Una cifra que ofende: 10 millones de dólares. Eso fue lo que la
trasnacional brasileña Odebrecht habría dado de propina a Emilio Lozoya
Austin por favorecerla con contratos en Pemex.
Proceso, en su edición 2128 que circula esta semana,
publica un reportaje realizado por Ignacio Rodríguez y Alejandra Xanic,
integrantes de Quinto Elemento Lab que, con acceso a expedientes de la
justicia brasileña, obtuvieron la revelación.
¿Qué tanto ofende? Manteniendo los datos del momento -80 pesos
salario mínimo; 19 pesos por dólar- es una propina de alrededor de 190
millones de pesos. Así que, para alcanzar el monto de la dádiva, se
requerirían dos millones 375 mil días de salario mínimo, o sea, seis
milenios y medio.
Otra dimensión. La vida laboral puede iniciar legalmente a los 16
años y, con el actual régimen pensionario, la jubilación legal se puede
hacer efectiva a los 65 años, pero en promedio, el mexicano se retira
hasta los 72 años. Un trabajador de salario mínimo trabajará 56 años de
su vida, ganando 80 pesos diarios, 29 mil 200 pesos al año y, en toda su
vida laboral, ganará un millón 635 mil 200 pesos.
Por lo tanto, para alcanzar el monto de 10 millones de dólares, se
tendrían que reunir los ingresos de toda la vida de 116 personas con
salario mínimo y que no gastaran un centavo. O bien, esa cantidad
representa lo que ganan en un año seis millones 510 mil trabajadores
juntos, con lo que la dádiva cubriría el ingreso de 82% de la población
mexicana con salario mínimo.
Cambiemos de ejemplo. En este regreso a clases la lista de útiles
escolares de primaria se estima en 500 pesos. Con la propina podría
pagarse el regreso a clases de 380 mil niños, equivalentes a la
totalidad de la población de preescolar, primaria y secundaria del
estado de Morelos.
Otro. Si a usted le preocupa la democracia, deberá coincidir en la
idea de que para su realización se necesita de libertad de expresión y
por eso el Estado es responsable de proteger a quienes, en su ejercicio,
están en riesgo. En 2016, el Mecanismo de Protección a Personas
Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas tuvo un presupuesto de 88.9
millones de pesos. En 2017 ya no tuvo presupuesto. Con la propina se
hubieran cubierto dos años y hasta sobraría.
O quizás, si se es igualitario, se comprende la relevancia de
erradicar la discriminación y, para eso, hay que medirla. Conapred, el
organismo encargado, tuvo un presupuesto de 154 millones de pesos en
2016. En 2015, tocaba realizar la Encuesta Nacional de Discriminación,
pero no la hizo porque no tenía presupuesto. Con la propina le hubiera
alcanzado para su operación anual y la encuesta.
Y ya que el asunto se relaciona con obras, basta ver el Programa
Nacional de Infraestructura (PNI), que en una lectura somera permite
saber que de 123 obras del sector comunicaciones y transportes, 27 obras
se presupuestaron a un precio menor que la propina; del sector energía
hay 239 obras, de las cuales 36 cuestan menos que eso, mientras que son
cinco de 34 programadas las del sector hidráulico, nueve de 59 del
sector salud y 43 de 76 del sector turismo.
Por lo tanto, de 531 obras del PNI, más de la cuarta parte (120)
cuestan menos que la propina que exdirectivos de Odebrecht aseguran
dieron a Emilio Lozoya.
Por eso, 10 millones de dólares de propina es, sin duda, una cifra que ofende.
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