por Gloria López
Madrid, 08 jul (10). AmecoPress Poner la vida en el centro de la organización social, política y económica. Esta es la principal tesis del ecofeminismo, una corriente aparecida en 1974 que resurge con fuerza para tratar de “inventar un modelo nuevo”, mediante la convergencia de la ecología y el feminismo, y ante el fracaso del capitalismo, “incompatible con la vida”.
El ecofeminismo es una filosofía donde la acción y la reflexión están unidas en una relación indivisible. Además, propone una mirada global y soluciones integrales para lo que, a su juicio, es una crisis de fondo.
“El capitalismo ha fracasado” afirma Marta Monasterio, miembro de la cooperativa Pandora Mirabilia. "El modelo actual de crecimiento ilimitado del PIB es insostenible, para empezar porque los recursos son limitados. Además, se basa en la injusticia social, en la falta de equidad y en la explotación de las mujeres", explica, “pero sobre todo ha fracasado porque no hace a la gente feliz”.
Pluralidad y diversidad de corrientes
Históricamente, el ecofeminismo ha tenido un desarrollo muy hetereogéneo, con muchos matices. No se puede hablar de ecofeminismo sino de ecofeminismos en plural. Pero todas las corrientes parten de una denuncia: por un lado, ponen en evidencia la crisis ecológica a la que urge dar respuesta y por otro, señalan el maltrato y el uso que se ha hecho de la naturaleza y de las mujeres, que han sido tratadas como objetos. A partir de ahí, evoluciona.
En efecto, el ecofeminismo no es uno sino múltiple. Incluso se ha llegado a señalar que hay tantas posiciones como teóricas del ecofeminismo. Esquematizando mucho, se pueden diferenciar dos grandes líneas de pensamiento según su manera de entender la identidad femenina y la relación humana con la naturaleza: un ecofeminismo clásico de corte más esencialista y espiritualista que considera que las mujeres estarían biológica u ontológicamente más cerca de la naturaleza y otro constructivista que enfatiza las condiciones históricas y económicas.
Marta insiste en el enfoque de “aprendizaje y complementación” que prima entre las distintas corrientes y en la necesidad de valorar las diferentes aportaciones desde sus perspectivas específicas apoyadas en diversos contextos culturales y geográficos.
Esta diversidad fue objeto de estudio y reflexión durante varios años para Alicia Puleo, doctora en filosofía y directora de la Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid, hasta llegar a lo que denomina “ecofeminismo ilustrado”, una propuesta que “se orienta hacia la ecojusticia y la sostenibilidad sin renegar de las conquistas de igualdad y autonomía que el feminismo ilustrado ha obtenido o sigue demandando como asignatura pendiente de las democracias modernas”.
Crítica al capitalismo que se nutre del patriarcado
Tanto el feminismo como el ecologismo se plantean una mejora de la calidad de vida del conjunto de la sociedad, en el sentido de desarrollo de las capacidades de las personas. Ambos tienen una visión del mundo que implica profundos cambios en la vivencia de la cotidianeidad. Comparten también la crítica a un sistema capitalista que “se nutre del patriarcado”.
“El patriarcado es más antiguo y arraigado que el capitalismo, al cual nutre”, dice Monasteiro. “El capitalismo no podría funcionar si no hubiera mujeres en situación de desigualdad. Hay muchos trabajos, desarrollados por las mujeres, que sostienen la sociedad y que el capitalismo se esfuerza en invisibilizar y no valorar”
El ecofeminismo o los ecofeminismos, si así se prefiere, proponen cambiar el paradigma de desarrollo actual y establecer una nueva escala de prioridades. “El modelo actual se presenta como un modo de crecimiento pero es en realidad un modo de pobreza porque nos obliga a mercadear con los afectos y las necesidades básicas, la calidad de vida está basada en cosas materiales”, explica Marta.
Igualdad y las relaciones humanas, base para un mundo mejor
Por el contrario, la ética de los cuidados, uno de los pilares teóricos y prácticos del ecofeminismo, “propone dar valor a las relaciones humanas, al hecho de cuidar a otros y a otras”. Dar valor es, según Marta, “hacer visible, dar importancia a las cosas básicas y esenciales de la vida: las relaciones”
La socia de la cooperativa Pandora Mirabilia también nos habla de las propuestas que el Ecofeminsmo realiza desde el punto de vista económico: el Decrecimiento. “Se trata de descender los niveles de consumo y producción y reforzar el enfoque de lo social. Hay que repartir los recursos y aumentar las relaciones y todo aquello que va a favor de la vida y de la felicidad. Se trata de trabajar menos para vivir mejor”.
De entre las acciones ecofeministas se suele citar el caso de las mujeres de Chipko que, abrazándose a los árboles de su región, evitaron la tala masiva de esta zona del Himalaya en 1973. Pero no ha sido ni será el único logro.
En 2004, el movimiento de mujeres de Plachimada, también en India, consiguió que la justicia reconociera a la comunidad el derecho de uso del agua frente al deterioro de las condiciones de acceso a este recurso básico producido por la contaminación y la explotación excesiva de las empresas multinacionales. La misma Vandana Shiva lo cuenta en su libro Manifiesto para una democracia de la Tierra.
Debemos recordar también las manifestaciones pacifistas de las feministas inglesas de Greenham Common que lograron cerrar bases de misiles con más de trece años de campamentos y manifestaciones en las que desplegaban redes tejidas simbolizando el entramado de lo orgánico que estaba siendo amenazado por la guerra atómica.
Otro ejemplo fue la campaña del barrio obrero de Love Canal, en Estados Unidos, cuando las amas de casa se organizaron contra la contaminación química local que afectaba la salud de sus familias.
“Existen muchos otros casos de resistencia organizada de las mujeres”, asegura Marta, “en países de África, de Latinoamérica, Asia…y también en países del norte” y explica que en España está produciéndose un auge del movimiento ecofeminista y de sus acciones que, en muchos casos están encabezadas por jóvenes, que están mostrando un gran interés por el ecofeminismo.
Fotos archivo AmecoPress. Pie de foto: 1) Imagen cedida por Ecologistas en Acción; 2) Cooperativa Pandora Mirabilia; 3) Alicia Puleo
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