4/17/2014

Los periodistas pal café . . . .



Las llamadas obras emblemáticas de la administración calderonista sólo han servido para evidenciar planeaciones a la carrera, deficiente calidad, favoritismos, corrupción y fracaso. Ha tocado el turno a la Cineteca Nacional, cuya estampa remodelada tan buenos ánimos generó entre la comunidad aficionada al buen cine. La obra fue encargada al despacho del arquitecto mexicano Michel Rojkind (en Twitter, @rojkind_arq) y el presupuesto original era de 387.6 millones de pesos. Meses después, el proyecto fue ampliado y su costo se elevó a 540.7 millones de pesos. En un congreso de arquitectos en el que participó, Rojkind aseguró que la remodelación y ampliación de la Cineteca Nacional fue un proyecto presionado por tiempos sexenales, que apresuraron la apertura del lugar sin estar terminado, por lo que habló de una obra incompleta, con carencias (http://bit.ly/QemYTx).
Dos días antes de dejar el poder, y a pesar de lo inacabado de la obra, Felipe Calderón puso en servicio la remodelación, incorporando a su discurso menciones de segmentos que sabidamente no estaban en funcionamiento aún. El 7 de noviembre de 2012 se habían abierto las puertas de la cineteca, en condiciones informales, con la presentación de Tiburón, la famosa película dirigida por Steven Spielberg. Consuelo Sáizar, entonces directora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, cerró su intervención con entusiasmo: ¡Que viva el cine, que viva la Cineteca, felicidades, Paula!, refiriéndose en esta parte final a Paula Astorga, entonces directora de la mencionada cineteca (http://bit.ly/1l3Wwtz).
Con las intensas lluvias de estos días en la capital del país, la Cineteca Nacional se ha incorporado al catálogo de las obras emblemáticas fallidas. Inundaciones y evidencias de problemas no resueltos. De entre las múltiples descripciones hechas sobre lo sucedido este martes, Amelie Pulido escribió en la página de Facebook de la propia cineteca: “pasó que llovió dentro de las salas, dentro de la librería recién inaugurada, dentro de la cafetería, los baños inundados hasta la mitad, el agua saliendo como fuentes por el desagüe. Qué vergüenza que se utilice nuestro dinero para hacer proyectos de mala calidad. En lugar de cine de arte tuvimos función de Noé en 4DX. Ah, y claro, quedaron muchos espejos de agua en todos los pasillos peatonales”.
Así ha sucedido con muchas construcciones encargadas por los poderes públicos. Recuérdese el escandaloso caso de la nueva sede del Senado de la República, en Paseo de la Reforma e Insurgentes, toda una demostración de mala calidad que sólo podría ser entendida a partir de entendimientos entre los otorgantes de esos contratos y los constructores, en el marco de los moches tan institucionalizados que sacrifican lo que sea necesario para cumplir con repartos económicos bajo el agua.
Tan desvergonzada resulta la versión de que en acuerdos grupales sobre desarmes se hubiera decidido el torcimiento de procesos judiciales para liberar a miembros de grupos de autodefensa en Michoacán, particularmente a uno de sus dirigentes, Hipólito Mora, que la comisión a cargo de Alfredo Castillo decidió salir a los medios de comunicación, a través de un boletín de prensa emitido por la secretaría de Gobernación, para hacer juramento de apego a la ley y su recta aplicación.
Los antecedentes no son propicios para dar por hecho lo que con solemnidad plantean esas autoridades. Uno de los peores golpes históricos a ese ente fantasmal conocido como estado de derecho ha sido asestado por el peñismo en su incursión liberadora por Michoacán. Ni siquiera Felipe Calderón con su obtuso michoacanazo causó tanto demérito del respeto por la ley. Los Pinos, bajo mando priísta, permitió la libre operación por calles de aquella entidad de grupos de civiles con muy potente armamento, los cuales con gran frecuencia y bajo la protección y promoción de mandos policiacos y militares actuaron en flagrante y grave violación de las normas que presuntamente son de observancia obligatoria en México. Así se produjeron cateos sin orden judicial, detenciones a ojo de buen autodefensa, expulsiones de pobladores, saqueos a título de botín de guerra, expropiación de propiedades privadas (sobre todo huertas y ranchos, cuyas ganancias de operación pasaron a las cuentas de algunos de esos líderes de autodefensas) e incluso ejecuciones revanchistas.
Ahora, con base en esos acuerdos de desarme (cuyas cláusulas más importantes serían las no escritas), el gobierno federal pretende devolver a sus casas a buena parte de esos grupos de autodefensa y a otros habilitarlos como policías rurales. El frankenstein tarasco demanda, a cambio, la liberación de unos cien de sus miembros, sobre todo líderes como el citado Mora, que se realice un programa de entrada conjunta a otros lugares de Michoacán para limpiarlos de templarios y decidieron que se quedarán con sus armas, excepto las superpesadas y con la intención de no portarlas en público. El plazo para que se cumpla este plan vence el muy simbólico 10 de mayo próximo.
Y, mientras esta columna telegénica rompe su cochinito para completar los centenares de milloncejos que le permitirán competir exitosamente por alguna de las nuevas cadenas de televisión (cumpliendo sobre todo con la garantía de seriedad, oh sí, tan serio y sin inducciones que es el proceso, a tal grado que el propio Ifetel incumplió el plazo que se había impuesto para fijar el valor mínimo de referencia y el monto de la garantía de que no se está jugando con el tema), y en tanto el gobierno de la ciudad de México dice que se esmerará jurídicamente para evitar que le quiten 489 millones de pesos de la línea 12 que andan bailando, ¡hasta mañana, dando gracias a los médicos tapatíos Carlos Rentería Loza y Federico Mendoza Sánchez, y a las enfermeras del primer piso del hospital Puerta de Hierro, de Zapopan, Jalisco, por los favores recibidos!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero



Con bombo y platillo celebran en Los Pinos y zonas conurbadas que en marzo pasado, y por primera vez en mucho tiempo, la generación de empleo formal se aproximó a 100 mil plazas –incluidas las eventuales–, de tal suerte que la oferta de puestos de trabajo –sólo ese mes– prácticamente coincidió con la demanda, sin considerar rezagos. Parece una nota positiva, aunque no lo es tanto.
Así, la duración de dicha celebración será más efímera que un orgasmo, pues el balance de los 16 meses de gobierno peñanietista (diciembre de 2012 a marzo de 2014) es por demás deplorable en el tema que se comenta, pues resulta rotundamente negativo.
De acuerdo con la información estadística del IMSS, al cierre de marzo pasado el número de trabajadores asegurados en esa institución se aproximó a 16.8 millones (eventuales del campo incluidos), cuando en los hechos la nómina tendría que ubicarse en torno a 18 millones si la promesa de empleo a manos llenas se hubiera cumplido y sin incluir el déficit histórico, de tal suerte que lejos de festejar en el gobierno, en el sector empresarial tendrían que poner manos a la obra, porque la carencia de plazas laborales en el sector formal de la economía se incrementa mes tras mes. Lo anterior, desde luego, sin considerar la sostenida precarización del empleo generado.
En marzo de 2014 la estadística oficial documenta la generación de 99 mil 977 empleos formales, de los que 28.5 por ciento fueron plazas eventuales. Se estima que la demanda mensual en el sector formal de la economía es del orden de 100 mil plazas laborales, sin considerar rezagos. Así, en el primer trimestre del presente año cuando menos debieron crearse 300 mil puestos (permanentes, de preferencia), pero gobierno y empresarios (o viceversa) se quedaron cortos, pues sólo registraron poco más de 221 mil, de los que 44 por ciento fueron eventuales. Entonces, en dicho periodo no hay nada que celebrar.
Si se amplía el plazo y se echan números desde el arranque mismo del gobierno peñanietista, entonces la situación empeora. Tras 16 meses de estancia en Los Pinos, la estadística del IMSS (siempre de acuerdo con las promesas oficiales) debería registrar no menos de un millón 600 mil nuevos puestos de trabajo en el sector formal de la economía, pero como la realidad es el principal enemigo del discurso gubernamental, en ese periodo sólo se generaron 426 mil 601 plazas, de las que apenas (este sería el lado amable del balance) 4 por ciento correspondió a eventuales.
Lo anterior se traduce en que en lo que va del gobierno peñanietista alrededor de un millón 200 mil mexicanos quedaron fuera del mercado laboral en el sector formal de la economía (tres de cada cuatro que intentaron colarse a dicho mercado), sin incluir a los que de tiempo atrás, en administraciones anteriores, ya los habían mandado a paseo, o lo que es lo mismo, aquellos que obligadamente fueron incorporados a la informalidad, a la desocupación abierta, a la población disponible o a la emigración. Entonces, todo indica que ni de lejos hay motivo para celebrar.
Además, la propia estadística oficial confirma, por si alguien dudara, que cada día que transcurre la formalidad laboral tiende a ser un sueño guajiro, pues a estas alturas sólo tres de cada diez mexicanos en edad y condición de laborar tienen cobertura del IMSS (30 por ciento del total de la población ocupada) y demás prestaciones, aunque tampoco ello es garantía de que los patrones cumplan cabalmente, comenzando por el pago de cuotas de acuerdo con el salario recibido, cuando las pagan. Las cifras más recientes del Inegi (cuarto trimestre de 2013) registran que alrededor de 32 millones de trabajadores no tienen acceso a las instituciones de salud.
Poco empleo, cada día menos prestaciones, y poder adquisitivo en el suelo no son elementos para celebrar. La actualización oficial de información la divulgará el Inegi dentro de tres semanas, más o menos, pero en vía de mientras los analistas de la Cámara de Diputados recuerdan que en enero de 2014 el salario básico de cotización promedio en el IMSS se ubicó en 8 mil 470 pesos al mes (nominales), para un crecimiento aparente anual de 3.85 por ciento con relación al mes anterior.
Sin embargo, explican, en el mismo periodo la inflación fue de 4.48 por ciento por lo que, en términos reales, el citado salario cayó 0.6 por ciento, sumando la segunda contracción consecutiva. En 2013 en promedio se registró un incremento nominal de dicho salario de 3.89 por ciento, pero en ese mismo año la inflación promedio fue 3.81 por ciento, con lo que el crecimiento real promedio fue de 0.08 por ciento, aunque en enero de 2014 el registro se convirtió en negativo.
Además, advierten, los salarios del sector formal de la economía siguen sin recuperar su nivel previo a la crisis. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en el cuarto trimestre de 2013 los trabajadores ocupados tuvieron un ingreso nominal promedio de 5 mil 799.9 pesos mensuales, lo que equivale a una caída real anual de 2.8 por ciento. Comparado con su nivel más alto alcanzado previo a la crisis (segundo trimestre de 2008), los ingresos mensuales acumulan una reducción real de 16.2 por ciento. En términos reales los salarios se mantienen deprimidos producto de los raquíticos aumentos y del crecimiento generalizado de precios. De hecho, al cierre de 2013 el ingreso real promedio resultó el más reducido desde, cuando menos, finales de 2005.
Así, la población ocupada remunerada no ha podido compensar la caída de los ingresos, lo que se ha traducido en un deterioro de la masa salarial, determinante del consumo nacional. El mayor número de trabajadores –formales e informales– no ha podido neutralizar el descenso en los ingresos reales, con lo que en buena medida se explica la significativa caída en la demanda interna.
Las rebanadas del pastel
¡Preparaos, mexicanos ingenuos!, que ya lo dijo el siempre atinado secretario de Economía, Ildefonso Guajardo: no hay fundamentos para incrementar el precio de la tortilla… Y en Los Pinos están más que agradecidos con el embajador estadunidense en México, Anthony Wayne, porque les hizo el favor de llamar por su nombre lo que ha hecho el gobierno de Peña Nieto y socios que lo acompañan: “felicito particularmente a México (…) por las reformas constitucionales aprobadas para privatizar el sector energético”. Desde la residencia oficial se escuchó el clásico no me ayudes, compadre.
Twitter: @cafevega



Bradford, al norte de Inglaterra, época actual. Una población industrial reminiscente de los medios obreros captados por el primer Ken Loach (Kes, Una vida de familia). En ese lugar se ambienta El gigante egoísta (The selfish giant), de la directora estadunidense, radicada en el Reino Unido, Clio Barnard.
Aunque la cinta declara inspirarse (muy libremente, por cierto) en el cuento homónimo de Oscar Wilde, a lo que asiste el espectador es a una radiografía en extremo realista de una zona pauperizada donde es común la deserción escolar, la explotación laboral infantil, y en definitiva el escamoteo de una formación adolescente por la rápida transición de la niñez a la edad adulta. Los dos protagonistas púberes de la cinta, el rebelde y astuto Arbor (Conner Chapman, soberbio) y su amigo de juegos y escapadas, el tímido y sensible rubicundo Swifty (Shaun Thomas) se convierten muy pronto en proveedores eficaces de sus familias disfuncionales y menesterosas.
El gigante egoísta semeja una actualización de la dura radiografía social emprendida por Charles Dickens en su novela Oliver Twist y de sus versiones fílmicas (David Lean, 1948; Carol Reed, 1968) más memorables. La emotiva parábola de Wilde con su bienhechor niño fantasma se transforma aquí en un cuento cruel sobre el modo en que Kitten (Sean Gilder), negociante de chatarras y otros residuos industriales, lucra sin escrúpulo alguno con la necesidad material de los dos adolescentes, aprovechando también en beneficio propio, y sin medir la gravedad de los peligros, sus impulsos aventureros.



E
l secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Anders Fogh Rasmussen, dijo ayer que esa alianza militar incrementará su presencia en el este de Europa a consecuencia de los recientes hechos de violencia en la región suroriental de Ucrania, particularmente en las regiones de Donetsk y Luhansk, donde se han presentado choques violentos entre los contingentes militares enviados por las autoridades de Kiev y manifestantes pro rusos, cuyas demandas van desde el fortalecimiento del federalismo en ese país hasta la celebración de referendos secesionistas.

Recordando a Benita Galeana
E
l 17 de abril de año en curso se cumple el 19 aniversario luctuoso de un personaje inolvidable, Benita Galeana Lacunza, mujer carismática, agradable, combativa, risueña, que siempre conservó su acento costeño de Guerrero. En la lucha combativa por las causas populares jamás se doblegó, fue de mucho valor; ella afirmaba: La vida me ha dado muchos golpes, pero no me rindo, ni siquiera le tengo miedo a la muerte, quiero morir sola sin molestar a nadie. Siempre se preocupó por los pobres; en entrevista que le realicé en febrero de 1989, y que está publicada por la Universidad Autónoma Chapingo, le pregunté: Como comunista, ¿le hubiera gustado llegar a la Cámara de Diputados?, contestó: Pues no he tenido la idea de llegar a la cámara. Muchos me han hecho esa pregunta. Si yo hubiera llegado, lo primero que hubiera hecho sería poner comedores para las escuelas, para madres solteras que no tienen quien las mantenga. Pero sé que no llegaría a ser presidenta, aunque me hubiera gustado tener el poder, para iniciar una lucha sistemática con el fin de darle de comer a los niños pobres que se quedan sin desayunar. Sin embargo, cuando el Partido de la Revolución Democrática incrementó su poder político, con su líder moral Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Benita Galeana fue suplente de Amalia García, como miembro de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal. y en su propaganda política publicó: Nací en San Jerónimo, Guerrero, en 1907, y mi niñez enfrentaba la miseria, no fue fácil; trabajo desde que tengo memoria y eso me llevó a encontrar la identidad con los pobres y luchar desde joven por la justicia. Pero mi fe en que los mexicanos lograremos una nación justa y democrática se mantiene inquebrantablemente.

E
l país y el mundo entero se estremecieron hace ocho años, cuando el 19 de febrero de 2006 ocurrió el siniestro en la mina 8 de Pasta de Conchos, de la zona carbonífera de Coahuila, donde perdieron la vida 65 trabajadores mineros, en lo que se ha calificado, justa y objetivamente, como un homicidio industrial ejecutado por la empresa Grupo México y su principal accionista, Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, sus socios y directores, así como diversos funcionarios públicos que solaparon esa criminal tragedia inducida.

E
n Estados Unidos usan una expresión en el combate a los capos del narcotráfico: kingpin strategy (literalmente, estrategia de capo). Esta estrategia fue desarrollada, en 1992, por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). Originalmente se llevó a cabo contra los traficantes colombianos de cocaína (César Gaviria era el gobernante) y fue producto de una revisión del ciclo completo del negocio de drogas ilegales: producción, transportación, distribución y recapitalización de la empresa, ni más ni menos que lo que se hace en otras empresas de productos legales.

E
l gobierno mexicano escogió el 10 de abril, fecha del asesinato del general Emiliano Zapata, para advertir que en los actuales tiempos neoliberales la demanda de tierra y libertad ya no tiene cabida. Ese día, el gobernador de Jalisco informó que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha decidido mantener la cortina de la presa El Zapotillo a 105 metros, y no a 80, como le ordenó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, desacatando la sentencia del máximo tribunal mexicano y mostrando su poco interés por el estado de derecho, cuando de defender los intereses de los empresarios se trata. Como era de esperarse, los afectados reviraron de inmediato denunciando la ilegalidad de las acciones gubernamentales y manifestado su determinación de recurrir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que haga valer su resolución, y en caso necesario acudir a los organismos internacionales para defender sus derechos. La cerrazón gubernamental en lugar de resolver el problema lo redimensiona y catapulta a instancias internacionales.

La cultura es el espacio de la libertad y la creación, la educación es el espacio de lo obligatorio y lo aburrido. Este fue, hace algunos años, el demoledor argumento de un notable y respetado escritor para oponerse a la fusión de las secretarías de Cultura y Educación del Gobierno del Distrito Federal. Sin duda ese argumento corresponde en parte con la realidad: la cultura es el espacio de la libertad y la creación, la educación escolar ha sido el espacio de lo obligatorio y lo aburrido. Además, el aburrimiento y la obligatoriedad (ahora extendida a la llamada educación media superior) se han impuesto a amplios sectores de la población (más de 50 millones de mexicanos), y a la inversa, la cultura –en el sentido implícito en el pronunciamiento citado– sigue sólo al alcance de unos pocos. La propuesta de congregar ambas dependencias pretendía impulsar el cambio de esta realidad, cambiar la educación para llenarla de cultura (de esa cultura), hacer de la educación un espacio de libertad y creación, y de la cultura un bien para todos mediante el gigantesco aparato escolar. ¿Es posible? ¿Es esto una ilusión ingenua?

L
a reunión más reciente entre el comisionado Castillo y los líderes de las autodefensas de la Tierra Caliente dio paso a un acuerdo para el desarme que, en definitiva, busca la extinción formal de dichos cuerpos armados. Según los datos divulgados en los medios, la fecha clave es el 10 de mayo, cuando la Secretaría de la Defensa defina qué armas conservarán los ciudadanos mediante registro previo y la inscripción en las policías rurales de quienes decidan seguir en las tareas de vigilancia contra las bandas delictivas que han asolado el estado (‘‘El 10 de mayo, lo que son las autodefensas legítimas desaparecen y los que quieran decir ‘somos autodefensas y seguimos’ serán detenidos y los tendremos como falsos autodefensas’’, señaló Castillo en declaraciones recogidas por La Jornada).

E
l levantamiento popular en el este y sur de Ucrania obedece a que el gobierno golpista de Kiev no cuenta con el apoyo de la mayoritaria población de origen ruso o rusohablante de esa región, que no sólo no se siente representada por éste, sino lo ve como una amenaza. No debe olvidarse que Stepan Bandera, ídolo de los nuevos gobernantes instalados por la OTAN, fue importante colaborador de los nazis, cuya ocupación y horrendos crímenes en Ucrania no han sido olvidados y han reflotado en estos días.

Un nuevo acuerdo comercial transatlántico permitirá contar con licencias de exportación para proyectos de gas natural licuado (GNL) con destino a Europa, lo que es de obvia relevancia en la geopolítica de hoy, dijo Barak Obama luego de reunirse con líderes de la Unión Europea, UE (Reuters, 26/3/14). Dada la falta de sustento geológico, financiero y atmosférico de la explotación de gas y petróleo de lutitas (shale), más sus graves impactos en la salud y el agua, llama la atención que sólo al final de ese bluff en torno a la crisis ucrania, Obama reconociera, muy de pasito, que sustituir a Rusia como fuente de gas para la UE, no es algo que pueda lograrse de la noche a la mañana. En contraste con la narrativa oficial de la “geopolítica shale”, existe evidencia dura, de los registros diarios de producción de 65 mil pozos en 31 cuencas shale de Estados Unidos (EU), que muestran curvas de declinación exponencial, según estudios del geofísico David Hughes (La Jornada, 18/4/2013 p. 30).


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