¿Qué
es el fracking? Es una fractura hidráulica, o romper la corteza rocosa,
a una profundidad de 2000 a 3000 metros de profundidad, inyectando
millones de litros de agua, arena y aproximadamente 600 diferentes
químicos, ocasionando así, explosiones para extraer gas shell, atrapado
entre las rocas a manera de burbujas.
Existe una gran
diversidad de productos químicos que se utilizan y que las compañías se
niegan a declarar, escudándose en su famosa "Fórmula Secreta" o "Ley de
Patentes". Dicha concesión fue otorgada por el vicepresidente de los
Estados Unidos en el año 2005, el señor Dick Cheney. Sin embargo, como
es de saberse que la información trasciende a la luz pública, ahora
sabemos por estudios hechos en el Estado de Pensilvania, que se
utilizan sales como el bromuro y cloruro; metales como radio, estroncio
y bario; hidrocarburos como benceno, tolueno y etileno. El problema
grave es que no todos estos fluidos utilizados se recuperan, y se sabe
que un 15% se pierde y nadie en lo absoluto se entera a dónde van a
parar. Normalmente el fluido de fracturación se forma de un 98% de agua
y arena, y un 2% de aditivos químicos (que incluyen sustancias tóxicas,
alergénicas, mutágenas y carcinógenas).
En países como
Argentina y Estados Unidos, donde el fracking ya se ha estado
desarrollando, se observa el daño a plantas, animales y, claro, a los
seres humanos, dado que es claro que hay una afectación a la salud,
dependiendo de la dosis y lógicamente la distancia de exposición,
manifestándose así, lesiones cardiovasculares como renales o
alteraciones fetales y reproductivas a mediano y largo plazo.
Existe otro gran problema, al llevar a cabo esta práctica y ocasionar
explosiones en el subsuelo, se liberan materiales radiactivos como el
uranio, torio y radio, que se transportan a la superficie terrestre,
además que se libera radón, que es un gas no degradable (hasta después
de 3 a 5 días), por lo que es respirado por el humano y ocasiona lo que
ya se ha convertido en la segunda causa de cáncer de pulmón.
Desafortunadamente no se han llevado a cabo estudios bien documentados
de impacto ambiental, y por tanto no se sabe con certeza la magnitud
que estos productos químicos ocasionan, sin embargo, se han observado
contenidos de metano en el agua potable, lo cual hace de este líquido
que consumimos diariamente un peligro para la salud.
En
Estados Unidos, los deshechos derivados del fracking se reinyectan al
subsuelo, ocasionando en estados como Ohio, pequeños terremotos e
incendios —que resultan “inexplicables” para las autoridades—. La otra
manera de deshacerse de los deshechos ha sido el envío de estos a
plantas de tratamiento, sin embargo, estas no cuentan con el equipo ni
la capacitación para manejar aguas con cantidades tan altas de
radiación, por lo que actualmente es un problema sin resultado.
Para el gobierno oficialista mexicano, el tema de “Reforma Energética”
se maneja como un discurso triunfalista, pero ¿para quién significa un
triunfo?, ¿para nosotros los mexicanos? Claro que no, es un triunfo
para las empresas privadas, muy interesadas en saquear nuestro valioso
y principal recurso natural, que ha sido el sustento de nuestra
economía mexicana por décadas. Ahora resulta que PEMEX ya no es
rentable y habrá que “dejarlo en manos de los que sí saben cómo hacer
dinero”, compañías que “nos generarán empleos” con nuestro propio
recurso.
Este proyecto se inició años atrás con las
famosas reformas que nuestro expresidente, Carlos Salinas, fomentó,
cambiando así el artículo de la Constitución en lo que a derechos se
refiere, pasando de ser propiedad ejidal a propiedad privada. ¿Para
qué? Se inició la preparación para que ahora, las empresas extranjeras
puedan comprar terrenos a los agricultores sin ninguna objeción, ni
traba por parte del Estado, pagando cantidades miserables, planteando
que el campo ya no es rentable con maíz y frijol, y que se pueden
beneficiar de la extracción de petróleo al generarles empleos. ¿A qué
costo? Pues, al grado tal que nos dejarán agua contaminada, suelos
contaminados e infértiles, además de aire, flora y fauna totalmente
destruida —sino es que nula—. Y, lo peor, sin un terreno y siendo
suprimido de tu propio territorio. No habrá de otra más que emigrar y
buscar si existe algún lugar todavía, con condiciones apropiadas para
vivir y subsistir.
Seamos conscientes de lo que hacemos
hoy, no permitamos que personas a las que no les importa nada, con tal
de saciar su ambición y poder, hagan de las suyas. Informemos a nuestra
gente. ¡Hazlo por ti, por tus hijos, por tu familia y para seguir
heredando un buen lugar a nuestras futuras generaciones! No olvidemos
que gracias a la valentía de héroes como Hidalgo y Lázaro Cárdenas,
entre otros, gozamos de todo lo bueno que hoy tenemos. ¡Ya basta de
saqueos a nuestro México lindo! Despertemos hoy e informémonos,
solamente informados podremos dejar un legado alentador a nuestros
hijos, y qué mejor que un México sano, de ellos y para ellos.
Gonzalo Méndez es miembro de Morena Minnesota.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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