En la hermosa ciudad de Pátzcuaro,
Michoacán, una de las más antiguas y representativas de México, se
realizó el primer Foro del Agua el 7 y 8 de febrero, organizado por el
Consejo Consultivo del Agua, que tengo el honor de presidir, en alianza
con la Conagua, la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento
(Aneas) que reúne a cerca de 500 firmas que da servicio de agua potable
y saneamiento a 100 millones de mexicanos, y la Asociación Mexicana de
Hidráulica (AMH) que integra a más de 2 mil profesionista y un número
mayor de estudiantes de carreras relacionadas con el agua. En la
inaugura-ción, se remarcó la importancia que tiene el agua como recurso
vital, la salud, el medio ambiente y el desarrollo del país.
Se atendió a cerca de 400 interesados en el tema; desde estudiantes
hasta académicos especialistas en economía, ingeniería, limnología,
biología, arquitectura, geología, química, investigadores del Instituto
Mexicano del Agua, representantes de empresas que ofrecen servicios de
agua, de ingeniería y de tecnologías varias, consultores, consumidoras
del líquido, como refresqueras, cerveceras, empresas de alimentos,
cementeras, operadoras de agua potable y saneamiento de todo el país,
así como organizaciones no gubernamentales interesadas en el rescate de
lagos y ríos. Se contó con la participación de representantes de pueblos
originarios, quienes realizaron un rito y leyeron un manifiesto sobre
su visión ante sus usos y costumbres, así como su derecho a ser
consultados en relación a las leyes nacionales y compromisos
internacionales de México.
Asistieron personas de Michoacán, estado de México, Nuevo León,
Aguascalientes, Querétaro, Baja California, Guerrero, Tabasco, Chiapas,
Oaxaca, San Luis Potosí, Jalisco, Ciudad de México, Morelos, Hidalgo,
Guanajuato y se contó con expositores mexicanos de gran experiencia y
conferencistas de países seleccionados por casos de éxito en gestión del
agua.
Los temas que se trataron fueron: Pacto social por el agua, hacia una
nueva ley de aguas; Derecho humano al agua; Políticas públicas en
materia de agua; Institucionalidad para el agua en México; Planificación
hídrica para reordenar y eficientar la gestión del agua y su
protección; Resiliencia para la seguridad hídrica y los efectos del
cambio climático; Administración racional y sustentable de las aguas
nacionales, y Gestión y protección de lagos interiores.
Primero se presentaba el tema con conferencias y discusión en
plenario y luego se discutía en mesas de trabajo, lo cual hizo muy rica
la reunión. Hubo un consenso de que es necesario hacer modificaciones de
fondo en la gestión del agua. Las cifras e indicadores sobre cómo
estamos, cada vez son peores. Cada año tenemos menos agua disponible
para consumo humano, más cuerpos de agua sobreexplotados, más ríos y
lagos con mayores cargas de contaminantes, más mexicanos sin acceso al
agua y al saneamiento (hoy se estiman 2.5 millones); todo esto agravado
en el mediano plazo por el cambio climático que nos obliga a ser más
eficientes en nuestras políticas públicas, ya que se avecinan eventos
extremos que harán más obvias nuestras debilidades.
Nuestra situación en el agua no corresponde a nuestro nivel de
evolución y cada vez nos hundimos más en comparación con países con
menor desarrollo económico. ¡Esto es inaceptable y lo debemos de parar
ya¡ Nos toca ahora como sociedad trabajar en los cómos.
Sabemos qué cambiar, qué modificar. Pero nos tenemos que poner de
acuerdo en los cómo. Quizás este foro fue la primera vez donde se
pudieron discutir entre expertos de diferentes sectores, en forma
transectorial –y se pudo contar con la participación de especialistas
con diferentes intereses que representan a la sociedad– soluciones a la
situación crítica que enfrenta el agua en los diferentes municipios de
México.
Se dejaron atrás clichés acusatorios y difamatorios que sólo dividen.
No se trata ya de ver quiénes lleva la batuta o de quiénes son las
ideas. La sociedad quiere avanzar hacia esquemas novedosos de manejo del
agua que sirvan y en donde estén representados todos los intereses de
los mexicanos y no únicamente los de unos cuantos. Se necesita usar lo
que se ha demostrado que sirve para el bien de las mayorías y desechar
lo que no funciona. Aprovechar las ideas que organizaciones de la
sociedad civil han trabajado y son viables y amplias y discutirlas en
forma abierta y flexible por el resto de los grupos de la sociedad.
Es necesario ser pragmáticos, porque el tema del agua es demasiado
importante. Mientras más unida llegue la sociedad para presentar
propuestas al Congreso de la Unión y al Ejecutivo y éstas sean más
sólidas y abarquen mayores consensos, más posibilidades tendremos de que
se nos escuche y se lleguen a adoptar tales propuestas.
El agua es el elemento fundamental para la vida. Cuando se piensa en
buscar vida en el planeta Marte, el primer interés es saber si tiene
agua. Por eso si queremos preservar la vida y potenciar el progreso,
bienestar y desarrollo de México, cuidar el agua debe estar en el
centro. Debe ser la prioridad para la sociedad y el Estado.
Quitémonos nuestras cachuchas, olvidémonos en qué cancha
jugamos y a qué equipo le vamos, pongámonos la camiseta y trabajemos
hacia un acuerdo social por el agua. No permitamos que intereses de
grupo nos desvíen de un interés colectivo genuino de construir las
instituciones y las políticas públicas que aseguren el progreso de largo
plazo en el país y, por sobre todas las cosas, defender tres
prioridades: asegurar suficiente agua para la vida de la naturaleza, el
ciclo hidrológico mismo, los ecosistemas y la diversidad biológica de
nuestro bello México; agua y acceso a este líquido para todos los
mexicanos, sobre todo para los más pobres y marginados de entre
nosotros, que es una deuda social que tenemos y que no podemos seguir
postergando, y agua para la producción de alimentos, energía y la
creación de empleos.
*Presidente del Consejo Consultivo del Agua
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