Las
dos principales formaciones de izquierda presentaron sus
posicionamientos respecto a la reforma en materia de energéticos que
impulsa Enrique Peña Nieto. El Partido de la Revolución Democrática lo
hizo con una plantilla estelar: los dirigentes formales, encabezados
por Jesús Zambrano, los coordinadores de las bancadas legislativas y
tres invitados especiales: uno de ellos, Miguel Ángel Mancera, sin
militancia, aunque ejerce el principal gobierno a nombre del sol
azteca, el de la capital del país; otro, Marcelo Ebrard, convidado aun
cuando poco antes había sido tachado por el mismo Zambrano como
buscapleitos de cantina, y Cuauhtémoc Cárdenas, convertido en aval
histórico y técnico de la postura oficial perredista dada a conocer
ayer.
Además de tan aparatosa nomenclatura, el PRD contó con la presencia
de otros cuadros directivos para apuntalar, en esencia, la tesis de la
modernización sin privatización, aunque con un efectista deslinde
táctico respecto de las desbocadas declaraciones del citado Peña Nieto
en Londres, donde abiertamente ofreció el negocio de Pemex a clientes
del G-8 y similares. El ex candidato presidencial Cárdenas dio cuerpo a
la propuesta específica de reforma ‘‘desde la izquierda’’ y el partido
se pronunció en contra de cualquier modificación del artículo 27
constitucional, pero en favor de otros arreglos legales secundarios
para los cuales se dijo que ya hay planteamientos precisos.
Además, se emplazó al licenciado Peña Nieto para que diga cuáles son
las áreas a privatizar que él considera, en especial las que tengan
relación con sus declaraciones londinenses. Es de suponerse que el
antedicho licenciado podría ampararse mediante el mismo recurso que su
secretario particular utilizó para notificar ayer a Marcelo Ebrard, en
el sitio de reunión de la cúpula perredista, que no se había
considerado procedente la solicitud de debate hecha por el ex jefe del
gobierno capitalino, pues el lic. Peña no ha presentado hasta ahora
ninguna iniciativa de reforma en esa materia y, en dado caso, los
comentarios y aportaciones al tema deberían ser dirigidos a una
subsecretaría de la Secretaría de Energía (no se especificó con cuántas
copias ni con cuántas taparroscas de refresco).
Más allá de las formas, el PRD acabó ayer aceptando el juego
político ofrecido por Los Pinos, tratando de hacer valer su peso
numérico en las cámaras para aprobar lo que se acuerde en una posición
de desventaja respecto al PRI (y el Panal y el Verde) y el PAN, que con
sus bancadas pueden sacar adelante la propuesta energética en los
términos que ellos decidan, sin necesidad de concesiones hacia la
izquierda legislativa más que para efectos escenográficos de presunta
legitimidad. No se dijo lo contrario, así es que resulta evidente que
Zambrano y el PRD seguirán en la mesa del Pacto por México, con más
razón ahora que cuenta con una ‘‘propuesta’’ concreta que debe
‘‘defender’’.
En el fondo, la postura del sol azteca es parecida a la del Consejo
Coordinador Empresarial, cuyo presidente para un nuevo periodo, el
oaxaqueño Gerardo Gutiérrez Candiani, pronunció ayer ante Peña Nieto
una más de esas frases ilustres de la política nacional: ‘‘El CCE se
pronuncia contra la privatización de Pemex’’, pero a favor de la
inversión privada (aunque también la pública). Que no se privatice el
petróleo mexicano, proclamó el hasta allí casi perredista gerente del
CCE, aunque luego matizó: ‘‘Es hora de superar el mito de un
nacionalismo ligado a un monopolio petrolero exaltado por restricciones
que lo asfixian’’ y aseguró que ‘‘ya no podemos quedarnos con cambios
superficiales, misceláneas o ajustes provisionales’’.
Frente
a la postura de la izquierda, que podría considerarse oficial, y del
empresariado que rechaza privatizaciones pero promueve más
participación de capitales privados, ha quedado en solitario el
Movimiento Regeneración Nacional, que se alista para establecer un
paréntesis en su proceso de conversión a partido político y retomar la
vena social con movilizaciones y protestas en la calle. El dirigente
formal de Morena, Martí Batres, fijó en conferencia de prensa una
postura inequívocamente contraria a lo que plantearon sus ex compañeros
de partido.
El ex secretario de Desarrollo Social en el gabinete de Ebrard
presentó los 15 puntos en los que descansa la propuesta de reforma
energética del movimiento y en Twitter hizo precisiones contundentes:
‘‘Morena no entrará al juego de las negociaciones porque éste terminará
en una conclusión privatizadora’’; “Cualquier reforma legislativa que
se acuerde en el Congreso terminará abriendo las compuertas de la
privatización’’; ‘‘Entrar al juego de las reformas y acuerdos
legislativos es meter el caballo de Troya de la reforma
privatizadora’’, y ‘‘No es suficiente evitar reforma constitucional
para impedir privatización de Pemex. También reformas a leyes
secundarias pueden privatizar’’.
Es decir, ni un resquicio para que Morena y el PRD puedan presentar
un frente común, conforme a los planes presentados ayer por Zambrano,
Cárdenas y Ebrard (y el Consejo Coordinador Empresarial). Morena no
tiene fuerza real en las cámaras, ni participa en el Pacto por México
ni parece dispuesta a aliarse al PRD en esta lucha por venir. ¿Qué
queda? ¿Las calles? ¿La protesta popular? ¿Peleando por sí mismo el
movimiento lopezobradorista crecerá y se fortalecerá hasta doblegar al
conjunto de fuerzas ya alineadas con el reformismo petrolero?
Pasando a otro tema, el del sellamiento de la frontera con Estados
Unidos, EPN ha preferido el silencio. En todo caso, ha enviado al
economista José Antonio Meade, jefe de la diplomacia nacional, a
enfrentarse con molinos de concreto: las bardas no son la solución para
el problema migratorio, ha discurseado, pero sin entrar al fondo del
asunto. Bla, bla, bla, sin mencionar el envío del doble de agentes a la
línea limítrofe ni el uso de tecnología intrusiva. Y, mientras los
panistas exploran posibilidades de reconciliación, para no seguir dando
el espectáculo del pleito por los dineros, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Los
cargos en los organismos del sector privado suelen ser premiados con
posiciones en el gobierno. Es larga la lista de casos, algunos de los
más notorios son los del ex gobernador de Sonora Eduardo Bours, del ex
director de Nafin Héctor Rangel Domene, del ex secretario de
Agricultura Javier Usabiaga; incluso, hay algunos que anticipadamente
dejan sus escritorios privados para mudarse al presupuesto oficial,
como el diputado panista Mario Sánchez Ruiz. Las circunstancias se
prestan para que hagan relaciones de alto nivel, cerca del presidente
en turno. Gerardo Gutiérrez Candiani, actual presidente del Consejo
Coordinador Empresarial, va que vuela a un premio. Se ha convertido en
la sombra del presidente Peña Nieto, lo viene apoyando desde que era
candidato. Fue el de la idea –que luego tomó el IFE– de que los
aspirantes deberían firmar un acuerdo en el sentido de que aceptarían
de antemano cualquiera que fuera el resultado de la elección. Ayer hizo
más puntos. Dijo que el consejo está en contra de la privatización de
Pemex, pero en favor de que empresas privadas participen en el negocio
petrolero en calidad de ‘‘socios comprometidos’’. ¿Privatizar sin
privatización? Que urge dejar atrás el nacionalismo sin sentido. ¿A
quién le urge? ¿Y cuál será el nacionalismo sin sentido y cuál el con
sentido? Sería bueno que lo precisara.
Duelo de cerveceros
La batalla de las cerveceras está por llegar a su fin.
La Comisión Federal de Competencia analizó ayer el expediente de la
demanda que interpusieron SAB Miller y varios microcerveceros contra
los gigantes Grupo Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma por prácticas
monopólicas. En un lapso de cinco días las partes serán notificadas
sobre la resolución de la CFC, si confirma o desecha que los gigantes
cerveceros realizan prácticas monopólicas en el mercado nacional. El
argumento de SAB Miller es que al menos 95 por ciento de los centros de
consumo como restaurantes, bares, hoteles, casas de juego, entre otros,
tienen contratos de exclusividad con alguna de las dos grandes
cerveceras. Sostiene que ofrecen a cambio mobiliario, anuncios,
regalos. SAB Miller aún no ha podido competir con los gigantes
cerveceros, pues sólo tiene 4 por ciento del mercado y opera a través
de centros de autoservicio.
¿Compró fayuca?
Entre las toallas, cepillos, pastas dentales y el champú
Ma Evans Acción Profunda, para evitar la caída del cabello, que fueron
comprados con cargo a la partida presupuestal del PAN en el Senado,
supuestamente con la autorización de Ernesto Cordero, figura un bolso
marca Louis Vuitton de 1,880 pesos. Los conocedores del mercado de
artículos de lujo no saben qué pensar. ¿O lo chamaquearon vendiéndole
como auténtica una imitación, ya que una bolsa de esa marca costaría 10
veces mas? O no lo chamaquearon, simplemente es que le gusta comprar
fayuca.
Agujero en las reservas
Han venido insistiendo mucho las autoridades en que el
país está protegido contra cualquier turbulencia financiera del
exterior. Tiene una doble vacuna: las reservas internacionales del
Banco de México y una línea de crédito del Fondo Monetario
Internacional. En caso de una fuga masiva de capitales golondrinos,
el banco central posee recursos para hacer frente a la situación a fin
de que no repita la tragedia de los Tesobonos del error de diciembre
(Salinas de Gortari y Zedillo). ¿Será necesario un refuerzo de la
vacuna? En la última semana (17 al 21 de junio) las reservas del banco
central disminuyeron en 1,557 millones de dólares. Parece que no son
muy significativas, si se comparan con el monto total: 166,377
millones. Sin embargo, es la mayor caída desde marzo de 2009. Los
preocupones se preocupan. Apenas estamos en la entrada del túnel de una
nueva etapa de turbulencias.
El legendario Daniel Ellsberg –anterior analista militar de RAND y divulgador de Los papeles del Pentágono de los sensibles secretos de la guerra en Vietnam– considera que
en la historia de Estados Unidos no ha existido una filtración más importante que la divulgación del material de la NSA (National Security Agency) por Edward Snowden( The Guardian, 10/6/13).
Un aspecto poco abordado del magno escándalo PRISMA de NSA (Ver Bajo la Lupa, 12, 16, 19 y 23.6.13) es la privatización del ciberespionaje de Estados Unidos.
Las empresas
privadas(¡supersic!) se han vuelto supermillonarias por escudriñar la información
privadade los ciberesclavos ciudadanos para beneficio del gobierno plutocrático de Estados Unidos, desde Verizon hasta los nueve expuestos proveedores de servicios de Internet.
Michael Hayden –ex general, anterior director de NSA y de la CIA,
quien supervisó tal privatización– se jacta de que “la mayor
concentración de ciberpoder (sic) en el planeta se encuentra
en la intersección de Baltimore Parkway y Maryland Route 32”, en
referencia al parque tecno-industrial que comparte con magnos
contratistas adscritos a la vigilancia y el espionaje: desde Booz Allen
Hamilton (Grupo Carlyle), pasando por SAIC, hasta Northrop Grumman.
Como
no ha entendido nada y las experiencias se las pasa por el arco del
triunfo, el obtuso Congreso estadunidense vuelve a la carga con más de
lo mismo: otro multimillonario presupuesto antiinmigrantes (3 mil 200
millones de dólares), 20 mil agentes fronterizos adicionales, nuevos
equipos de detección y vigilancia, cámaras, vehículos, drones,
helicópteros y, para redondear, más barda y centenares de kilómetros de
alambradas. Así, según los promotores de la
nuevaenmienda,
aquel que intente atravesar la frontera será detectado, de día o de noche, llueva o truene.
Pasan los años y los inquilinos de la Casa Blanca, y los
amistososvecinos del norte se niegan rotundamente a aceptar la realidad: ningún muro, por alto y largo que sea, contendrá el río humano mexicano, por la sencilla razón de que el hambre es infinitamente más alta que cualquier valla, y la historia, junto con 12 millones de paisanos, lo documenta perfectamente; además, por más tercos que sean y por más presupuesto que destinen, la única forma de regularizar y humanizar el flujo migratorio es por medio de un acuerdo bilateral que tarde que temprano deberán negociar con el gobierno mexicano, ante la obviedad de que la mano de obra nacional no sólo es necesaria para la economía gringa sino que su demanda es creciente, y de ello da cuenta el voluminoso envío de remesas que se ha convertido en uno de los principales salvamentos de las familias de los migrantes y, de paso, de la balanza de pagos. ¿Qué haría la economía del norte sin la mano de obra mexicana?
Durante décadas gobierno y Congreso estadunidense denunciaron la
vergüenzadel Muro de Berlín (115 kilómetros de extensión); gritaron a los cuatro vientos que aquel fue
un horror, y por lo mismo exigieron su demolición
en aras de la libertad. Y mientras eso sucedía, en su territorio comenzaron a planear y construir el muro más largo (más de 3 mil kilómetros de largo) e ignominioso del mundo, justo en la frontera con México, un horror y una vergüenza para
el mundo libre. Si Erich Honecker fue un dirigente de ideas fijas, los gringos lo superaron con creces. Sería muy interesante ver a todos aquellos que reclamaron y lloraron por el muro berlinés que hoy hicieran lo propio con el llamado muro de tortilla (más Ceuta, Melilla, Franja de Gaza, Cisjordania y los que se queden en el tintero, sin olvidar el bloqueo a Cuba, que ya cumplió medio siglo), símbolo colonial.
El gobierno peñanietista respondió suavemente. Dijo estar
“convencido de que las bardas no unen, no son la solución al fenómeno
migratorio, y no son congruentes con una frontera moderna y segura
(¡¡¡!!!). No contribuyen al desarrollo de la región competitiva que
ambos países buscamos impulsar… La frontera se ha convertido cada vez
más en un área de prosperidad regional (¡¡¡!!!) (José Antonio Meade,
titular de la SRE). Y hasta allí, es decir, lo mismo –palabras más o
menos– que lo humildemente dicho por los cinco gobiernos anteriores
cada que a los güeros se les ocurría, y se les ocurría a cada rato,
poner en práctica
nuevosprogramas antiinmigrantes.
Cierto es que los amigous pueden hacer y deshacer lo que
quieran en su territorio para impedir lo que crean pertinente, así sea
inmoral, pero ¿dónde queda la
buena vecindady el
gran espíritu de colaboración entre ambas nacionesy el sempiternamente prometido acuerdo migratorio bilateral? Pues donde queda todo lo demás: en el discurso, y el gobierno mexicano, los de antes y el de ahora, de plano no se atreve a levantar el tono de voz, a presentar una queja formal y rotunda.
Muchos piropos por
lo bienque ha funcionado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero desde su negociación, al inicio de los años 90 del siglo pasado, el gobierno mexicano debió exigir la inclusión de un capítulo migratorio en el marco del TLCAN. Todos fingieron demencia e hicieron a un lado uno de los aspectos fundamentales en la relación bilateral. El gobierno estadunidense pidió, y Salinas concedió todo. Lo menos que pudo pedir a cambio fue un acuerdo en el sentido mencionado. Pero no: fue de lo muy poco que quedó fuera de las negociaciones. Y casi dos décadas después, así se mantiene, no obstante el creciente número de mexicanos que cruzan la frontera para instalarse en el vecino país, con todo y
enmiendas.
Desde el nefasto Ronald Reagan los programas federales (más los
estatales) para controlar el río humano mexicano han sido rotundamente
fallidos, a menos de que sólo formen parte del show, pues alrededor de
12 millones de mexicanos indocumentados y otros más de forma legal se
instalaron en Estados Unidos, y si se mantienen allí es porque alguien
los contrata y son altamente productivos para la economía
estadunidense. Y de lo anterior dan muestra los cerca de 280 mil
millones de dólares remitidos por la paisanada entre 1989 y 2012.
El capítulo migratorio no existe en el TLCAN, pero en los hechos
como si lo hubiera, aunque con todos los riesgos y violación de los
derechos humanos de los mexicanos que cruzan la frontera. En 1993, año
previo al arranque del citado tratado, México captó 3 mil 333 millones
de dólares por concepto de remesas. Dos décadas más adelante, por el
mismo concepto llegaron 22 mil 446 millones de billetes verdes, casi
600 por ciento de incremento entre una fecha y otra. Y eso que el
objetivo era mantener a los mexicanos en México, evitar incomodidades
migratorias a los gringos y, desde luego, convertirnos en país del
primer mundo.
Sucedió lo que ya todos sabemos: en el sexenio de Salinas, México
captó remesas por 16 mil millones de dólares; Zedillo, alrededor de 31
mil millones; Fox, que promovió la
exportaciónde jardineros, 92 mil millones, y el inenarrable Felipe Calderón, 140 mil millones. Ochocientos por ciento de incremento entre el primero y el último de los gobiernos citados, y en medio decenas de programas antiinmigrantes que pretendieron
frenar a los mexicanos.
Entonces, ¿no sería más práctico, productivo, humano y ético sentarse a negociar un acuerdo migratorio?
Las rebanadas del pastel
Y como parte de los fallidos cuan inhumanos programas gringos, retomo algunos elementos de lo publicado en La Jornada
(25 de noviembre de 2006): “una investigación de la Oficina de
Inmigración y Aduanas de Estados Unidos reveló que en 1977 una empresa
de California (Golden State Fencing) contrató indocumentados para
instalar un muro metálico en la frontera con México… Los empleó para
cumplir un contrato con el Departamento de Defensa (…) y el refuerzo de
la barda contribuyó a que en 1997-1998 murieran más de 350
indocumentados en el fronterizo Valle Imperial de California”.
Dos
días después del sorpresivo arribo del Edward Snowden al aeropuerto
internacional de Sheremetievo, en Moscú, el presidente ruso, Vladimir
Putin, rechazó ayer la exigencia formulada la víspera por Estados
Unidos de que extraditara al ex contratista de la NSA, quien filtró
datos sobre un programa de espionaje telefónico y cibernético del
gobierno estadunidense contra millones de personas de muchos países. El
mandatario ruso calificó de
desvaríos y tonteríaslas presiones ejercidas por la Casa Blanca sobre el Kremlin, en reclamo por la extradición de Snowden; por su parte, el ministro ruso del exterior, Sergei Lavrov, dijo que son
infundados e inaceptables los intentos de acusar a Rusia de haber violado las leyes de Estados Unidos, y casi de haber urdido un complot, todo ello acompañado de amenazas contra nosotros.
Alto a cortes ilegales de luz
En días pasados, la CFE
pretendió, sin previa notificación a los usuarios, cambiar la
instalación eléctrica y medidores de la unidad habitacional Emilio
Portes Gil, a pesar de que los actuales no presentan fallas. Ante la
negativa de los vecinos, amenazó con cortar el servicio
desde afueraa toda la unidad. Y, finalmente, el 20 de junio, una cuadrilla de la CFE, a cargo de quien dijo llamarse Rosa Carmina López Acosta, comenzó a cortar la electricidad a decenas de vecinos por supuestos adeudos en el consumo. Esos cortes son, en primer lugar, una práctica más de hostigamiento por negarse a que se roben sus medidores e instalen de prepago; y, en segundo lugar, en muchos casos son ilegales por violar el artículo 113 de la Ley Federal de Protección al Consumidor, pues cortaron el servicio de usuarios que mantienen un proceso de queja ante la Profeco, a pesar de que se mostraba la queja recibida y sellada.
El
asunto pone a prueba a nuestra mayor institución cultural. La
documentación que demuestra el plagio académico reiterado de un
historiador que imparte clases en la Facultad de Filosofía y Letras de
la UNAM puede ser consultada por quienes tengan el interés de acceder a
ella.
Armados
con el garrote de la modernidad, los priístas de nuevo cuño reparten
mandobles difusivos a diestra y siniestra para retomar sus viejas
compulsiones entreguistas. El cosquilleo de los negocios a escala les
nubla el talento e insufla sus artimañas leguleyas. Hincarle el diente
a la remanente veta de la riqueza nacional ciertamente rebaja sus
entendederas y los impele a menospreciar los peligros. Víctimas de una
dirigencia aturdida por el relumbre y la lisonja, los priístas se suman
al coro cuyas pautas han sido marcadas desde arriba: abrir, de
inmediato (segundo semestre), las compuertas a la participación privada
en la petrolera. Con la reforma en ciernes vendrá, vaticinan, un alud
de inversiones que detonará el soñado crecimiento. La cantaleta de
siempre repuesta en la escena de los tironeos, las trampas y los
dispendios. Cual liberales de sometido grado vuelven, ahora con
endebles bríos, a proponer la obsesiva reforma estructural energética.
Una que, a su decir, transformará al país, aunque sólo balbucean que
dará seguridad a los inversionistas entrevistos. Será la puerta a la
gran prosperidad prometida en fervorosos discursos de campaña.
No ha faltado quien reciba al movimiento social que hoy campea en Brasil con aquello que los alemanes llaman shadenfreude, alegría
por las penas del otro: ¿no que en Brasil todo iba tan bien? (Pregunta
retórica, que usualmente da pie a una diatriba acerca de cómo el modelo
de crecimiento económico de aquel país se agotó, de cuánto se
exageraron los logros brasileños, etcétera.)
La
gestión del neoliberalismo por regímenes de centro izquierda es un
ejercicio incómodo. La retórica desde el palacio de gobierno insiste en
pintar un cuadro de progreso social en un marco de desarrollo
económico. Pero las ataduras del modelo neoliberal conspiran para
anular los éxitos que podrían obtenerse. El neoliberalismo no está
hecho para promover el desarrollo.
En
la campaña electoral de 2010, Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma
Rousseff llegaron a hablar acerca de la posibilidad de convocar a una
Asamblea Constituyente exclusiva para efectuar la reforma política del
país.
Hay
una especie de estupor –irritado estupor– en la cúpula de la FIFA, que
controla el gran negocio del futbol mundial. La Copa Confederaciones,
que ocurre en Brasil, debería ser, además de una prueba para el Mundial
que el país abrigará dentro de un año exacto, un gran escaparate para
que la entidad haga lo que más sabe hacer: negocios millonarios, con
toda su consecuente carga de corrupción.
Esta
aparentemente sencilla e inocente pregunta encierra mucho de fondo y
merece un pronunciamiento serio y sólido, mas no definitivo, porque
nada en el avance científico lo es y las verdades más inconmovibles no
pocas veces cambian.
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