabetes.
En entrevista con la agencia de noticias Afp, Sylvie Briand, al
frente de la gestión de riesgos infecciosos en la OMS, afirmó que el
organismo internacional se
sorprendióante la falta de preparación de algunos países para hacer frente al Covid-19.
El saldo
La pandemia ha dejado hasta ayer 296 mil 690 muertos, 4
millones 342 mil 565 contagiados y un millón 546 mil 811 pacientes
recuperados en el mundo, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins. El
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia advirtió que esta crisis
podría provocar la muerte de hasta 6 mil niños menores de cinco años al
día en los próximos seis meses.
Países europeos como Gran Bretaña, Italia, Francia, Bélgica y Polonia
recuperan poco a poco sus actividades, y el bullicio volvía a calles y
comercios, en medio de un cauteloso desconfinamiento ante el temor de un
rebrote de contagios.
La Comisión Europea llamó a realizar un retorno progresivo del
turismo con el levantamiento gradual de las restricciones de
circulación, principalmente en las fronteras internas, para salvar la
temporada de verano.
El brazalete electrónico italiano Labby Light, que controla
el respeto del distanciamiento entre personas y rastrea los contactos
que estén infectados, es una nueva arma de lucha contra el virus, que ya
varias personas lo usan.
Afp, Xinhua, Reuters, Europa Press y Ap
Periódico La Jornada
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