6/03/2012

¿Se vale jugar con dinero de Pemex?


 
Antonio Gershenson
 
Ya habíamos visto la compra de un segundo lote de acciones de la trasnacional española Repsol por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex). Uno de los pretextos era que habría transferencia de tecnología a Pemex. Y ya es sabido la gran pérdida de Pemex por la caída del valor de las acciones de Repsol. La ruleta.

La Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados revisó también el primer lote comprado, y sus consecuencias. Dice que las compras que Pemex ha hecho de acciones a Repsol no reportaron beneficios en el incremento de producción de hidrocarburos, aumento de reservas o incluso transferencia de tecnología.

Nos dice que además de la pérdida de más de mil 100 millones de pesos de la compra de títulos en septiembre de 2011, una operación similar que realizó entre 1990 y 1992 –en el sexenio de Carlos Salinas– implicó un costo financiero a la paraestatal, que se vio obligada a restructurar el monto antes de su vencimiento, previsto para enero de 2011.

Agrega que en esos años Pemex compró acciones a la empresa petrolera española Repsol YPF por 4.8 por ciento de su capital social, utilizando principalmente el mercado de instrumentos financieros para respaldar operaciones de deuda en el mercado internacional (la primera compra).

Para ello, señala, Pemex utilizó la figura del vehículo financiero RepCon Lux, extinguido con la cancelación del esquema Pidiregas en 2008, con domicilio jurídico y fiscal en Luxemburgo, para intercambiar un bono de deuda por mil 307 millones de dólares por acciones de Repsol, a través de derivados financieros con swaps (permuta financiera), y con ello garantizó el pago del capital e intereses a las instituciones acreedoras. Otra ruleta.

La suma de las dos compras resultan en 9.6 por ciento del total de las acciones de Repsol. Pero las acciones de Repsol han bajado desde la nacionalización en Argentina de YPF, que era de Repsol, que se consumó por incumplimiento de obligaciones de la trasnacional. Su valor, del total de acciones, bajó de 21 mil 800 a 17 mil millones de euros. Casi 5 mil millones de euros menos. Entonces, el 9.6 por ciento comprados por Pemex significan una caída de 48 millones de euros. Sin el premio del que hablaba el director de Pemex de la transferencia de tecnología y demás.

No había autorización del consejo de administración para hacer esa apuesta en la segunda compra, cuando ésta se hizo. Y ahora la pierde, pero no de su bolsillo, sino del de los ciudadanos que pagan impuestos y de los que pagan gasolina más y más cara, y de los que pagan alimentos transportados por diesel más y más caro, etcétera.

El 22 de abril publicamos los favores que el gobierno mexicano ha hecho a Repsol. Sólo tratamos ahora dos de ellos, tomados de los informes anuales de Repsol ante la autoridad financiera estadunidense Securities and Exchange Commission, SEC. Son las llamadas Form 20-F, correspondientes a 2008 y a 2009. En adelante, los entrecomillados son textos que vienen de estos mismos documentos.

“En septiembre de 2007, la Comisión Federal de Electricidad mexicana (CFE) entregó a Repsol YPF la firma de un contrato para entregarle LNG (gas natural licuado) en la terminal de gas natural del puerto de Manzanillo, en la costa del Pacífico de México. La planta de Manzanillo abastecería a las plantas de potencia (eléctrica) de la zona centro-oriental de México.

El contrato fue evaluado en 15 mil millones de dólares y proveerá el suministro de LNG a la planta mexicana por un periodo de 15 años. El volumen total de gas suministrado durante este periodo será de más de 67 mil millones de metros cúbicos. El gas suministrado vendrá de la planta de licuefacción de Camisea, en el sur de Perú, en la que Repsol YPF es el vendedor exclusivo.

Este es sólo uno de los negocios. Qué concurso ni qué nada. Se compromete al país no sólo por el resto del sexenio, sino durante otros dos sexenios más; eso si no aumenta el plazo, que se ha hablado de 20 años.

El otro escrito:

También hay otro contrato, éste de Pemex, de los contratos de servicios múltiples que se firmaron por 15 o por 20 años, que viene desde el pasado sexenio, también panista. Hay Repsol Exploración, SA de CV y Servicios Administrativos Cuenca de Burgos SA de CV en los documentos. Cuando, en el pasado sexenio, el gobierno, por conducto de Pemex, repartió siete áreas a otras tantas trasnacionales, la exploración y explotación de gas natural. Y una de ellas, obvio, fue Repsol, y por eso aparecen los mencionados nombres.

Esto nos muestra cómo se apoya a Repsol –y sólo son dos ejemplos–, incluso a costa de la CFE y de Pemex. Y ahora se compró un segundo lote de acciones de esta trasnacional, sólo es para que se devalúe el dinero de Pemex por la degradación de las acciones de Repsol.

Una muestra de último momento, que se acaba de publicar. La CFE pagó 200 mil millones de pesos en 2011 a 22 empresas trasnacionales por comprarle electricidad. Además les paga 88 mil millones por los riesgos que corran las trasnacionales, productores independientes, quien juega la ruleta es la CFE. Son los famosos contratos a 25 años en los que la CFE les suministra gas y todo tipo de favores, y les paga este dineral. Ya habíamos visto la cantidad de estas empresas que son de Repsol.

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