Reorganizar la agenda de la familia, hacer que
todos estén bien y tengan su espacio en casa para trabajar, estudiar y
divertirse, es una labor "enorme", explica Laura Delgado, psicóloga y
especialista en el sector educativo
México, 30 abr. 20. AmecoPress/SEMlac.- Hoy por
hoy, en tiempos de pandemia, aumentan las tareas cotidianas para las
mujeres: trabajar, cuidarse y cuidar a otros, así como vigilar que otras
actividades no sean interrumpidas, lo que se ha convertido en una
profunda desigualdad. Este confinamiento no hace más que reproducir esta
situación.
En SEMlac nos hemos dado a la tarea, a través de charlas
virtuales, -que se presentarán en serie- de dar voz a las mujeres que
nos compartieran sus experiencias sobre cómo han sobrellavado el
aislamiento, tanto desde el ámbito laboral como en la convivencia
familiar.
Reorganizar la agenda de la familia, hacer que todos estén bien y tengan su espacio en casa para trabajar, estudiar y divertirse, es una labor "enorme", explica Laura Delgado, psicóloga y especialista en el sector educativo.
Pero todo ello es menor al sentimiento que le provoca la posibilidad
de que su marido, médico militar retirado, sea llamado por el Ejército
si la situación de la pandemia se agudiza.
"Que lo llamen a que se reintegre es muy angustiante para mí. No lo
he compartido con mis hijos, pero es una preocupación, pues los médicos
militares en sentido estricto, nunca dejan de ser militares", señala en
entrevista quien también forma parte de la Red de Mujeres Unidas por la
Educación (MUxED).
Sobre todo, dice, porque su marido está dentro de la población de riesgo.
Si bien la experiencia de trabajar en casa no era nueva, pues al
salir del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)
—con la llegada de este gobierno, la reforma educativa y su
desaparición—, el año pasado creó la consultoría Kaans Balam y muchas de
sus actividades las realizaba desde casa.
No obstante, el período de cuarentena, explica, moviliza muchas dinámicas familiares.
"Hubo que hacer reajustes. El día tiene la misma cantidad de horas,
hay que descansar, hacer ejercicio, llevar la agenda de la familia,
porque hay un punto de la equidad de género, que suspiras y aspiras,
pues lo cierto es que la mayor parte de las cosas las seguimos haciendo
las mujeres, independientemente del nivel en el que te encuentras. Y,
sobre todo, hacer que todos estén bien", expresa.
Comenta, en entrevista para SEMlac, que tratar de que todos en la
casa estén bien implica armar desde los grupos de WhatsApp de las amigas
y amigos más cercanos a sus hijos, hasta sesiones en línea con amigos,
de estudio y crear los espacios de trabajo para todos. "El trabajo es
enorme".
"Hago que todos estemos bien": Laura Delgado, psicóloga y especialista en el sector educativo |
Considera que este período ha sido importante para reencontrarse y readaptarse como familia y reconoce también las ventajas preexistentes: sus hijos, mellizos, hombre y mujer, tienen la ventaja de haber aprendido a jugar juntos desde pequeños; en su casa está la distribución de espacios para hacer sus actividades cotidianas.
"Tenemos el espacio para poder distribuirnos. Nos podemos mover. El asunto de tener espacio es súper importante", expresa.
Y una tercera ventaja es la infraestructura tecnológica; pero
reconoce que no todas las mujeres, ni todas las personas, tienen las
mismas condiciones.
"No puedo cumplir las tareas de la escuela": Arcelia Martínez Bordón, académica en la Universidad Iberoamericana
"Valoro enormemente la escuela y la extraño; no sólo porque mis hijos
van allí felices, pero no puedo cumplir las tareas de la escuela, por
razones de tiempo y por los contenidos que manejan", señala Arcelia
Martínez Bordón, académica de tiempo completo en la Universidad
Iberoamericana.
Asegura también que trabajar en casa es un trabajo de tiempo completo que califica de abrumador.
"Aumentaron los tiempos de quehacer doméstico porque la persona que
me ayudaba y que trabajaba conmigo de planta se fue a hacer su
cuarentena, y entonces yo soy la que lava, cocina, barre, la que
desinfecta todo con cloro, la que va o encarga el súper y la que saca al
perro.
"He tenido algunas discusiones con mis hijos, uno tiene 12 y otro
casi 14, porque les he pedido que asuman que la casa es de los tres, que
ya no son niños chiquitos y tienen que entrarle. Ahí vamos, con ciertas
resistencias a veces, más apoyo del mayor para lavar los platos, y la
niña chica de pronto se queja. Pero sí, le dedico muchas horas.
"Le dedico muchas horas a la chamba de la oficina, muchas horas al
quehacer y algunas horas a lidiar con mis hijos, como negociar qué nos
toca hacer a cada uno".
Arcelia Martínez comenta que está separada, y comparte la cuarentena y
a los hijos con su ex marido, por lo que hay días que puede dedicarse a
trabajar más o a no hacer nada o como ella menciona a tener espacios de
paz.
Considera importante también tener un espacio de entretenimiento con sus hijos.
"Vemos series o jugamos, jugamos menos de lo que vemos series, pero me
parece importante, como también me parece importante tener un espacio
para mí".
La dinámica familiar, comenta, cambió totalmente, no solo por el trabajo escolar, sino también por tener que trabajar en casa.
"El trabajo que realizo lo puedo hacer en la computadora, y siempre
estoy conectada con mis redes de colegas académicos, pertenezco a la Red
Educación Derechos (RED), a la Red Mujeres Unidas por la Educación
(MUxED), la red de colegas del Inide (Instituto de Investigaciones para
el Desarrollo de la Educación), las del Faro Educativo y estoy todo el
tiempo resolviendo y analizando cosas, así como apuntes de política que
no es un trabajo académico, estoy escribiendo algunos "papers" y tengo
mis clases en línea.
"Mi chamba sigue normal, y multiplicada, porque hay cosas de
coyuntura por el tema del Covid-19, sobre las que tengo que informarme y
colocar temas".
Además, señala, está todo el asunto del acompañamiento escolar que
hace con su hija Greta, quien va en sexto de primaria en una escuela
Montessori, y donde les han enseñado a aprender por sí solos. Ahora
incluso tiene clases por zoom.
En el caso de su hijo Emilio, quien va en secundaria, explica que
aprendió a gestionar sus aprendizajes y es más independiente y no
requiere supervisión.
"Con Greta soy transmisora de información entre lo que manda la
escuela y lo que tienen que hacer, pero no tengo el tiempo para sentarme
a hacer el trabajo escolar con ella", explica.
Fotos: SEMLac.
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