COLABORACIÓN ESPECIAL
Elsa Conde y Orfe Castillo*
Ciudad Feminista es un grupo de organizaciones que en los últimos cinco
años ha dado seguimiento a la política de igualdad de género en la
Ciudad de México e, inició su participación en el proceso Constituyente
desde la discusión legislativa que derivó en la reforma política
aprobada finalmente por el Congreso de la Unión.
En su momento, junto con diversas organizaciones criticamos la propuesta
aprobada por su claro carácter antidemocrático al incluir la
designación de 40 escaños que no serían sujetos a la voluntad popular y,
por la clara ausencia de espacios para la participación ciudadana y la
no inclusión del principio constitucional de paridad, entre otros
aspectos.
Sin embargo, decidimos participar porque insistimos en ampliar los
pequeños márgenes de movilización ciudadana y apertura democrática que
vislumbramos en este proceso crítico en la construcción de ciudadanía
plena para las y los capitalinos. Particularmente en la oportunidad de
construir una candidatura independiente feminista.
El reto era inconmensurable, juntar 75 mil firmas en un mes para lograr
el registro como aspirantes. No obstante, valoramos que se abría una
posibilidad cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF) ratificó el lineamiento de que la ciudadanía pudiera
otorgar su firma hasta para cinco aspirantes independientes. Después de
dos impugnaciones que evidenciaron las fallas de nuestro sistema
electoral para que ciudadanas de a pié podamos ejercer nuestro derecho a
la elegibilidad, logramos el registro como candidatas independientes.
En un hecho histórico somos las primeras candidatas independientes
explícitamente feministas aspirando a un cargo de elección popular.
Decidimos participar porque estamos convencidas de que es viable
profundizar en la construcción de una ciudad progresista y de
libertades, porque queremos aportar el marco interpretativo del mundo
que aportan la teoría y el activismo feminista que hemos construído a
lo largo de la historia.
Parte fundamental de nuestra propuesta es dar sustento constitucional a
la igualdad sustantiva, pasar del logro formal de la igualdad a la
igualdad como principio permanente reflejado en la vida cotidiana de las
mujeres. Y de aquéllas que continúan enfrentando desigualdades
históricas que ninguna mujer debería enfrentar en este siglo.
Decidimos participar porque las necesidades y derechos de las mujeres
continúan ausentes de las prioridades en la práctica política y de los
presupuestos, a pesar de ser la mayoría de la población en México y, de
representar el 52 por ciento del padrón electoral; de contribuir a la
economía (43 de cada 100 mujeres participan en actividades económicas)
y; trabajar en promedio 19 horas más que los hombres en labores
domésticas y del cuidado que sostienen el lastimado tejido social.
Estamos aquí porque somos ciudadanas responsables frente al destino de
nuestro país, por más que se nos regatee ese derecho y porque creemos en
la necesidad de construir una cultura de la legalidad fincada en los
Derechos Humanos, y por lo tanto, de la igualdad sustantiva de las
mujeres.
Porque la Constitución debe ser un patrimonio cultural de la sociedad,
no sólo un texto jurídico, por ello la participación de todas las
mujeres es fundamental. Todas. Un texto que abarca a todas las personas,
debe contar con la participación de la sociedad, y no sólo de los
partidos políticos.
Porque creemos en la necesidad de construir una cultura de la legalidad,
en hacer una campaña de pedagogía constitucional, que combata la
realidad actual de una constitución nacional disfuncional, precaria,
inaccesible, incomprensible, porque ello impide la construcción de un
verdadero Estado de derecho, en el que todas las personas conozcan
-particularmente las mujeres excluidas del poder- y puedan entender los
contenidos del pacto social que representa la Constitución, en un
proceso deliberativo y plural de participación de las y los ciudadanos
que culmine en la apropiación del texto final.
La pedagogía constitucional feminista, humanista, progresista ha de ser
ciudadana, salir de la partidocracia, transparente, popular, laica,
combatir la desigualdad, la pobreza, recuperar principios sociales
eliminados y recuperar nuevos derechos vinculados con la ampliación de
libertades ciudades y derechos del cuerpo.
Porque buscamos la construcción de una política económica que
privilegie la calidad de vida de las personas frente al poder
supraestatal de las empresas, el mercado y el valor económico; y
combatir específicamente las desventajas de las mujeres en el mercado
laboral, la descalificación, las pocas posibilidades de inserción, el
desempleo, los trabajos precarios y riesgosos, la brecha salarial, el
acoso sexual y la imposibilidad de armonizar la vida privada y la
pública. La lógica de acumulación económica destruye cotidianamente la
vida y la salud de miles de mujeres.
Porque es necesario que el sistema de libertades para las personas y de
responsabilidades, límites y sanciones a la autoridad, a quienes
gobiernan sea transparente, comprensible y real.
La construcción de la igualdad requiere del fortalecimiento de un Estado
democrático, transparente, que rinda cuentas, en donde cada uno de los
poderes debe reformarse y plantear como su base fundamental los Derechos
Humanos, y los haga realidad en cada territorio, con la plena
participación de sus habitantes, sin discriminación. La mayoría social
representada en las mujeres deberá tener condiciones para participar en
igualdad de condiciones en todo proceso de cambio social, político y
económico.
La igualdad es uno de los principales Derechos Humanos y aspiraciones
sociales del marco vigente de Derechos Humanos, que se ha construido
gracias al trabajo histórico de los movimientos sociales, y en especial
del movimiento feminista, por el reconocimiento, ampliación y pleno goce
de todas las libertades, derechos y garantías que como personas y
sociedades requerimos para vivir a plenitud y en armonía con el medio
ambiente.
En nuestra campaña hemos convocado a fortalecer la presencia
insustituible de las mujeres en este proceso para contar con un marco
constitucional, un pacto, que nos incorpore paritariamente, en los
hechos, y en el significado. En junio de 2016, justamente 100 años
después del Congreso Feminista de Yucatán, seguimos exigiendo
ciudadanía plena para las mujeres, y como entonces seguimos
construyendo y enriqueciendo los valores democráticos.
*Feministas y candidatas a la Constituyente
Especial Cimacnoticias | Ciudad de México.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario