Al entrar al Ayuntamiento, para interponer una queja, al menos 15 mujeres indígenas recibieron burlas y jaloneos por parte de funcionarios municipales.
Luego de un año y ocho meses de investigaciones, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos concluyó que tres regidores de Cuernavaca violaron los derechos “a la igualdad ante la ley y a la no discriminación” en perjuicio de un grupo de 15 artesanas nahuas y mazahuas,
quienes el pasado 2 de mayo de 2013 se acercaron a las instalaciones
del gobierno municipal en busca de atención oficial, y en respuesta obtuvieron burlas por su origen étnico.
Según la Recomendación 181/2013-5, las afectadas habían acudido a las instalaciones públicas para denunciar a inspectores del Ayuntamiento, así como a comerciantes establecidos, quienes las hostigaban por vender sus artesanías en la Plaza de Armas de Cuernavaca; sin embargo, cuando ingresaron a las oficinas municipales, los regidores
Alfredo Gutiérrez Trueheart (Partido Verde), LuisFernando Hidalgo
Galicia (PAN) y Felipe Domínguez Alarcón (Partido Nueva Alianza) las
recibieron cruzándose comentarios tales como “ya llegaron tus paisanas”,
“ya llegaron tus amigas” y “¿quién las invitó?”, además de que, para
ser atendidas, les pusieron como condición el que se dejaran tomar
fotografías, para lo cual, incluso, una de ellas fue tironeada por el
regidor Gutiérrez Trueheart.
Tal como narraron las afectadas ante el organismo defensor de los derechos humanos, “el día señalado (2 de mayo de 2013), acudimos a las oficinas de la presidencia municipal 15 compañeras, mujeres todas. Arribábamos cuando salían los regidores y a la entrada, justo donde está la palmera, dentro de la presidencia, escuchamos gritos y comentarios.
Los regidores Gutiérrez Trueheart e Hidalgo Galicia, junto con otro
regidor que no ubicamos, un hombre mayor, de lentes (el regidor Felipe
Domínguez Alarcón) sacaron unos sus teléfonos celulares y otros su
tablet, a la vez que decían ‘foto, foto’, ‘ya llegaron, ¿quién las
invitó?’, ‘tus amigas’. Las risotadas y los empujones entre
ellos hizo que volteáramos; una de las compañeras quiso salir (de las
instalaciones oficiales) y el regidor Gutiérrez Trueheart la jaló, a la
vez que decía ‘no te vayas, primero la foto’“.
En su denuncia, el grupo de artesanas, preguntan a la
autoridad: “¿Qué no acaban de firmar un código de ética para los
funcionarios del Ayuntamiento de Cuernavaca? Aún y cuando no existiera éste, ¿no es obligación de todas y todos conducirnos con respeto a las y los demás?
Somos indígenas y con mucho orgullo vestimos nuestra indumentaria
típica, somos mujeres que, día a día, trabajamos para llevar el
sustento a nuestras casas, con nuestras manos elaboramos
collares, pulseras, bordamos y tejemos telas y palma, pintamos barro
con los colores de nuestra tierra, de la que nos sentimos también
orgullosas (…) ¿Nuestra forma de vestir les causó risa y despertó los
comentarios burlones de los regidores? O, ¿qué fue? ¿Que hablamos
háhuatl o mazahua? ¿Qué desató la burla de los regidores? ¿Podemos saber? ¿Nos sentimos mal por lo que nos pasa? ¡No! Nos sentimos impotentes por no poder enseñarles a nuestras hijas e hijos que merecemos respeto,
porque las autoridades se han encargado de mostrarles el desprecio que
nos tienen y, sin embargo, seguimos fomentando nuestras tradiciones, le
decimos a nuestras niñas y niños que algún día esto va a cambiar y que
ellas y ellos, mientras tanto, deben estudiar y exigir que los respeten
y tratar a las y los demás igual, como quieren ser tratados (…) Véanos,
respétenos, escúchenos, inclúyanos”.
Las acciones en las que incurrieron los tres regidores,
destacó la Comisión de Derechos Humanos de Morelos, configuran un acto
de “discriminación” y aunque “los regidores señalados como
responsables negaron el acto reclamado, dicha negativa queda
desvirtuada”, ya que, paradójicamente, los tres integrantes del cabildo
presentaron en su defensa las fotos que ese día tomaron por la fuerza a
las artesanas afectadas.
Aunque los regidores arguyeron que esas fotos habían sido tomadas
con fines de registro de la atención oficial brindada, la Comisión de
Derechos Humanos consideró que dicho alegato sólo tendría sustento si
antes de los retratos hubieran atendido a las afectadas, lo cual no
ocurrió.
Por ello, el ombudsman estatal ordenó que la Contraloría
Municipal del Ayuntamiento de Cuernavaca inicie un “proceso
administrativo contra los regidores implicados”, así como que
“se tomen las medidas necesarias para reparar el daño ocasionado a las
indígenas nahuas y mazahuas, como consecuencia de la responsabilidad
institucional en la que se incurrió”.
Además, el ombudsman ordenó al Ayuntamiento de Cuernavaca “que se otorgue al personal la capacitación adecuada en materia de observancia y respeto a los derechos humanos“,
así como que “se adopten las medidas de carácter preventivo para evitar
la repetición de los actos de discriminación, como los que dieron
origen a la presente recomendación”.
El origen del conflicto
Aunque la recomendación emitida en favor de las artesanas nahuas y
mazahuas que venden sus artesanías en la Plaza de Armas de Cuernavaca
fue considerada como un “triunfo” por este grupo, la abogada Susana
Díaz, integrante de la Comisión de Derechos de Morelos Digna Ochoa
–organismo civil que dio acompañamiento legal a las afectadas– destacó
que dicha resolución no aborda dos puntos prioritarios del
problema: en primer lugar, no exige que el Ayuntamiento de Cuernavaca
formule una disculpa, pública y oficial, por los actos de
discriminación en los que incurrió; y en segundo lugar, el
ombudsman estatal no se pronunció en torno al conflicto que dio origen
a la queja, que es el hostigamiento que estas mujeres sufren por parte
de funcionarios y comerciantes establecidos que las acusan de “afear”
la plaza.
De hecho, advirtió la abogada, “hace unos días vinieron los
inspectores del Ayuntamiento a anunciarles a las compañeras artesanas
que, a partir de este lunes (19 de enero), ya no las van a dejar entrar
a la plaza a vender sus productos, porque van a remodelarla. Y
sí, desde hace un año nosotras estamos solicitando al gobierno del
estado que nos entregue toda la información sobre dicha obra, porque
queremos poder defendernos”.
La abogada destacó que este grupo de artesanas –en el que están
agrupadas alrededor de 40 mujeres, que venden los productos elaborados
por toda la familia– vende en la Plaza de Armas de Cuernavaca desde
hace más de tres décadas y, por eso, “ellas exigen ser
incluidas en el proyecto, y si hay una reubicación de comerciantes,
ellas demandan ser contempladas en dicha reubicación, y de una
forma óptima, es decir, no vamos a aceptar que las reubiquen en un
lugar en el que ya no puedan vender, no queremos que las manden a la
salida de la ciudad, y que por esta vía se incurra en un nuevo acto de
discriminación en su contra”.
La integrante del Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa destacó,
además, que el ombudsman estatal debe ampliar el rango de la
recomendación, para que el llamado respetar el derecho a la “no
discriminación” sea no sólo para los funcionarios públicos, sino “para
la sociedad en general, ya que las compañeras artesanas no sólo son
discriminadas por servidores públicos, sino también por comerciantes
establecidos que mantienen una actitud intimidatoria en su contra, por
considerar que afean la plaza”.
En la actualidad, cabe destacar, las artesanas nahuas y mazahuas no son las únicas que venden sus productos en la plaza, sino también comerciantes establecidos, especialmente restaruanteros, quienes han ampliado sus negocios hacia la vía pública.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario