MÉXICO,
D.F. (apro).- A estas alturas del partido dan risa las acusaciones que
el gobierno federal ha orquestado para detener al líder de las
autodefensas michoacanas, José Manuel Mireles. Acusarlo de posesión de
drogas y armas de uso exclusivo del Ejército es tan fútil que ahora
quieren investigar sus cuentas bancarias.
Lo evidente del caso es que Mireles es un personaje incómodo para el
gobierno federal y estatal por múltiples razones, entre ellas por las
denuncias que hizo de vínculos con el narcotráfico de la clase política
michoacana, como son los casos del exgobernador interino, Jesús Reyna,
y de Rodrigo Vallejo, hijo del exgobernador Fausto Vallejo; también por
negarse a acatar la domesticación oficial de las autodefensas. Pero
quizá lo que más les preocupaba es que representaba el riesgo de que el
fenómeno de las autodefensas armadas siga avanzando en otras regiones
del país que, al igual que Michoacán, sufren la presencia ominosa del
crimen organizado.
Y es que desde los primeros días de enero del 2013, esto es, apenas
un año de que llegó a la silla presidencial Enrique Peña Nieto,
presenció con preocupación el florecimiento de grupos de autodefensa y
de policías comunitarios en cuatro municipios de la región Costa Chica
de Guerrero, decidieron tomar las armas para defenderse de la
delincuencia.
Pero el tema de la proliferación de las autodefensas y policías
comunitarios en diversas partes del país ya se había propalado antes.
Desde el 2011 comenzaron a emerger en varias entidades como expresión
de inconformidad y hartazgo sobre todo de pueblos indígenas contra la
inseguridad y el crimen organizado.
De acuerdo con una revisión periodística, en el 2011 se registró la
presencia de 36 grupos de autodefensa ciudadana y comunitarios en ocho
estados: 20 en Guerrero; cuatro en Michoacán; tres en Morelos; dos en
Oaxaca, Veracruz y Chihuahua, y una en los estados de México y Jalisco.
Actualmente se podrían sumar otros grupos inconformes a esta lista
tanto en las mismas entidades y otros más como en el Distrito Federal,
San Luis Potosí, Hidalgo, Zacatecas, Puebla, Tlaxcala, Sinaloa, Colima
y Tabasco. En total estaríamos hablando de más de 100 grupos ciudadanos
–sólo en Michoacán hay 37 actualmente–, de autodefensa y policías
comunitarios que se han expresado en los últimos tres años, algunos de
ellos de manera espontánea y transitoria, otros de forma permanente.
Todos con armas.
La figura inspiradora de José Manuel Mireles para otros pueblos y
comunidades de Michoacán y otros estados que intentaban formar sus
autodefensas es quizá lo que dio miedo al gobierno federal. Sobre todo
porque no hay avances sustanciales en el combate a la inseguridad y la
violencia generada por el crimen organizado y la declaración de guerra
que le hizo Felipe Calderón desde el 2006 y que Peña Nieto mantiene en
las misma forma hasta hoy.
La detención de Mireles, bajo acusaciones irrisorias, en realidad es
un mensaje de disuasión del gobierno federal para aquellos que
pretendan seguir su ejemplo de organizarse y auto defenderse con las
armas frente a los peligros que siguen representando los diferentes
grupos del crimen organizado.
Esta acción tiene también el mensaje implícito de proteger ciertos
lugares estratégicos para el crimen organizado, pues la detención de
Mireles se dio precisamente cuando anunció que estaría organizado
autodefensas en el municipio de Lázaro Cárdenas para liberar el puerto
de carga más importante del país por donde se trafican cantidades
importantes de drogas y minerales.
En Michoacán no ha sido suficiente la domesticación de las
autodefensas de Tierra Caliente convertidas en fuerzas rurales. Aún
existen comunidades, pueblos y municipios completos que se niegan a
seguir la estrategia del gobierno federal de controlarlas a través de
su conversión, como también se quiso hacer en Guerrero con la policía
comunitaria de la Montaña formada desde 1996.
Aunque Mireles siga en la cárcel, aunque lo hayan rapado y quitado
el bigote tratando de socavar su imagen, mientras siga la violencia y
la inseguridad, mientras el crimen organizado siga dominando regiones
enteras del país y mientras el gobierno federal y el estado mexicano en
su conjunto continúen mostrando su incompetencia en estas
responsabilidades vitales, la gente lo seguirá viendo como el ejemplo a
seguir con las autodefensas como una opción válida y legítima de
protegerse.
Twitter: @GilOlmos
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