6/19/2010

Ciclo de conferencias “El hombre y lo Sagrado”

Restricción y control sobre las mujeres en culturas reprimidas


Por Laura Romero

México, DF, 18 jun 10 (CIMAC).- El estudio antropológico de la sexualidad es fundamental para entender el desarrollo de las civilizaciones, y la simbiosis que existe entre religión y sexualidad, que se presenta desde las sociedades más primitivas, hasta la época actual, son los temas que desentrañarán especialistas en el ciclo de conferencias “El Hombre y lo Sagrado”.

En la primera mesa del ciclo, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y la Sociedad Mexicana para el Estudio de las Religiones, la antropóloga Yololt González dijo que la sexualidad tiene un carácter sagrado, poderoso, al que se le teme y al que hay que tratar de evitar o de propiciar, según cada cultura.

Las culturas religiosas reprimidas niegan el cuerpo, lo arropan o lo desprecian, mientras que en las menos reprimidas, el cuerpo se considera un medio de presencia divina, se le adorna, se le exhibe, se considera un símbolo de fecundidad, de gozo y unión sexual, abundó la especialista en estudios de las religiones.

La tendencia hacia la sexualidad positiva o naturalista, se manifiesta en los ritos de fertilidad, y la tendencia negativa se expresa en el ascetismo y las técnicas de autocontrol y abstinencia.

En ese sentido, “las prácticas sexuales asociadas a los ciclos de la naturaleza, sobre todo a la siembra, están vinculadas con los símbolos de fertilidad, principalmente en las sociedades agrícolas aunque también eran practicadas por grupos de recolectores, como sucedió en algunas tribus de Australia.

Las diferencias físicas entre los sexos de mujeres y hombres, el impulso sexual y los misterios del deseo, el orgasmo, la menstruación y el parto, han dado lugar a concepciones cosmogónicas y mitológicas, así como a rituales que han sido trascendentales en el devenir de las culturas, añadió la antropóloga.

Las primeras etnias, definieron a quién podían matar y a quién no, también dictaron normas respecto con quién podían ejercer su sexualidad y con quién no; así por ejemplo, la regulación del matrimonio y la prohibición del incesto son resultados fundamentales en la historia de la cultura.

“La sexualidad también se ha visto como un medio de desarrollo espiritual, en culturas de tradiciones tántricas, hindúes y budistas, cuyas deidades aparecen desnudas y sensuales, con el cuerpo bellamente adornado y rodeadas de mitos relacionados con la unión carnal”, precisó.

Advirtió que el cuerpo femenino, que se asocia con la poderosa función reproductora, capaz de concebir y dar a luz, es para algunas culturas “sumamente peligrosa y contaminante para los hombres, por lo que la mujer ha sido sujeta a formas de restricción y control religioso”.

Las normas sobre la sexualidad del clero, la vida amorosa de Krishna, las restricciones sexuales católicas y cristianas, Cihuacóatl, diosa de la fertilidad, los dioses y la sexualidad en Mesoamérica, la energía vital en el taoísmo, la experiencia estética y el enamoramiento, son algunos de los temas que conforman el programa del ciclo.

Con la participación de especialistas en filosofía, historia, psicología, arte, antropología y religiones, el ciclo “El hombre y lo Sagrado” se lleva a cabo todos los miércoles, en el Centro Cultural Isidro Fabela (Plaza San Jacinto 5, colonia San Ángel), a las 19:00 horas, durante junio, agosto, septiembre y octubre.


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