El secretario general
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres,
denunció ayer que la pandemia del coronavirus (SARS-CoV-2) ha desatado
una oleada de odio y xenofobia en la cual los extranjeros, y en
particular los migrantes, son estigmatizados como fuente de contagio;
mientras que a las personas de la tercera edad se les caracteriza como
prescindibles, y profesionales de la salud, defensores de derechos
humanos y periodistas son atacados por ejercer su trabajo. Ante este
panorama, el dirigente de Naciones Unidas hizo un llamado a
fortalecer la inmunidad de nuestras sociedades contra el virus del odiomediante esfuerzos concertados para erradicar el discurso que incita a estas prácticas.
Cabe recordar que ya en marzo pasado el organismo internacional había
advertido acerca de la explotación de los temores que causa la pandemia
por parte de grupos y políticos para incitar a la xenofobia y la
exclusión. En abril, el propio Guterres llamó la atención sobre el hecho
de que la crisis sanitaria
se está convirtiendo con rapidez en una crisis de derechos humanos, en la medida en que diversos sectores políticos y sociales responden a la propagación del coronavirus con crecientes etnonacionalismo, populismo y autoritarismo, así como con una reacción contra las garantías individuales.
En México, esta oleada de odio se ha manifestado, entre otras
modalidades, en la forma especialmente vil de los ataques contra los
profesionales de la salud. Como ya se ha reiterado en este espacio, las
expresiones de violencia verbal e incluso física contra médicos,
enfermeras y otros integrantes de los servicios sanitarios deben
condenarse en términos enérgicos por cuanto se dirigen contra personas
que no sólo merecen el mismo respeto a su integridad que el resto de los
individuos, sino que son acreedores de la gratitud pública por exponer
sus vidas en la lucha para salvar las de sus prójimos. Asimismo, la
sociedady las autoridades mexicanas deben atender la situación de
vulnerabilidad en que se encuentran los millones de paisanos que residen
en Estados Unidos sin contar con la documentación necesaria, pues la
pandemia no ha he-cho sino agravar el trato xenófobo que padecen desde
siempre, y en especial desde la llegada de Donald Trump a la Casa
Blanca.
Por último, cabe hacerse eco del exhorto de la ONU para que los medios de comunicación y las empresas de redes sociales hagan
mucho más por señalar y, de conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos, eliminar los contenidos racistas, misóginos y otros contenidos perjudiciales, pues la erradicación del discurso de odio y la instalación de un clima de solidaridad requieren de una postura responsable por parte de quienes tienen en sus manos la calidad de la información recibida por la opinión pública.
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