6/27/2013

La violencia machista, “un problema de salud global de proporciones epidémicas”


La OMS alerta: un tercio de las mujeres de todo el mundo ha sufrido o sufrirá violencia a manos de su compañero sentimental en algún momento de su vida



Madrid, 25 jun. 13. AmecoPress. El primer estudio global sobre la violencia física o sexual contra las mujeres elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que un tercio de la población femenina de todo el mundo ha sufrido o sufrirá violencia a manos de su compañero sentimental en algún momento de su vida. Es por ello que dicha organización define este tipo de violencia de género como “un problema de salud pública de proporciones epidémicas”.

El informe ‘Estimaciones mundiales y regionales de la violencia contra la mujer: prevalencia y efectos de la violencia conyugal y de la violencia sexual no conyugal en la salud’ -publicado por la OMS en colaboración con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica- determina que el 35,6 por ciento de las mujeres ha sufrido agresiones a manos de su pareja o de alguien que no es su pareja. En algunas zonas, como el continente africano, esta cifra se eleva al 45,6 por ciento.

Es significativo que el 29,4 por ciento de las chicas de entre 15 y 19 años haya sido maltratada por su compañero o excompañero sentimental, lo cual refleja que se trata de una tendencia precoz en las relaciones de pareja. Los índices más bajos de violencia machista se registran en el Sudeste Asiático y en el Pacífico Oriental, con porcentajes cercanos al 5 por ciento, cifra que puede deberse al miedo de las mujeres a denunciar a su agresor, e inclusive llegan a ser coaccionadas para sentirse culpables por la violencia sufrida.

Las autoras del informe han trabajado durante cuatro años recolectando y analizando documentación de 81 países para calcular los datos de violencia conyugal -desde los noventa, cuando comenzaron a obtenerse datos, hasta 2011- y de 56 países para los casos de violencia fuera de la pareja -desde 1998 hasta 2010-. Una tarea compleja que les ha llevado también a reclamar más estudios sobre la violencia fuera del seno de la pareja. Con los datos disponibles han calculado que el 7,2 por ciento de la población femenina ha sufrido este tipo de agresiones en algún momento de su vida.

En definitiva, el estudio sostiene que la violencia contra las mujeres -debido a las complicaciones médicas que conlleva- es un asunto de salud pública que afecta a una de cada tres mujeres a nivel global.
El trabajo menciona las muchas enfermedades o padecimientos asociados a estas agresiones, como la mayor probabilidad de dar a luz a bebés por debajo del peso recomendado, de padecer una depresión, de tener problemas con el alcohol o sufrir un aborto; además aumentan los contagios de enfermedades de transmisión sexual.

El porcentaje de hombres muertos a manos de sus parejas, un seis por ciento, contrasta con el caso contrario, el de mujeres que son víctimas mortales de sus compañeros sentimentales: un 38 por ciento. En algunas regiones, como el Sudeste asiático, más de la mitad de los crímenes contra mujeres (el 55 por ciento) son cometidos por sus cónyuges.

Recomendaciones

Las autoras del informe remarcan la importancia de que por primera vez se haya realizado una revisión sistemática y una síntesis de datos científicos a nivel global y regional sobre la prevalencia de estas dos formas de violencia contra la mujer.

Pero además de la investigación, la OMS dio a conocer recomendaciones y lineamientos que las autoridades de salud deben poner en acción para la práctica clínica y elaboración de políticas públicas.

Las guías están basadas en seis recomendaciones básicas que son: la creación de centros de cuidado para las mujeres víctimas de violencia; identificación y cuidado de las y los sobrevivientes de violencia de pareja; cuidado clínico adecuado para las sobrevivientes de agresiones sexuales; capacitación del personal de salud para la adecuada identificación y atención de las víctimas de violencia sexual o de pareja; creación de una política de salud, cuidado y provisión, y la notificación obligatoria por parte del personal de salud de la violencia de pareja. 

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