6/25/2013

Mujeres mayores, víctimas invisibles de la violencia machista


UNAF: Conclusiones del proyecto Daphne Stop VI.E.W. ‘Stop Violence Against Elderly Women’

La investigación pone de manifiesto que “no hay datos” sobre el colectivo de mujeres de más de 65 años que sufre violencia


Madrid, 18 jun. 13. AmecoPress. La confluencia de factores como el género y la edad hace que las mujeres mayores se conviertan en un grupo con un alto riesgo de sufrir algún tipo de maltrato. Pero además, no existen datos de esta realidad y las víctimas de violencia de género de “más de 60 años” –así aparecen en las estadísticas- son un colectivo especialmente vulnerable al estar inmerso en el silencio. Son las principales conclusiones del proyecto europeo Dafne Stop VI.E.W. ‘Stop Violence Against Elderly Women’, presentadas el pasado 14 de junio por UNAF.
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El proyecto pretende visibilizar la violencia ejercida contra las mujeres mayores de 65 años y crear una mayor sensibilidad social sobre el problema. Y es que, tal y como señala Julia Pérez, presidenta de UNAF, “el progresivo envejecimiento de la población española y su repercusión en las situaciones de dependencia funcional y emocional favorece que las personas mayores se hayan convertido en uno de los grupos sociales más susceptibles de sufrir situaciones de abuso, malos tratos y/o violencia”.

La investigación revela que las mujeres ancianas son un colectivo especialmente vulnerable porque tienen más dificultad para defenderse, solicitar ayuda, desconocen sus derechos e incluso a menudo han sufrido años de maltrato repetido, permaneciendo en silencio y ocultando la violencia de la que eran objeto.

Según Pérez, “las víctimas sienten miedo a denunciar y a tener que rehacer sus vidas y romper con sus familias, en ocasiones responsables de los malos tratos. En muchos casos no pueden reconocerse en las formas de violencia, porque consideran el maltrato de familia como un modo de relación o porque viven de manera demasiado dolorosa el tener que admitir el abuso en el interior del propio hogar”.

Este “silencio”, más el “afecto familiar” y el “estigma social” que supone reconocer malos tratos en la propia familia, son hechos clave para explicar la disparidad entre los estudios objetivos realizados en los propios colectivos de personas mayores españolas que apuntan a tasas bajas de violencia.

La organización responsable del estudio explicó que existe sexismo y un prejuicio contra la edad, que denomina ’edadismo’, que hace que las mujeres mayores se encuentren en "mayor riesgo de sufrir abuso y violencia". "La tercera edad incrementa el grado de dependencia de las mujeres hacia otras personas, aumenta el riesgo de aislamiento y su cultura generacional hace que silencien su drama. Por ese motivo, es difícil dar datos de la situación real", aseguró Julia Pérez.

UNAF recordó que, entre 2002 y 2007, las denuncias de víctimas de violencia de género aumentaron en un 46 por ciento por "las campañas de sensibilización" y la creación de "recursos asistenciales", mientras que, en el caso de las mujeres mayores de 64 años, hay una "tendencia de descenso".

Miedo a denunciar

En la presentación de las conclusiones estuvieron presentes responsables de algunas de las organizaciones participantes en el programa, quienes insistieron que la ausencia de datos sobre la violencia de género contra mujeres mayores es sin duda un indicador preocupante que nos muestra que el problema está absolutamente invisibilizado.
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Yolanda Basteiro señaló que el 50 por ciento de las víctimas que han acudido al servicio de asesoramiento y atención a mujeres mayores que la Federación de Mujeres Progresistas desarrolla dentro del proyecto Daphne, conviven con el maltratador , lo que es un “dato muy preocupante”, que muestra la “fragilidad” de estas mujeres.

Y, como sentenció Mariqueta Vázquez, presidenta de a Asociación Mujeres por un Envejecimiento Saludable, “no hay derecho a vivir los últimos datos de tu vida con miedo y al lado de tu maltratador”.

Sin embargo, para muchas mujeres y en especial para el colectivo de mayores, denunciar es muy difícil. Bien por desinformación, por las pocas posibilidades de ser creída o por la desconfianza en el proceso jurídico, “las mujeres no se sienten suficientemente protegidas para denunciar y se callan”, dijo Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas. “La crisis está aumentando la desigualdad y por tanto la violencia contra las mujeres”, reclamó Ana María, recordando que de las mujeres asesinadas por la violencia machista ha aumentado el porcentaje que no había denunciado (en mayores de 65 años, el 85 por ciento) y también de aquellas que siguen conviviendo con el agresor (el 75 por ciento).

Prevención

La prevención del maltrato de las personas mayores en un mundo que envejece nos concierne a todos y todas. Para UNAF es necesario promover esfuerzos multidisciplinares y coordinados, desde diversos ámbitos y sectores así como actuar sobre los factores de riesgo y promover también la protección, tanto en las potenciales víctimas y responsables de los malos tratos como en la comunidad.

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El primer paso es visibilizar los problemas y las demandas de las mujeres mayores que sufren violencia, ya que pueden tener implicaciones significativas en su comportamiento y reacción ante el maltrato, así como para la provisión de servicios y apoyo. Además, es necesario proporcionar apoyo, formación y asistencia a las personas cuidadoras, para evitar que la sobrecarga y el queme, puedan incidir en una inadecuada atención o maltrato a las personas mayores asistidas.

Proyecto Daphne: trabajo en red

El programa Daphne Stop VI.E.W. ‘Stop Violence against Elderly Women’, promovido por UNAF, está desarrollado conjuntamente con otras cinco organizaciones europeas: Auser Regionale Lombardia (Italia), ZDUS (Eslovenia), ANJAF (Portugal), CNIDFF (Francia) y BGRF (Bulgaria), el proyecto se ha desarrollado a través de diversos flujos de trabajo con actividades y objetivos concretos.

En España ha implicado aproximadamente a 50 instituciones públicas y privadas, Universidades y organizaciones sociales, como IMSERSO, Cuerpo Nacional de Policía, Servicio de Promoción de la Salud de la Comunidad de Madrid, FEMP, Dirección General de Mayores y Dirección General de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid, Centros de Apoyo a la Familia, Cruz Roja Española, Mensajeros de la Paz, Federación de Mujeres Progresistas, o la Universidad Complutense de Madrid, entre otros.
Fotos: AmecoPress 

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