Pedro Echeverría V.
1. Espero que el mundo tenga siempre presente ese calificativo de
neonazi, supremacista y KKK que se ha ganado Trump con sus declaraciones
hace unos días; pero también que piense y repiense la gente que los
presidentes anteriores de los EEUU, sean del partido demócrata o
republicano, han sido más de lo mismo. ¿Qué es lo que ha ideologizado
así a todos los presidentes de EUA? Una cosa: tener la creencia de que
EEUU debe ser el país más poderoso de la tierra para ser el amo del
mundo; y ser amo significa que todas naciones y sus habitantes deben
rendirle honores y pleitesía. Cabe para seres humanos que piensan que
van a triunfar, que van a ser ricos, aunque pasen por encima de los
demás.
2. Se publicó que Trump recibió una buena cantidad de críticas de la
cúpula política y empresarial del país, de corrientes de líderes de
opinión, en el que pueden incluirse reconocidos conservadores; éstos
calificaron de inaceptables las declaraciones de Trump sobre la
violencia detonada por neonazis, supremacistas y ultranacionalistas
blancos, integrantes del Ku Klux Klan y milicias de extrema derecha en
Charlottesville, Virginia, el pasado fin de semana, lo cual acabó
costando la vida de una joven y heridas a otros 19 manifestantes
pacíficos antirracistas que protestaban contra ese festejo del odio.
Hablaba que por igual izquierda y derecha compartían responsabilidad y
que había finas personas entre los neonazis y KKK.
3. México no fue un país supremacista a pesar de que en 1822, durante
el pequeño periodo del imperio de Iturbide, cuatro países de
Centroamérica se le sumaron haciendo causa común. Sin embargo muy poco
defendió esa suma de territorios. En ese tiempo del periodo Iturbidista,
estuvieron unidos voluntariamente México, Guatemala, Nicaragua,
Honduras, Costa Rica y El Salvador, conformando el Imperio Mexicano
junto con otros territorios al norte (una línea imaginaria entre la Alta
California hasta el río Mississippi) Cuando Iturbide abdicó a la
corona, dichas provincias se separaron de México. Si México hubiese sido
un imperio extensionista y ambicioso de poder mundial, hubiera sido
otra cosa.
4. Es el problema de búsqueda de poder por encima de todas las cosas;
es el poder que construyeron los nazis de Alemania y todo el fascismo
que se desarrolló en Italia, España, Chile, Argentina, y otros países
donde las dictaduras militares dieron golpe de Estado e impusieron un
régimen opresor contra los pobres y explotados. En los EEUU fuera de los
tiempos de guerra, no se ha instalado en lo interno un gobierno así,
aunque hayan asesinado a miles de negros, a Lincoln, Kennedy y a su
hermano, Luther King, Malcom X, pero en el exterior sí han impuesto
muchos fascistas y los han apoyado a todos. Por ello dicen: “Son
regímenes militares y dictatoriales, pero son nuestros”.
5. Se señala que en EEUU las declaraciones neonazis de Trump han
provocado fisuras entre sus aliados políticos y empresariales y, tal
vez, la peor crisis de su aún joven presidencia; pero no es fácilmente
creíble porque el pueblo de los EEUU ha sido educado con esa ideología
supremacista, sobre todo los privilegiados yanquis, que son el sector
dominante. Si no fuera así, el racismo no se hubiese extendido. Después
de la experiencia de Hitler de lanzar una gran guerra mundial,
fácilmente se piensa en que Trump podría repetir esa experiencia si no
salimos a la calle a protestar. Pero no pensemos que todo el pueblo es
antiguerra; existen sectores que tienen la esperanza de que su vida
cambie y piensan que la guerra puede ser ese acontecimiento que
necesita. (17/VIII/17)
alterar26@gmail.com
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