NACIONAL
Hay más casos como el mío, dice la joven presa en Tepepan
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Anayeli García Martínez, enviada
Cimacnoticias | México, DF.- Hace más de dos décadas José Luis Rubio leyó un libro donde se narraba la rebelión de un pueblo. En la historia la protagonista era una guerrera apache de nombre Yakiri. Tras aquella lectura tuvo la certeza de que algún día su hija también sería célebre por su tenacidad y valor, y al parecer su predicción no estaba errada.
“Sí, Yakiri es un nombre singular”, reconoció la joven de 20 años al contar el origen de su nombre ante un grupo de 14 personas que el pasado viernes la visitaron en el Centro de Readaptación Social de Tepepan, donde permanece recluida acusada de homicidio pese a que se defendió del hombre que la violó sexualmente y que intentó asesinarla.
Ante un proceso que activistas califican de amañado porque cuando la joven denunció la violación las autoridades la tacharon de delincuente en vez de tratarla como víctima, decenas de feministas se integraron en el Comité Ciudadano por la Libertad de Yakiri, un colectivo que promueve acciones a fin de lograr una investigación imparcial y la pronta liberación de la joven.
En este contexto, la tarde del 7 de febrero integrantes del Comité acudieron al penal para darle rostro a una campaña que además de buscar la libertad de una mujer víctima de violación sexual, pretende sacudir las prácticas de un sistema judicial que castiga a las mujeres que defienden su vida ante ataques sexuales.
FAMOSA GUERRERA
La joven entró a una sala donde 14 personas la esperaban. “Hola. ¿Qué tal?”, dijo.
A pesar de que Yakiri ha recibido peticiones de entrevistas, se ha mantenido protegida por su familia y por las autoridades, así que este encuentro sirvió para conversar con las integrantes del Comité, pero también fue el momento para acercarse a las mujeres y hombres que desde el pasado 9 de diciembre, cuando fue detenida, se sumaron a las protestas de indignación.
Vestida con ropa azul marino (el uniforme de la población en presidio), calzando sandalias, con el cabello recogido y pulseras en la mano, Yakiri se mostró tranquila y amable. La joven agradeció las muestras de solidaridad: “Para mí representa mucho, se valora mucho”.
Al hablar del origen de su nombre, Yakiri Rubí Rubio Aupart contó que cada vez que conoce a alguien no falta una persona que no entienda la palabra y termine llamándola de otra manera. Sin embargo, explicó, ese nombre es una palabra con historia porque se trata de una guerrera apache que defendió a su pueblo.
Recordó que de niña su padre le dijo que ella sería famosa y ríe porque “quizás se anticipó” y ya lo es, aunque de la peor manera. Su identidad ha saltado a la opinión pública como víctima y delincuente.
Relató una anécdota reciente. El pasado 27 de enero la llevaron a la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, donde los magistrados la recibieron para escuchar su testimonio y valorar si hay elementos para que quede en libertad, o enfrente el proceso en prisión mientras el Juzgado 68 penal emite una sentencia.
“De repente empieza el ruido. Un custodio me dice en tono de broma ‛¿Ya escuchaste?, una manifestación te viene a apoyar’”. Luego me dice: ‛Están gritando que una tal Yakiriri, Yakuri’”. De inmediato ella respondió con alegría ‛Pues soy yo’. El custodio se sorprendió. ‛Ah, todo ese relajo es por ti’”.
“NO HAY JUSTICIA”
Yakiri contó que se sintió abrumada ante los magistrados Celia Marín Sasaki, Arturo Eduardo García Salcedo y Salvador Ávalos Sandoval, para decir lo que vivió cuando fue amagada por dos sujetos que a punta de navaja la llevaron a un hotel de la colonia Doctores y donde uno de ellos la violó.
“Quieres decir todo, pero a la hora no sabes qué decir, cómo empezar. No me aguanté y lloré”.
La joven aseguró que no cree en la justicia. “Plantean leyes, normas, sistemas policiacos. Pensé que me tenían que ayudar pero en realidad el mensaje fue que es malo defenderse, defenderte. Veo que me la cambiaron, sólo me dieron el avión”.
Dijo que durante su detención, el pasado 9 de diciembre, en la Agencia 50 del Ministerio Público, el personal de la Procuraduría capitalina la vio tan alterada, ansiosa y con miedo que hasta le dijeron que estaba “tomada o drogada”. “No sabes lo que yo sentí, por eso no creo en la justicia”.
Aún sí, las campañas en redes sociales, las manifestaciones y el “ruido” de las activistas que se plantan para gritar por su libertad, le hacen pensar que no todo está perdido. “Si todas pensaran como todas ustedes. No soy la única, hay muchas más”, advirtió a las integrantes del Comité.
“Antes mi forma de pensar era simple: ‛vida sólo hay una y hay que vivirla’, pero ahora pienso que tengo que ver qué va pasar en el futuro. Ahora estoy consciente de lo que puede pasar. Sé que estar aquí es de fortaleza, valentía. Es tener tiempo para valorar y pensar si estoy avanzando o me estoy quedando”.
Con un dejo de alegría en su mirada, la joven que antes trabajaba como comerciante en el barrio de Tepito aseguró que “tiene muchos planes” pese a la posibilidad de ser condenada a prisión.
“Quiero seguir estudiando. Hay otros tipos de casos. Sí, quiero estudiar leyes. Sería muy interesante, es pesado, es duro, porque es pensar mucho, hacer bien las cosas pero en algo puedo ayudar”.
“ESTAMOS CONTIGO”
Desde que el pasado 17 de diciembre el Juzgado 68 consignó a Yakiri al penal de Santa Martha Acatitla, donde pasó unos días hasta que la cambiaron a Tepepan, a su vida llegó una avalancha de retos que decidió asumir. “En Santa Martha era no comer, no dormir y llorar. Ahora pienso que si Dios me dio la oportunidad de estar viva debo estar bien”.
Tras 30 minutos de charla, la joven concluyó: “Me armé de coraje y de valor. Ahora quiero hablar, levantar la voz, no quiero que allí quede”. Y como si esas palabras infundieran de valor a quienes la apoyan, las activistas se comprometieron a lograr su libertad.
“Estamos contigo, queremos decirte que es válido el derecho a defenderse. Hay muchas mujeres contigo. Esta es la defensa de los derechos de todas”, le respondieron.
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