Pandemia
Si al reanudar actividades las cosas no van bien, nos regresamos: López-Gatell
A partir del primero de junio, una vez que concluya la
Jornada Nacional de Sana Distancia, las decisiones sobre la reanudación
de actividades laborales, escolares y de recreación será responsabilidad
absoluta de los gobiernos estatales. La Federación les podrá auxiliar
con el modelo matemático que predice el comportamiento de la pandemia,
así como con la evaluación de los riesgos, afirmó Hugo López-Gatell,
subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
Esto no debe interpretarse como que hay conflictos o desacuerdos
entre la Federación y las entidades, sino que el país entrará a una
nueva etapa en la que los gobernadores harán el balance para decidir lo
que mejor convenga a sus poblaciones.
El funcionario explicó el significado del semáforo que empezará a
funcionar el próximo mes, y reiteró lo dicho en la conferencia matutina
en Palacio Nacional, respecto de que las actividades esenciales
incorporadas ayer (minería, construcción y fabricación de autopartes)
empezarán a operar a partir del primero de junio, siempre que hayan
adoptado las medidas sanitarias de prevención del coronavirus en el
entorno laboral.
Indicó que tendrán del 18 al 30 de mayo para prepararse y decidir las
adecuaciones físicas de los lugares de trabajo, cambios de horario de
los empleados y lo necesario para garantizar que podrán cumplir con las
medidas de higiene básicas.
Ayer por la tarde, el subsecretario explicó que ningún país ha logrado definir cuál es el momento ideal para recuperar la
nueva normalidad, debido al riesgo de que el Covid-19 resurja por factores como que al liberarse la actividad pública y se den las congregaciones de personas todavía haya individuos portadores del virus que lo podrían transmitir al resto.
También es posible que haya una reintroducción del virus desde otro
lugar con alta transmisión. Por eso, en México se tomó la decisión de
iniciar el plan para regresar a las actividades, pero
si algo no va bien, nos regresamos, afirmó.
Para eso servirá el semáforo y las evaluaciones semanales que se
realizarán de una serie de indicadores, principalmente la cantidad de
nuevos casos, los fallecimientos, el índice de vulnerabilidad de las
poblaciones (acceso a servicios, alimentación e ingresos).
También se observará el tamaño de la población, pues mientras más
grande, es mayor la probabilidad de tener una epidemia activa y que tome
más tiempo en resolverse. Otros indicadores a evaluar son la ocupación
hospitalaria general y de áreas de terapia intensiva.
La evaluación de estos indicadores en cada entidad y municipio genera
la perspectiva de riesgo y los irá colocando en alguno de los cuatro
colores del semáforo.
López-Gatell reconoció que no está definida la totalidad de las
decisiones a adoptar, por ejemplo, en los espacios públicos abiertos,
cuando alguna zona pase del color rojo al naranja. Por ejemplo, está
pendiente la decisión sobre cuál puede ser el aforo permitido en el
Zócalo de Ciudad de México.
Respecto de las escuelas, el subsecretario ratificó que reanudarán
actividades sólo cuando la localidad se ubique en el color verde, porque
está comprobado que por la cercanía que tienen los niños de preescolar y
primaria, sobre todo, es una condición alta para la transmisión de
infecciones, con el agravante del contagio a sus familiares adultos
mayores.
Ángeles Cruz Martínez
Periódico La Jornada
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