5/14/2020

Rocío tenía cinco hijos, murió un día después del 10 de mayo

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Oaxaca, Oax. Un día después del 10 de mayo, Rocío, de 37 años de edad falleció en la cama del Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueño. Dos días antes había dado a luz en situaciones complicadas. Según cuenta el hospital privado en donde fue atendida de emergencia, ella había sido rechazada de varias instituciones públicas de salud, y asegura, no fue una muerte asociada a la maternidad sino al COVID-19.
La versión del hospital, choca con la de la familia, quienes indicaron que la muerte materna y la negligente atención médica, busca ser ocultada detrás de un falso positivo de COVID-19.
La paciente, de acuerdo con el Centro de Especialidades Jardines del Sur, fue ingresada el pasado martes 5 de mayo de 2020, con trabajo de parto. Según lo indicó a través de un comunicado, había sido rechazada de las diferentes instituciones públicas de salud, por lo que la familia la llevó al servicio privado.
Las complicaciones durante el parto llevaron a la realización de una cesárea de urgencia. “La evolución de la paciente fue mala, se tuvo que intervenir por sangrado, sin complicaciones en esta segunda intervención”, aseguró el nosocomio. 
De acuerdo con el hospital, el 8 de mayo, la paciente inició con fiebre y dificultad respiratoria, la tomografía del tórax mostraba neumonía probable por COVID-19, por ello realizaron enlaces con la jurisdicción sanitaria de Huajuapan para la toma de muestra y su referencia a un hospital de atención a pacientes con el nuevo coronavirus.
La transferencia, sin embargo, señalaron, fue negada hasta que no se tuviera el resultado, mismo que se otorgó el 10 de mayo. Luego de lo anterior fue trasladada intubada el 11 de mayo en el Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueño. Era la única paciente en el nosocomio.
Familiares de Rocío acusaron al hospital privado de haber retrasado el alta médica por la falta de recursos económicos ya que para lograr que la dejaran salir tuvieron que firmar un pagaré por la cantidad de 245 mil pesos, posteriormente contrataron una ambulancia que les cobró 35 mil pesos para su traslado a Oaxaca.
Fue hasta las 18:00 horas cuando lograron salir de Huajuapan, localidad ubicada a tres horas de distancia de la capital. La mujer fue recibida en el Hospital General de la Mujer y el Niño Oaxaqueño, pero a las 22:00 horas perdió la vida.

A su suerte

Rocío había iniciado con labor de parto desde el 5 de mayo. Fue llevada al centro de salud de la población, pero no fue aceptada bajo argumento de que sólo estaban aceptando a pacientes con COVID-19. De acuerdo con un familiar cercano de la víctima, el médico que la recibió en el servicio público, de apellido Mamani, le indicó que la atendería en el hospital privado Centro de Especialidades Jardines del Sur. Aún cuando la revisión se hizo en hospital público, la atención fue cobrada como particular.
“El doctor Mamani operó a mi prima, se les complica y tienen que quitarle la matriz. Mi prima se estaba desangrando. Le pusieron una de sus unidades de sangre las cuales le provocaron reacción. Ella se hinchó, se enronchó y tuvieron que estabilizarla”, indicó la familiar.
La madrugada del 6 de mayo ingresó a quirófano por segunda vez. “Desde ahí empezó su calvario. No tenía mucho que había salido de la operación cuando salieron a decir que tenían que hacerle una placa toráxica porque no podía respirar. Supuestamente tenía agua en los pulmones. A partir de ello indicaron que la paciente era portadora de COVID-19”.
A la joven le fue puesto un catéter porque sus brazos estaban completamente hinchados. La familia pidió que les mostraran los informes médicos, pero éstos fueron negados. “Trataron mal a mi paciente, trataron mal a la muchacha”. 
El caso se volvió todavía más dramático con la circulación de un video en donde aparece una mujer cargando a un bebé y dos niñas a su lado, hijas de Rocío. La señora que arrulla al bebé recién nacido es la suegra. Afligida, con voz entrecortada pide ayuda para poder enfrentar el desamparo en el que quedó la familia tras la muerte de la madre.
Al egreso del bebé, la familia: los cinco hijos de Rocío, la suegra y los bisabuelos, fueron puestos en aislamiento. “Son cinco niños los que tengo que cuidar. Yo ya no puedo trabajar porque voy a cuidar de ellos, también cuido de mis padres”, expresa la mujer. El entorno en el que habitan es de precariedad.

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