5/14/2020

No creo en ningún Dios, pero aplaudo a sus representantes en la tierra por luchar contra el poder


Pedro Echeverría V.

1, Hay por lo menos mil religiones creadas en el mundo alrededor de un Dios cuyos seguidores siempre, en todos lados, lo defienden con pasión. ¿Está mal o está bien?; yo sigo aquella frase que dice que “todo es igual al color del cristal con que se mira”, que es lo mismo: ”siempre se interpretan las cosas de acuerdo a la ideología que nos han impuesto”. No existe nadie en el mundo que no tenga una forma de pensar y externar sus opiniones. Un filósofo (Althusser) decía: la ideología de la gran mayoría en una sociedad, siempre es la ideología de la clase dominante.

2. Respeto profundamente a los que tienen un Dios o varios; mucho más a esa mayoría de gente humilde que algunas de sus creencias o de sus dioses los han ayudado a vivir. Yo, por aquello de “los azares del destino” no he tenido necesidad de tener uno. ¿O sí? Ni Marx ni Bakunin fueron dioses, pero sus enseñanzas –muchas veces tomadas críticamente- me han permitido vivir 60 años de batallas y reflexiones anticapitalistas. Quizá en mi primera década fueron mis dogmas; luego me sirvieron, como dicen, “como guía de acciones para ayudar a la transformación del mundo”.

3. Admiro a Jesús Cristo, a Mahoma, a Moisés, a todos aquellos que lucharon por extender su influencia en el mundo por estar convencidos que éste debería cambiar. Muchos de ellos como aquel esclavo famoso asesinado (Espartaco); aquel Sócrates, filósofo obligado a beber la cicuta; Jesús Cristo crucificado o Mahoma que fue perseguido y murió ¿envenenado?) Me los imagino luchadores sociales pacifistas, pero también radicales, que batallaron durante años contra el poder de los esclavistas, de los poderosos, que sometían a los miserables controlando los ejércitos y las armas.

4. Se registra, como en todas las épocas, a hombres luchando contra la explotación, la opresión, las persecuciones y asesinatos. ¿Podría llamárseles izquierdistas, socialdemócratas, radicales, que con sus pensamientos dejados en los evangelios, en las biblias cristianas, en la Torá judía, el Corán musulmán, han buscado avanzar en las diferentes sociedades como el esclavismo, el modo asiático, el feudalismo, el capitalismo? ¿A los esclavistas, señores feudales, capitalistas, podría ser desde la antigüedad la poderosa derecha terrateniente, dueña de esclavos, fábricas y bancos?

5. ¿Qué más pudieron hacer Cristo y sus apóstoles, o Mahoma y sus seguidores, en regímenes esclavistas sino extender sus religiones y hacerse fuertes para enfrentar a la clase dominante? Desafortunadamente, cuando las religiones se hicieron grandes mayorías dominantes, se transformaron en opresoras. Pero de lo que hay que darse cuenta es que no las masas las que transformaron en opresoras sino sus dirigentes. Es el peligro de que las masas sean siempre manipuladas, cambiar de posición de acuerdo a la clase o gobierno dominante. Es necesario evitar que las masas sean manipuladas.

6. Por ello, en vez de aceptar una enseñanza dogmática, impuesta desde arriba de acuerdo a los intereses de sectores dominantes, hay que ser como los niños preguntones porque quieren saber todo, conocer el mundo que los rodea. ¿Qué es esto? ¿Para qué sirve? ¿Por qué? ¡No me engañes! ¡Voy a preguntar a otros! La única enseñanza que vale es la enseñanza crítica, aquella que hace reflexionar, que obliga a investigar, que encuentra las diferencias y las contradicciones. El pensamiento, según su naturaleza, tiene que volar; no puede permanecer estático.

7. Recuerdo que para mis clases de Teoría de la historia en el CCH-UNAM, escribí un librito en 1979 para mis alumnos: Seguí una parte del libro de Teoría del conocimiento de Hessen. El mío fue un librito muy sencillo que titule “Notas de filosofía e historia” que ayudó a mis alumnos y de algunos otros profesores, a entender el dogmatismo y el escepticismo, el subjetivismo y el relativismo, así como el pragmatismo y el criticismo. Aprendieron el origen y sustento de las religiones, así como de la ciencia. En ningún momento se buscó combatir una forma de pensar, pero sirvió mucho para entender la problemática.

8. En otra ocasión, cuando se anunció que el Papa vendría a Yucatán en 1992, me apresuré para escribir un folleto de 45 páginas: El papa en Yucatán (antecedentes históricos), con el objetivo de explicar el significado de la religión y su papel en la historia, desde el nacimiento y consolidación del cristianismo, su transformación como religión de Estado, el surgimiento del protestantismo, así como la contrarreforma religiosa. Se hace referencia a la historia de México desde la época colonial hasta la Cristiada. El papa no llegó ese año sino al siguiente, pero el libro de más de 1000 ejemplares se convirtió en regalo. (13/V/20)



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