Por Alejandra Waigandt
En América Latina y el Caribe, las mujeres que ocupan las primeras líneas jecutivas de las organizaciones empresariales son algo más del veinte por ciento, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Ellas erosionaron una barrera invisible que impedía el ascenso a cargos de mayor responsabilidad y liderazgo. 'Las mujeres del presente han logrado romper y labrarse caminos a través del techo de cristal', aseguran Alice Eagly de Northwestern University y Linda Carli del Wellesley Collage, en la publicación ‘A través del laberinto: la verdad acerca de cómo las mujeres se convirtieron en líderes’.
La psicóloga Verónica Perichon, máxima autoridad en la fi lial argentina de la corporación American Assist,confi rma que es posible llegar a la cima y que, si bien el ascenso está lleno de difi cultades, existen tácticas para superarlas.
Actualmente como trabajadora se prepara para afrontar el gran desafío de la maternidad. Está evaluando estrategias para conciliar las obligaciones que podría demandar ese futuro con la alta responsabilidad que exige su cargo gerencial. Con unos 6 años de trayectoria empresarial, esta joven de 34 años asegura que no renunciará al liderazgo obtenido.
El caso de Perichon da cuenta de la nueva metáfora utilizada por las expertas Eagly y Carli para explicar los desafíos del liderazgo femenino: el laberinto de cristal. 'Existen salidas cuando se tiene talento, perseverancia y suerte, pero también son diversos los obstáculos que pueden aparecer simultáneamente y desde ángulos muy distintos', sostienen las autoras.
Un número importante de estos obstáculos tiene que ver con la inequidad de oportunidades y de trato que favorece a los hombres y perjudica a las mujeres.
El último Informe de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) describe que un 60 por ciento de las mujeres trabajadoras de más de 25 años, con un buen nivel educativo y en los mismos cargos que sus colegas varones, perciben salarios más bajos, tienen contratos más precarios y menores posibilidades de acceder a las gerencias ejecutivas.Una de las barreras más importantes es la maternidad.
Varios estudios confirman que la mayoría de las organizaciones empresariales perciben este tema como algo negativo. Verónica Perichon coincide en que la maternidad puede ser un obstáculo importante. En una oportunidad, relata la joven, no fue elegida para un cargo gerencial en otra compañía debido a su deseo de ser madre: 'Me presenté a una entrevista de trabajo en una empresa más grande. Me postulé a un puesto que podía cubrir muy bien porque era menor del que tenía. En la entrevista salió el tema de la maternidad y dije que quería ser madre en breve. Terminaron contratando a un hombre', explica.
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